CAPÍTULO 29: despedida

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Tom

Mi corazón quería salirse de mi pecho, huir, volar, ir junto a ella. Limpie las lágrimas silenciosas que corrían por mis mejillas y que me nublaban la visión.

A la mierda la advertencia de Camille de meterme en prisión, a la mierda todo, tenía que verla, tenía que abrazarla, impedirle irse... ¿que sería de mi vida y mi corazón si ya no la volvía a ver?

Habían pasado dos días desde el incidente en casa de Ina, Camille sabía que entre Larisa y yo había algo y me había amenazado para que no me le acercará... pero iba a morir sin ella, sin el motivo que me mantenía vivo.

- ¿estas bien?-cuestiono Bill y yo lo miré de soslayo-espero que Camille no cumpla su amenaza porque sino...

-no me importan sus amenazas-susurré, con la voz rota, para sorber mi nariz-tengo que ver a Larisa.

Habíamos tomado prestado el auto de mamá y andábamos a la velocidad máxima que mi hermano se atrevía a conducir por la calle, directo hacia el aeropuerto.

-Que se vaya no quiere decir que no la vas a volver a ver-trató de tranquilizarme mi hermano-existe el teléfono celular y el Internet.

Larisa se iba, se la llevaba su madre a Francia y yo acababa de enterarme, ¿como mierdas podía estar realmente pasando esto? ¿cómo?

-existen pero...-un nudo me cerró la garganta, haciendo que mi se cortará- ¿y si ella se olvida de mi?

Bill

Había tantas personas en el aeropuerto que no podía creer posible que encontráramos a Lari... y quizás fuese lo mejor, Camille podía emprender acciones legales contra mi hermano, ¡si lo sabía yo!, que pase por una amarga experiencia por culpa del padre de Cheryl.

-date prisa tortuga-gruñó mi gemelo, sin mirarme.

Entrecerre los ojos, si hubiese sabido que me haría caminar tanto habría optado por unas tennis en lugar de mis zapatos de plataforma poco masculinos.

Tom casi corría, mirando los señalamientos y las pizarras electrónicas donde se anunciaban las próximas llegadas y salidas, haciendo más notable su desesperación.

-París...-señale una de las pizarras y a Tom se le iluminó el rostro-Joder, esperame...

Mi hermano me había dejado atras, perdiéndose entre la gente y por una única vez no pude molestarme.

Larisa

No podía dejar de llorar, me lo ordenaba a mi misma pero mis ojos no me obedecían.

Nos encontrábamos en el aeropuerto, esperando el abordaje para nuestro vuelo a París y mamá hablaba por teléfono, sin prestarme demasiada atención. Me pregunté por un segundo con quien hablaría, lo hacia en francés y parecía demasiado cómoda.

Me puse de pie de la silla en la que me había mantenido sentada, captando así la atención de ella.

- ¿a Donde vas?-quiso saber.

Sorbi mi nariz, necesitaba ir al baño a limpiar el desastre que debía de ser mi rostro.

-Al baño-masculle, limpiadome las mejillas con los dedos.

-Si, limpia esa cara...-mencionó-Pero date prisa que no pienso perder el vuelo.

No le respondí, me limite a alejarme de ella, me sentía tan rota que me estaba ahogando en mi propia desesperación.

Entre en el baño, directo al espejo, mirándome, mis mejillas estaban enrojecidas y mi nariz también. Me permití llorar hasta que mis conductos lágrimales se secaron, ¿porque tenían que ser así las cosas? ¿porque no podía ser mayor para estar con quien yo lo deseara? Amaba a Tom, lo amaba con Toda el alma y no le hacia daño a nadie con hacerlo, él nunca me había puesto un sólo dedo encima a pesar de que prácticamente me le ofrecí en una ocasión, él me amaba también y nunca me haría daño... sorbi mi nariz y limpie mis lágrimas con un trozo de papel sanitario, para lavarme el rostro con agua fría, suspirando amargamente.

Me daba terror que pensar que me iría a Francia y Clare se las arreglara para quedarse a Tom, después de todo se suponía que estaba embarazada de él.

Salí del baño, con pasos lentos y forzados, para recargarme en el marco de la puerta, queriendo huir de ahí, ocultarme de mamá.

-debe de estar en aquella sala...-alce la mirada de mis zapatos, esa voz.

Jadee, Tom y Bill caminaban hacía la sala donde estaba mamá. Mi corazón comenzó a latir con fuerza en mi interior, ¿acaso estaba delirando? Comencé a andar hacia ellos, tratando de respirar con normalidad.

- ¡Tom!-el chico a quien amaba se detuvo y miró por encima de su hombro.

Corrí en su dirección, con los ojos llenos de lágrimas de nuevo. Tom se giró y se encaminó en mi dirección, con la sorpresa dibujada en sus facciones.

Salte a sus brazos cuando estuve frente a él, Tom me alzó del suelo y yo lo apreté con fuerza, era real, estaba ahí, con su cuerpo adherido al mío, respirando aceleradamente, ¿estaba llorando?

-Pensé que nunca te iba a volver a ver-susurró, besandome cerca de la oreja-por Dios Larisa, te amo tanto...

Oculte el rostro en el costado de su cuello, aspirando su olor tan embriagador, tan extrañamente familiar, tan tranquilizador. Tom me colocó sobre mis pies de nuevo aunque no se apartó de mi.

-Y yo te amo a ti-susurre a mi vez-No quiero... irme-ahogue un sollozo y él me apretó más contra si-No quiero que te olvides de mi.

-No podría...-murmuró-te prometo que voy a cambiar Larisa-apreté los párpados, sintiendo las lágrimas calientes rodar por mis mejillas-voy a convertirme en alguien digno de tu amor.

-pasajeros con destino a París, Francia, favor de abordar por la puerta b128...-me aparte de Tom, mirandolo a los ojos, dándome cuenta que lloraba en silencio-pasajeros con destino a París, Francia, favor de abordar por la puerta b128...

- ¿ya te vas?-cuestiono él, con la voz rota y yo tuve que asentir.

-Si...-murmure y Tom sujeto mi rostro con sus manos.

Sabía perfectamente que iba a besarme y mis ojos se cerraron por convicción propia antes de que su aliento me rozara la piel... su toque fue suave y delicado, le respondí el beso sintiendo cómo mi corazón se aceleraba, lo amaba tanto.

-no te olvides de mi, ¿si?-pidió Tom cuando nos separamos.

Negué con la cabeza, odiandome por tener que resignarme a no verlo, lo bese superficialmente en los labios y hui, directo a mi maldito destino.

TentaciónDonde viven las historias. Descúbrelo ahora