Capitulo 1: favores

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Ciudad de México

Addison:

-Papá no me puedes obligar a hacer eso - le digo cuando entro sin tocar a su oficina -es una completa locura.

-Buenos días a ti también hija, puedes pasar - me dice con ironía, por la forma en la que acabo de entrar - me alegra mucho verte.

-Papá es enserio, es una locura lo que me estas pidiendo -le digo más calmada.

-Addie, hija, sabes que no te lo pediría, si no fuera importante.

-Lo se, pero también sé que tengo una boda que planear, me caso en dos meses, además tengo pacientes que atender aquí, no me puedo ir, así como sin nada, por varios días, a un lugar que sabrá dios donde quede, a dejar un cheque simbólico en tu nombre.

Lo cierto, es que mi padre me acababa de mandar un correo, pidiéndome ir a una aldea ubicada en la costa de Oaxaca, para dejar un cheque, que cada año daba el hospital para poder apoyar a algunos niños, siempre iba el, pero en esta ocasión me envió a mí, pero yo tenía que encargarme de varios asuntos acá en la ciudad y aparte, me casaba en dos meses, por eso estaba molesta.

-Hija, te prometo que solo serán unos días, sabes que me encantaría ir personalmente a entregar el cheque, adoro a esos niños, pero sabes cómo están las cosas actualmente en el hospital y mi salud no ha sido la mejor últimamente, así que necesito que mi mano derecha, tu, vaya personalmente a entregarlo.

- ¿Y por qué no le dices a Archer? -mi hermano -él puede ir sin problema.

-Porque él es un poco despistado- a mí me quiere ganar la risa, era cierto eso, por eso mi papá no le confiaba muchas cosas a el - y porque él tiene otros asuntos que atender -se acerca a mi tomando mis mejillas con sus manos - tú tienes un gran corazón hija, por eso confió en ti y además no te vendrían mal unas vacaciones, antes de dar un gran paso en tu vida.

Ja, creo que el capitán, como le digo a mi papá, y yo tenemos un concepto diferente de la palabra vacaciones.

- ¿Vacaciones?, papá, mi concepto de vacaciones es un hotel lujoso en Europa, con vista a la torre Eiffel, no pasar varios días en una aldea perdida en la selva.

El volteo a verme, sorprendido por lo que acababa de decir, solo alzo una ceja y me pidió que fuera a donde él estaba, yo suspire resignada y me acerque a él.

El me tomo de los hombros y me coloco enfrente del gran ventanal que tenía en su oficina, nos encontrábamos en el último piso del hospital, específicamente en la oficina del jefe de cirugía, que era mi padre, desde ahí se podía observar gran parte de la ciudad, era una ciudad enorme, con un poco de caos, al mirar hacia abajo se podría observar los carros que pasaban, y la gente que iba caminando, algunos al trabajo, otros a la escuela o a algún otro lado, también a algunos indigentes que estaban resguardándose del frio.

-Veras hija, desde que tu madre murió, mi único objetivo en la vida, fue cuidar de tu hermano y de ti, de educarlos para que fueran unas personas buenas, de darles todo lo que necesitan y merecen -el suspira -pero el mundo no es perfecto, como he intentado que lo veas Addie, haya fuera, más allá de lo que tú conoces como tu mundo, hay otro muy diferente... Estoy muy orgulloso de la mujer que eres y todo lo que has logrado, mírate estás apunto de formar una familia, te harás cargo de este hospital como siempre has querido y serás una mujer y obstetra exitosa, la mejor en su campo -me mira con una expresión seria y se que hay algo mas -pero quiero asegurarme de que ese exito no va a helar tu corazon noble que tienes, convirtiendote en algien que no eres. Addison, tu estas acostumbrada a tenerlo todo y a veces la vida no es tan facil... solo quiero que comprendas que unos dias de tu tiempo, no son nada cuando haces algo hermoso por personas que lo necesitan.

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