La villa era el lugar perfecto para relajarse.
Después de días intensos en las carreras, estar lejos de la presión del paddock se sentía como un respiro necesario. El grupo disfrutaba de una tarde tranquila, pero todos sabían que la calma no duraría mucho.
Lando, siempre el primero en romper el silencio, se levantó con energía exagerada.
Lando: ¡Esto no puede seguir así! Estamos en Mallorca, chicos, no en un retiro espiritual. ¿Por qué no hacemos algo divertido?
Carlos, recostado en una hamaca, abrió un ojo y lo miró con pereza.
Carlos: Por favor, define "divertido". Porque si incluye otra de tus ideas locas, paso.
Lando: ¡Vamos! No podemos quedarnos aquí toda la noche. Reservé un bar increíble en el centro. Música, vistas y, lo mejor, ¡karaoke!
Carlos: Sabía que ibas a mencionar el karaoke. No pienso repetir la humillación de la última vez.
Checo, que estaba sentado en una silla con Canelo a su lado, se rió entre dientes.
Checo: Vamos, Carlos. Admitámoslo, nadie puede superar tu interpretación de *Livin' la Vida Loca*.
Carlos: Y espero que nadie lo intente.
Max, que había estado en silencio revisando su teléfono, levantó la vista.
Max: Si vamos, prefiero mantenerme lejos del escenario. Ya tuve suficiente protagonismo con eso la última vez.
Canelo: No seas aguafiestas, Max. Las carreras son para competir, pero las noches libres son para disfrutar.
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El grupo se preparó rápidamente y se dirigió al bar.
Era un lugar elegante, con luces cálidas y un ambiente animado. La música en vivo llenaba el espacio mientras los asistentes disfrutaban de la noche.
Lando: ¿Ven? Les dije que este lugar era perfecto.
Checo: Admito que tienes buen ojo para estas cosas.
Mientras buscaban una mesa, las miradas comenzaron a dirigirse hacia ellos.
Lando: Creo que alguien aquí está robándose el espectáculo.
Canelo, divertido, miró a Checo.
Canelo: No es nada nuevo. Siempre tiene ese efecto.
Checo sonrió, acostumbrado a los comentarios de su amigo, pero Max, que caminaba detrás de ellos, sintió una incomodidad creciente.
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La noche avanzaba entre risas, bromas y alguna que otra copa.
Fue entonces cuando Fernando Alonso apareció.
Fernando: Bueno, bueno. Si sabía que la fiesta estaba aquí, habría llegado antes.
Checo: Fernando, qué sorpresa verte. ¿También escapando de las carreras?
Fernando, siempre seguro de sí mismo, le sonrió.
Fernando: Digamos que vine a buscar algo de inspiración. Aunque parece que la encontré.
El tono ligero de Fernando no pasó desapercibido para Max, quien dejó de hablar con Carlos para prestar atención al intercambio.
Fernando: Checo, ¿ya conoces la terraza de este lugar? Tiene una vista espectacular. Podríamos dar un paseo.
Checo: Suena interesante, pero creo que el grupo podría empezar a sospechar si desaparezco.
Fernando: A veces es bueno dejar que sospechen.
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Desde su mesa, Carlos y Canelo observaban la escena con curiosidad.
Carlos: ¿Esto es normal o debería preocuparme?
Canelo: Es normal... hasta que Max decida que ya no lo es.
Carlos: Oh, Max ya está a punto de explotar. Mira su cara.
Max, intentando no parecer afectado, volvió a enfocarse en su bebida, pero sus ojos seguían de reojo a Checo y Fernando.
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La tensión se rompió cuando Lando se subió al escenario para inaugurar el karaoke.
Lando: ¡Este es un mensaje para todos los aburridos que se quedan sentados! Si yo puedo cantar, ustedes también pueden.
Carlos: Por el bien de todos, espero que el sistema de sonido sea bueno.
Checo: O que se rompa.
Las risas se esparcieron, y Fernando se alejó momentáneamente para saludar a otras personas. Checo volvió a la mesa, encontrándose con la mirada de Max.
Checo: ¿Todo bien?
Max: Perfecto. Parece que te estás divirtiendo mucho.
Checo, confundido por el tono de Max, decidió no insistir.
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De regreso en la villa, ya pasada la medianoche, algunos se dispersaron a descansar mientras otros seguían charlando.
Checo y Canelo se sentaron en el patio.
Canelo: ¿Vas a ignorar lo que está pasando?
Checo: ¿A qué te refieres?
Canelo: Max. ¿No notaste cómo te miraba toda la noche?
Checo: Siempre me mira así.
Canelo: No, esta vez fue diferente. Parecía que iba a saltar sobre Fernando en cualquier momento.
Checo se quedó pensativo, recordando los momentos en el bar. ¿Había algo más en la actitud de Max?
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En la terraza, Max estaba solo, mirando las estrellas.
Carlos: Te conozco lo suficiente para saber que algo te molesta. ¿Es Fernando?
Max: No me molesta. Solo me parece curioso cómo algunas personas siempre tienen la atención de todos.
Carlos: Curioso, ¿eh? Lo que tú digas, Max.
Carlos le dio una palmada en el hombro antes de irse, dejando a Max con sus pensamientos.
Max: "Esto se va a complicar".
Y en ese silencio nocturno, Max comenzó a darse cuenta de que lo que sentía por Checo era más complicado de lo que había admitido.
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Las Sombras de Red Bull
Roman d'amour**"Sombras de Red Bull"** sigue a Max Verstappen y Sergio "Checo" Pérez, dos pilotos de élite en el equipo Red Bull Racing, que parecen ser grandes amigos fuera de la pista. Sin embargo, debajo de esa fachada de camaradería, hay una tensión palpable...