Las carreras callejeras a las que asistieron Max y Checo ya habían terminado, los días transcurrieron y el próximo fin de semana se acercaba, pero antes de eso iba a pasar algo que cambiaria la vida de Max para siempre, tanto su forma de vivir como su forma de ver a checo.
Max estaba en su casa intentando escapar de los pensamientos que lo atormentaban durante mucho tiempo, pensamientos de los cuales no se iba a poder deshacer por mas que lo intentara, sus pensamientos eran mucho mas fuertes que el.
Mientras Max intentaba relajarse en su apartamento, checo estaba pensando en una manera de hacer sufrir a Max de una manera tan dolorosa como se le ocuriera, sabiendo que max de igual manera volverá a el, porque lo ama o almenos eso es lo que max, asi que checo se quedo pensando por horas pensando en algo que a max le dolería tanto que lo dejaría en un estado mental fatal, sabiendo que esto no solo afectaría a su vida diaria, si no también a su rendimiento en las carreras, tras pensar por horas como hacer sufrir a max de tal manera que lo afecte de esa magnitud ya sabia que hacer, pues esto iba a ser, el mismo en su casa empezó a planear el lugar, el dia y con quien, pues no solo max estará involucrado en esto, si no que mas gente, tras unas horas todo estaba listo
Max se encontraba en su apartamento, sentado en el sofá con las luces apagadas. La única fuente de iluminación era la pantalla de su teléfono, que brillaba tenuemente mientras pasaba una y otra vez por las mismas fotos de sus últimas carreras. No podía concentrarse, no podía escapar de los pensamientos que lo atormentaban constantemente. Checo. Siempre Checo.
Su teléfono vibró de repente, sacándolo de su trance. Era un mensaje. De Checo.
"Max, quiero que vengas a mi casa en un rato, no me interesa si quieres o no, vas a venir"
Max dudó por un instante. Su instinto le decía que no fuera, pero su corazón ya había tomado la decisión antes de que pudiera pensar con claridad. Se levantó del sofá, tomó su chaqueta y salió sin mirar atrás. No importaba qué tan mal terminara esa noche; Max siempre volvía a Checo.
Max iba en camino hacia la casa de checo, el ambiente era tenebroso y con un ambiente tan pesado que max no se sentía bien, estaba lloviendo que sumado a la oscuridad que había al ser tan tarde, max cada que mas cerca estaba de llegar, mas dudaba en si de verdad tenia que ir, pero el sabia que al ser checo de igual manera el iría, es como si checo lo tuviera a una correa
Cuando llegó a la casa de Checo, algo no se sentía bien. Las luces estaban tenues, y había una especie de atmósfera pesada en el ambiente. Max tocó el timbre, pero la puerta ya estaba entreabierta, como si lo estuvieran esperando.
Max entró lentamente.
— ¿Checo? —llamó, su voz resonando en el silencio.
No hubo respuesta. Solo el sonido de música suave proveniente de una habitación al fondo. Max siguió el rastro de la música, sus pasos resonando en el suelo mientras su corazón latía con fuerza. Algo dentro de él sabía que no iba a gustarle lo que encontraría, pero no podía detenerse
Siguió las risas, avanzando por el pasillo hasta una habitación en el fondo. El sonido se hacía más claro con cada paso, y con él crecía el nudo en su estómago. Cuando empujó la puerta, su mundo se detuvo.
Checo estaba en el centro de la habitación, relajado en un sofá de cuero negro con una copa de vino en la mano, como si fuera el dueño del universo. A su alrededor estaban Lewis Hamilton, Sebastian Vettel, Fernando Alonso, Mark Webber, Josef Newgarden y Nico Hülkenberg. Todos parecían perfectamente cómodos, como si la presencia de Max fuera completamente irrelevante.
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Las Sombras de Red Bull
Romance**"Sombras de Red Bull"** sigue a Max Verstappen y Sergio "Checo" Pérez, dos pilotos de élite en el equipo Red Bull Racing, que parecen ser grandes amigos fuera de la pista. Sin embargo, debajo de esa fachada de camaradería, hay una tensión palpable...