Capitulo 10: Noches a tu lado

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Meredith:

-Es enserio Meredith -me digo a mi misma, mientras manejo hacia la comunidad, maldiciendo por lo que pasó esta noche, todo iba tan bien, pero otra vez yo y mi bocota, hecho a perder todo, solo sé que no he hecho otra cosa más que fastidiarle esta noche.

-No fue buena idea llevar a Bea conmigo, no, definitivamente no lo fue, no sé en que estabas pensando Meredith, si ya sabes que con ella no quieres nada serio, ¿en qué momento se te ocurrió irla a buscar?, al parecer parecía buena idea salir con ella otra vez -suelto un suspiro de fastidio - hasta pareces nueva, Meredith, pareces una chiquilla que no sabe que está haciendo, y para acabarla, la llevas a donde se está quedando, sin dar ninguna explicación, la dejas ahí, te disculpas por ser tan imbécil, y ahora te encuentras manejando como alma que lleva el diablo, te gusta ca*garla, me cae.

Mientras me sigo regañando y arrepintiendo mentalmente, por lo que paso esta noche, llego a la comunidad, estaciono la camioneta de forma brusca y me bajo, azotando la puerta, como si esta tuviera la culpa de mis acciones.

Como si mis pies tuvieran vida propia, caminan hasta mi cabaña, me quedo ahí parada, observando la puerta fijamente, sin saber qué hacer, respirando de forma pesada, tratando de controlar mi respiración, llenando mis pulmones de aire fresco, estoy enojada, dolida, triste, con miedo...tengo un cumulo de emociones, que ni yo misma entiendo, me quedo ahí, analizando todo, tratando de calmarme, pero mis piernas siguen teniendo vida propia, las siento temblar y de un momento a otro ya estoy entrando a esa cabaña, esa que ha sido mi hogar durante varios años.

A pesar de mi enojo y mis emociones revueltas, entro de forma sigilosa, escuchando solamente a mi corazón latir de forma acelerada.

Cuando entro, ahí está ella...está sentada sobre la cama, con su cuerpo recargado sobre el respaldo de esta, sus piernas están dobladas a su pecho y ella tiene su cabeza apoyada sobre estas, cubriendo su cara con sus brazos.

Cuando escucha mis pasos, separa sus brazos y levanta la mirada para verme mejor. Nuestros ojos chocan y provocan que yo me quede estática en el lugar donde estoy, me quedo observándolos, están vidriosos, haciendo que el color de ellos se vea más fuerte todavía, ¿Cómo puede ser tan hermosa?, ¿Cómo es posible que, con una sola mirada o su simple presencia, me vuelva tan vulnerable?

- ¿Qué haces aquí? -me dice de forma despectiva, claramente cabreada.

- ¿Estas llorando? -le pregunto yo, ignorando su pregunta.

-Solo intento dormir, así que puedes irte, solo quiero estar sola.

- ¿Solo quiero saber que tienes? - insisto.

-No tengo nada, ahora te puedes ir - ella me dice y voltea su cara, para que yo no la siga mirando.

-Addison.

- ¿Quieres saber que me pasa? -dice levantando su tono de voz y yo solo asiento con la cabeza - que estoy cabreada Meredith, que solo quiero poder dormir, darme un baño con agua caliente y volver al mundo perfecto que crees que tengo, lejos de ti y tu mal humos, lejos de tus bromas de niña rica, que me haces, ¿contenta? -calla un poco y antes de que yo pueda decir algo vuelve a hablar - ahora ya te puedes ir - me señala la puerta.

A mí, por el contrario, se me ocurre una idea -ven conmigo - le estiro mi mano, esperando que ella la tome.

Me ve como si me hubiera vuelto loca, y hasta yo lo estoy pensando, sinceramente no sé qué tiene esta chica, que en dos días a logrado lo que ninguna otra mujer ha podido, excepto Cristina, poner mi mundo de cabeza, Sigo observándola con la mano estirada y cuando me doy cuenta que ella no tiene la más mínima intención de tomarla, yo me acerco mas a donde esta y le quito la cobija de un tirón, sin esperar a que ella arruine mis planes y salgo con ella hasta el patio, que divide las cabañas y salones, y la coloco en el suelo de tierra y me siento, esperando que ella haga lo mismo.

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