Capitulo 21: Unicas

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Déjame explicarte, que te quiero Oh.
Y no te conozco, no te tengo Oh.
Déjame contarte, que te sueño Oh.
La mujer perfecta para mí.

La mujer perfecta / Kurt

Meredith:

Y justo como le prometí, después de dejar a las niñas en la comunidad y a Arizona, en el pueblo, decidí llevarla a una pequeña feria, que hay cerca del centro, es algo sencillo, pero ella parecía estar en Disney.

Habíamos llegado a eso de las seis de la tarde, y desde entonces no hemos parado, la subí a las atracciones de 50 pesos, amando sus caras de terror, al saber que un pequeño aparato, es el que controlaría todo el juego, y nuestra vida de paso, me encantaba verla emocionarse con las cosas más mínimas, era como una niña, que está descubriendo el mundo por primera vez.

Y después de que casi recorrimos todo el lugar, la lleve a probar varias cosas que aquí había, pero se, por sus caras, que lo que más le gusto, fue el algodón de azúcar, así que ahora nos encontramos caminando por la plaza, mientras ella come su algodón, y yo un elote.

- ¿Sabes una cosa? –pregunta, mientras yo la invito a que continúe –he estado en los lugares mas maravillosos, y caros del mundo, y lo mas cercano a una feria a sido, ir a Disney con mis padres, o a Santa Mónica, con Mark, pero puedo decirte, con mucha seguridad, que ninguno de esos lugares, y sus comodidades, supera a este lugar, nuestra mañana en la playa, y mucho menos este momento –ella me mira, con sus ojos emocionados –nunca imagine que podría ser tan feliz, con tan poco.

-Es porque aquí eres tú, pelirroja, porque aquí no eres esa mujer elegante que sale en las revistas, dirige un hospital y gana premios, aquí eres esa niña que cunado estaba pequeña, miraba las estrellas, en el techo de la sala de juegos, imaginando que había otros niños, haciendo lo mismo que ella... eres esa mujer, que se emociona por lo mas mínimo, esa que me está mirando con sus ojos llenos de emoción, con un brillo especial que no tenías al llegar aquí, aquí eres solamente Addison, esa chica sencilla, e incluso más hermosa, de lo que la gente cree saber.

Ella me ve con sus ojos iluminados, por lo que acababa de decir –gracias –soltó de repente.

- ¿Por qué?

-Por hacerme ser yo misma.

Yo sonrió, y seguimos caminando, sin un rumbo fijo, viendo las artesanías, y los pequeños puestos de chucherías, que ahí había, hasta que, por su expresión, sé que una duda la está asaltando.

-Escupe –le digo, mirándola a los ojos.

- ¿Qué?

-Sé que tienes una duda, así que escupe.

-Está bien –suspira - ¿has venido aquí con alguna de tus muchas conquistas?

-No –contesto sin dudar, y ella me ve con los ojos muy abiertos.

- ¿No?

-No, ninguna de esas "conquistas", o chicas con las que he estado, me conocen realmente.

- ¿Por qué? –pregunta curiosa –si se nota que todas están enamoradas de ti –yo niego con una sonrisa.

-Porque yo no dejo que entren en mi mundo –admito –tal vez están enamoradas, como tú dices, de la idea que tienen de mí, pero no de la Meredith, que realmente soy. Ninguna de ellas conoce, mis sueños, mis miedos, inquietudes, y mucho menos mis metas.

-Tu sueño es recorrer el mundo en tu Jeep viejo, mientras escuchas la música que le gusta a Ellie, y enseñas y ayudas a los pequeños que encuentras en tu camino.

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