Efectos inesperados

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El eco de sus pasos resonaba en los silenciosos pasillos del castillo

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El eco de sus pasos resonaba en los silenciosos pasillos del castillo. Soobin mantenía su postura recta y su mirada fija al frente, como siempre, mientras Yeonjun caminaba a su lado con un aire de satisfacción apenas disimulado. Sin embargo, algo en la figura del guardia parecía diferente.

Soobin llevaba una mano a su frente de vez en cuando, un gesto sutil que no pasó desapercibido para el príncipe.

—¿Te encuentras bien? —preguntó Yeonjun, inclinándose un poco para mirarlo más de cerca.

—Estoy bien, alteza. —La voz de Soobin era firme, pero había un leve temblor en su tono que no coincidía con su habitual compostura.

Yeonjun frunció el ceño, desacelerando su paso hasta detenerse.

—Soobin. —Esta vez su tono fue más serio, casi exigente—. No estás bien.

El guardia intentó replicar, pero las palabras se quedaron atrapadas en su garganta. Una punzada de calor subió desde su pecho hasta su cuello, haciendo que su piel se sintiera demasiado ajustada bajo la armadura.

Antes de que pudiera evitarlo, una gota de sudor rodó por su sien.

—Alteza, creo que... —Su voz se apagó, y tuvo que apoyarse contra la pared para evitar perder el equilibrio.

Yeonjun se acercó rápidamente, alarmado.

—¡Soobin! ¿Qué ocurre? ¿Te duele algo?

El guardia negó con la cabeza, pero sus movimientos eran torpes. A pesar de su malestar, seguía intentando mantenerse erguido, luchando contra lo que fuera que estaba afectándolo.

Yeonjun lo tomó por el brazo, ayudándolo a sentarse en un banco cercano. Su expresión había pasado de la preocupación inicial a una mezcla de culpa y confusión.

"¿Puse demasiado? Tal vez me equivoqué...", pensó mientras observaba a Soobin respirar pesadamente.

—Voy a llamar a un médico —anunció el príncipe, levantándose, pero antes de que pudiera dar un paso, una mano fuerte lo detuvo por la muñeca.

El contacto fue firme, casi desesperado. Cuando Yeonjun miró hacia abajo, encontró los ojos de Soobin fijos en los suyos, con una intensidad que nunca antes había visto.

—No te vayas —murmuró el guardia, su voz ronca y cargada de algo que Yeonjun no pudo identificar de inmediato.

El príncipe tragó saliva, sintiendo cómo el ambiente cambiaba a su alrededor. Algo había funcionado, pero no de la manera que él esperaba.

—Soobin, yo... —intentó hablar, pero las palabras se ahogaron en su garganta cuando el guardia se levantó repentinamente, acercándose demasiado.

Las manos de Soobin, usualmente controladas y medidas, se posaron en los hombros de Yeonjun con una fuerza que lo dejó sin aliento. El calor que emanaba del cuerpo del guardia era abrumador, como si una fiebre ardiente lo estuviera consumiendo desde dentro.

—Soobin, estás actuando extraño —susurró el príncipe, intentando mantener la compostura. Pero su voz temblaba ligeramente, un reflejo de la extraña mezcla de emoción y temor que sentía.

El guardia no respondió. En lugar de eso, sus dedos se deslizaron lentamente hacia la base del cuello de Yeonjun, rozando su piel con una delicadeza que contrastaba con la intensidad de su mirada.

Yeonjun se quedó congelado, su mente corriendo a mil por hora. Había deseado la atención de Soobin, sí, pero esto era diferente. Este no era el control que imaginó tener.

—Basta. —La palabra salió de sus labios con más firmeza de la que esperaba.

El sonido pareció sacudir a Soobin, quien retrocedió un paso, llevando una mano a su cabeza como si estuviera despertando de un sueño.

—¿Qué... qué estoy haciendo? —murmuró, su voz llena de confusión.

Yeonjun dio un paso atrás, respirando profundamente mientras trataba de recuperar el control de la situación. Observó cómo Soobin parecía luchar contra algo invisible, su cuerpo rígido y sus ojos evitando los de él.

El príncipe bajó la mirada al suelo, apretando los puños.

"Ha funcionado", pensó con una mezcla de satisfacción y arrepentimiento. Pero al mismo tiempo, sabía que había cruzado una línea. Una línea que nunca podría deshacer.

—Deberías descansar, Soobin —dijo finalmente, su voz más suave.

El guardia asintió débilmente, aún evitando su mirada.

—Lo siento, alteza. No sé qué me pasó.

Yeonjun sonrió, pero no llegó a sus ojos.

—No te preocupes. Yo me encargo de ti. Siempre lo haré.

Mientras Soobin se alejaba tambaleándose por el pasillo, Yeonjun se quedó en su lugar, observándolo con una mezcla de emociones difíciles de descifrar. Sabía que ese momento era solo el comienzo. Lo que había empezado como un juego se estaba convirtiendo rápidamente en algo mucho más peligroso.

 Lo que había empezado como un juego se estaba convirtiendo rápidamente en algo mucho más peligroso

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Yeonjun se la re vivía Y soobin bien panequeado.

⌇ 🍥 彡 ‧₊˚ ᴹʸ ʰᵉᵃʳᵗ ⁱˢ ᶠᵘˡˡ ᵒᶠ ˡᵒᵛᵉ ᶜᵃᵏᵉ ꒱ 𓈒 ✦

ˡᵒᵛᵉ ᶜᵃᵏᵉ (soojun)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora