CAPÍTULO 10: en el abismo (parte 2)

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TOM

Nos compactamos en la camioneta BMW que yo mismo le había vendido a Jack, ahora quien la conducía era Clare. Georg y Gustav habían insistido en que fuese yo quien viajara en el asiento del copiloto, para tener espacio suficiente y evitar posibles magulladuras en mi herida, que considerados, casi puse los ojos en blanco. La chica encendió el auto y nos pusimos en movimiento, iríamos al bar en el que trabajaba Bill, necesitábamos ensayar para la presentación y mi jodido gemelo nunca había encontrado un espacio en su "apretado" horario para practicar con los chicos. Ahora, se me había metido en la cabeza la idea de tocar con la banda en la presentación del día siguiente, quizás sería la última vez que lo hacía, así que, ni el dolor en mi costado ni el enfado de mi madre ni nada iba a hacerme cambiar de parecer.

− ¿y cómo te sientes Tom?−mire a la chica, quien había roto el silencio existente en el auto.

Me encogí de hombros

−supongo que bien

−oye viejo−algo me golpeo en la nuca, mire por encima de mi hombro, Georg

− ¿Qué?−lo cuestione, no me encontraba de ánimos conversadores esa noche

Larisa ocupaba la mayor parte de mi pensamiento, pero además, debía de esperar la llamada de Ina, para poder decirle que aceptaba su negocio, que regresaría a Leipzig y me pondría bajo sus órdenes, como distribuidor y como lo que le viniera en gana a la maldita zorra, mierda, y ahí iba yo, de nuevo a la basura, de nuevo a la porquería y a la inconsciencia...

−David propuso que incluyéramos una canción que tu hermano nos canto−alce una ceja, ante las palabras de Georg− ¿Qué?

− ¿Cuál canción canto Bill?−cuestione.

El pendejo de mi hermano era un compositor nato, no podía negarlo, siempre lo había sido, desde que éramos unos niños, él escribía sobre lo que sentía, aunque a veces fuesen letras tontas y desabridas, el había compuesto todas las canciones para su banda anterior, para Devilish, y en varias ocasiones fui yo quien les puso música a esas letras, mi jodido gemelo tenía talento y voz, y aun así se atrevía a decir que la música "no era lo suyo", si como no.

−no nos dio el nombre pero la letra esta genial−Georg sonrió−toda una caja de monerías tu gemelo eh

−tiene talento−murmuro Gustav, quien miraba distraída y tranquilamente por la ventanilla del auto−su canción me conmovió−me miro− ¿alguna vez escuchaste como sonaba la música de esa canción? ¿Qué estilo tenia la banda de Bill?

¿Qué si había escuchado como sonaba la música? ¡Si no me habían dado la mas mínima y jodida pista de que canción fue! Reí por lo bajo.

−Gus−le medio sonreí a mi amigo− ¿tengo cara de adivino?−el rubio negó con la cabeza, mientras su ceño se arrugaba−no sé qué canción canto Bill, ¿Cómo quieres que sepa como sonaba la música?−negué con la cabeza, removiéndome en el asiento−el estilo de Devilish era algo parecido al nuestro.

−uh−murmuro Gustav, Georg soltó una sonora carcajada.

− ¿de qué te ríes?−cuestiono seriamente Clare, evidentemente la risa del chico la había molestado.

−de nada−dijo Georg entre los vestigios de su risa−acabo de recordar Tom−lo mire con atención−traje tu Gibson, la que habías dejado en mi departamento.

−gracias−masculle, sin darle mucha importancia ni encontrarle la gracia a las palabras del castaño.

Clare detuvo la camioneta, mire por la ventanilla, mierda, ya habíamos llegado al bar donde trabajaba mi hermano, el estacionamiento estaba atestado. Tome una bocanada de aire, no tenía ganas de ver a Bill, no estaba molesto con él, pero la mirada llena de amargura y desprecio que me había concedido al encontrarme a punto de besar a Larisa no se alejaba de mi mente, ¿Qué había visto en mi? ¿A un maldito degenerado que no le importa follarse a quien sea? ¿Sintió repulsión por mí? El solo pensamiento me dolió, mi gemelo y yo éramos muy unidos, siempre peleábamos, claro, como todos los hermanos sobre la faz de la tierra, pero la molestia entre ambos no duraba demasiado, cuando íbamos a la escuela juntos, nos defendíamos mutuamente, y no fueron pocas las ocasiones en las ambos terminamos con los ojos morados a causa de proteger al otro, el cariño que sentía por él era único, especial, como si el fuese una parte de mi mismo con independencia para ser y pensar, pero parte de mi. Quizás si yo hablara con él, si le contara todos los sentimientos que tenia para Larisa, el me entendiera, siempre lo hacía...bueno, la mayoría de las veces.

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