CAPITULO 16: gajes del oficio (parte 1)

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BILL

Las agónicas palabras de Larisa aun resonaban en mis oídos, mientras esperaba pacientemente a que mí jodido gemelo contestara su teléfono celular, ¿Cómo de que iba a ser padre? ¿Con que mujer?

Además, tenia que rogarle al cielo para que a mí querida prima no se le ocurriera la brillantez de quitarse la vida o al menos, intentarlo de nuevo.

-Bill, ¿Qué pasa?-.vaya, por fin me respondía Tom-¿Todo esta bien?–cuestionó, después de unos instantes de mi silencio.

La ira hirvió dentro de mi cuerpo, ¡Tom dañaba a aquella niña sin pensarlo, con cada uno de sus estúpidos actos!

-a ver, Thomas-luché por moderar mi, ahora, enfurecida voz-¿Cómo esta eso de que seré tío? ¿Uh?

El timbre de la puerta principal del departamento sonó, me puse de pie del banco donde había permanecido hasta ese instante sentado, bebiendo una cerveza.

Mi hermano, al otro lado de la línea telefónica soltó un bufido de sorpresa.

-¿Quién te lo dijo?-cuestionó, al fin-¿te llamo mamá?-adivino mi gemelo, y no era necesario para mi mirarlo para saber que el coraje corría por su sistema.

Tomé la manija de la puerta principal y la gire, para toparme con los enormes ojos azules de mi novia, estire mi mano para tomar la de ella, Cheryl sonrió y se adentro en mi casa, cerrando la puerta detrás de si, mirándome de una forma interrogante. Ese día, ella lucia un precioso y espectacular minivestido negro, con la parte inferior “englobada” y unos sexis tacos altos, su cabello, por otra parte, se esparcía, liso y sedoso por su pecho y espalda.

-no, no fue mamá-suspire y le medio sonreí a Cheryl, encaminándola hasta la sala de estar, donde nos sentamos en el sofá mediano-eres un pendejo Thomas-estalle, ante la sorprendida mirada de mi chica-¿Con quien te acostaste? ¡y sin protección!-tome una bocanada de aire-ah, por cierto, me lo dijo la chica a la que juras amar con el alma entera-los ojos de mi novia se abrieron como platos, mientras acariciaba la piel de mis antebrazos, tratando de serenarme con su contacto-¿Cómo PUEDES SER TAN ESTUPIDO?-libere una ruidosa bocanada de aire-¡ELLA TE AMA, GENIO!.

Bien, ya se lo había dicho al pendejo de mi hermano, el secreto mejor guardado y más grande de Larisa acababa de ser violado.

-¿Qué pasa?-me cuestionó mi chica, en un suspiro, mientras se deslizaba por el sofá, quedando más cerca de mi, para recostar su cabeza en mi hombro, la abrace contra mi cuerpo y recosté la mejilla en su coronilla, aspirando el delicioso olor que emanaba su cabello.

Mi hermano tardo lo que me pareció una eternidad en responderme

-¿te lo dijo Larisa?-murmuró, con la voz rota.

Solté una bocanada de aire, despeinando ligeramente el cabello de Cheryl, mientras que mis dedos dibujaban círculos en la piel desnuda de su brazo.

-si, me llamo y esta muy mal-mencione, tan bajo que dude de si mi hermano me había escuchado-¿Quién es la chica?-cuestione, tozudamente.

Escuche un largo y prolongado suspiro o sollozo, imposible saberlo a ciencia cierta

-Clare…-Tragué saliva-me llamo el otro día y me lo dijo-fruncí los labios-espera…-silencio-tengo otra llamada y es importante-añadió mi hermano-te llamo en un rato.

Lo siguiente que escuche fue la línea muerta, aparte mi teléfono celular de mi oreja y lo deposite sobre el sofá.

-¿Cómo estas nena?-cuestione a mi chica, mientras sus ojos se trababan con los míos y su brazo rodeaba mi cintura-que linda estas…-murmure, contra su cabello, mientras mis labios rozaban su oreja, ella soltó una risita, apretó su agarre entorno a mi con mas empeño y oculto su rostro en el hueco de mi cuello.

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