Addison:
Abrí lentamente mis ojos, al sentir el sol que daba en mi cara, me sentía débil, mi cuerpo todavía me dolía, como si un camión me hubiera pasado por encima, me sentía aturdida, pero ya no tenía fiebre, al querer enderezarme, pude notar que estaba semi desnuda, pero mi cuerpo estaba tapado con una suave manta, que me hacía sentir cálida.
Cuando logro incorporarme en la cama, los recuerdos de ayer llegan a mi mente, recordando lo que paso, aunque gracias a la fiebre, esos recuerdos son borrosos.
Al ver a mi alrededor, puedo notar que estoy sola, juro que no fue producto de mi imaginación, el haber sentido el cuerpo de Meredith, pegado al mío, brindándome ese calor que necesitaba. Pero ahora estaba sola, supongo que ella tuvo cosas más importantes que hacer, que cuidar a una enferma.
Me intento levantar de la cama, para poder ir al baño, pero cuando estoy a punto de incorporarme, puedo escuchar unos pasos acercarse y veo como la puerta se abre lentamente, permitiendo ver quien es la persona que esta atrás de esta.
Y ahí estaba ella, observándome con esos ojos verdes, que pueden hipnotizar a cualquiera, ella me observa con una sonrisa en su rostro, de forma fija y podría decir que hasta con un poco de misterio en ellos.
-Bueno días princesa- me dice, entrando a la cabaña - ¿Cómo te sientes?
-Como si hubiera corrido un maratón en tacones, en Milán, y me hubiera caído y todas las participantes hubieran pasado encima de mí -le digo yo en broma, aunque algo de eso es cierto y ella solo ríe y niega, sentándose al pie de su cama, y posa una mano con delicadeza, comprobando si ya no tengo fiebre.
-Veo que ya te sientes mejor, porque ya haces bromas.
-En realidad no, me duele la cabeza y si, siento como si todo mi cuerpo, hubiera sido aplastado por algo más grande que yo.
-Eso es normal - me da una sonrisa - tuviste fiebre, casi toda la tarde y noche, pero ya tu temperatura es normal, deja voy por una pastilla para que calme un poco el dolor y por tu comida.
-No tengo hambre Meredith -le digo con desgano y haciendo una cara extraña, de desagrado.
-Tiene que comer señorita Montgomery, tuviste fiebre y aparte te pico una serpiente, necesitas obtener fuerzas y si no comes entonces...
Me dice y yo la interrumpo.
-Puedo empeorar, lo sé, ¿se te olvida que yo soy médico? - le digo con superioridad.
-No se me olvida, pero para lo que nos sirvió ayer, que fueras médico -me dice, claramente divertida y yo la veo ofendida.
-Oye, que yo no tengo la culpa de que me haya pasado eso y si, para tu información, soy una gran doctora.
-A que si, a ver, si eres una gran doctora, ¿Cuántos Harper Avery, tienes?
-Son Catherine Fox, y para tu información, eso solo pasa en Greys Anatomy, listilla, pero si no fuera así, todos fueran míos.
-Eso no lo dudaría - me dice ella -ahora deja que voy por tu comida y por tu pastilla, ¿te parece? -yo solo le asiento con la cabeza.
Cuando está a punto de salir, le vuelvo a hablar.
-Mer.
- ¿Qué pasa?
-Gracias...
-No tienes que agradecer Addison.
-Ayer me salvaste, a pesar de tu enojo, me ayudaste y no sé qué hubiera hecho si no hubieras estado ahí, así que gracias.
Ella se regresa y me mira con una sonrisa compasiva y puede que hasta tierna, pero con un poco de arrepentimiento.
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Mundos diferentes
FanficDicen que los polos iguales se repelen. Dicen que los polos opuestos se atraen. ¿Pero qué pasa cuando dos mundos opuestos se juntan? ¿Cuándo dos personas tan diferentes se atraen por el poder del amor?