El sol comenzaba a filtrarse entre las pesadas cortinas, despertando a Yeonjun con su cálido resplandor. Se estiró en la cama, aún sintiendo el suave peso de la manta sobre su cuerpo, pero algo en la habitación le pareció extraño.
Se giró hacia el sofá, donde, para su sorpresa, vio a Soobin dormido. O al menos, eso parecía.
¿Cómo había llegado allí? Yeonjun se sentó en la cama, sus ojos fijos en el guardia. No recordaba haberle dado permiso para entrar, mucho menos para quedarse a dormir en su habitación. Y la sensación de que algo no encajaba lo envolvía. El príncipe se levantó de la cama y caminó con cautela hacia el
sofá.Soobin estaba recostado sobre un lado, con los ojos cerrados, su respiración tranquila, pero lo que más llamó la atención de Yeonjun fue la expresión de calma que mostraba. Algo en su rostro, esa paz inquietante, lo hacía sentir incómodo. ¿Cómo había conseguido entrar sin que él lo notara?
El principe se detuvo frente a él, observando cada detalle, cada gesto.
Soobin parecía ajeno al mundo, pero Yeonjun podía jurar que algo en su cuerpo se tensó al sentir su presencia.
—¿Soobin? —llamó suavemente, pero su voz apenas rompió el silencio de la habitación.Al escuchar su nombre, Soobin abrió los ojos lentamente, como si despertara de un sueño profundo. Se estiró perezosamente y, para sorpresa de Yeonjun, sonrió con un destello en sus ojos que no pasó desapercibido. Esa sonrisa, tan tranquila pero cargada de algo más, hizo que el corazón de Yeonjun latiera más rápido.
-¿Alteza? —dijo Soobin, su tono tan suave como si no estuviera en medio de una situación completamente inapropiada—. ¿Dormiste bien?
Yeonjun frunció el ceño, sin entender qué estaba pasando. Soobin se levantó del sofá, su cuerpo moviéndose con una gracia innata, como si estuviera completamente cómodo en su entorno, como si la habitación fuera suya también.
—¿Qué estás haciendo aquí? —preguntó
Yeonjun, un tanto desconcertado, sus ojos fijos en Soobin.Soobin le lanzó una mirada que fue casi como un reto. Se acercó lentamente, sin prisa, y pasó a su lado como si estuviera inspeccionando al príncipe, su respiración ligeramente más pesada de lo normal. La cercanía hizo que Yeonjun diera un paso atrás instintivamente, pero Soobin lo siguió sin perder el ritmo.
—Te estaba vigilando —respondió
Soobin con una sonrisa juguetona, mientras sus dedos pasaban a rozar sutilmente la cintura de Yeonjun, como si fuera algo completamente normal.El toque lo dejó atónito. La piel de Yeonjun se erizó al instante. No pudo evitar el estremecimiento cuando sintió los dedos de Soobin rozar la tela de su camisa y, por un momento, casi pensó que su mente le estaba jugando una mala pasada.
—No entiendo... —murmuró Yeonjun, sintiéndose atrapado, pero aún no podía apartar la mirada del guardia. La proximidad de Soobin le resultaba perturbadora, casi intoxicante.
Soobin no respondió inmediatamente.
En lugar de eso, se acercó aún más, su rostro tan cerca del de Yeonjun que el príncipe podía sentir el calor de su aliento en su piel. Los ojos de Soobin brillaban con algo oscuro, como si supiera algo que Yeonjun no entendía.—¿No te gustan los toques, alteza? — susurró Soobin con una voz cargada de insinuaciones, mientras su mano se deslizaba por el brazo de Yeonjun, provocando una reacción inmediata en el principe, quien sintió que su cuerpo se tensaba involuntariamente.
-Soobin... - intentó protestar Yeonjun, pero las palabras no salieron como esperaba. Su voz sonó vacilante, demasiado débil para desafiar al guardia.
Soobin no le dio tiempo para reaccionar.
Con una velocidad sorprendente, se acercó más, y esta vez, su mano se deslizó hacia el cuello de Yeonjun, tocando la piel expuesta con una suavidad peligrosa. El príncipe tragó saliva, sintiendo cómo su cuerpo reaccionaba ante el contacto, aún confundido por el hecho de que Soobin estuviera tocándole de esa forma.
—¿No te gustaría saber qué haría si estuviera más cerca? —dijo Soobin en un susurro, como si le hablara al oido, su aliento rozando la piel de Yeonjun y causando que el príncipe se sintiera cada vez más incomodo, pero al mismo tiempo, más deseoso de saber qué pasaría a continuación.
Soobin rozó su pulgar sobre la mandíbula de Yeonjun, presionando ligeramente, forzando al principe a levantar la cabeza. La mirada que le dio Soobin era tan penetrante, tan segura de sí mismo, que Yeonjun se sintió totalmente desbordado por la intensidad de sus ojos. Soobin había cruzado una línea, y lo sabía.
—¿Qué estás haciendo? —preguntó
Yeonjun finalmente, la voz quebrada por la mezcla de sensaciones que lo invadían. No era solo miedo, no era solo incomodidad.Era... algo más.
Soobin sonrió con satisfacción, como si estuviera disfrutando del descontrol de Yeonjun. Entonces, con un movimiento brusco, lo atrajo hacia él, presionando su cuerpo contra el del príncipe. La reacción de Yeonjun fue inmediata: se tensó, sus ojos se agrandaron y, por un segundo, no supo cómo reaccionar.
-Es sencillo, alteza -dijo Soobin, su voz grave y ronca—. Estoy asegurándome de que entiendas que no todo en este palacio tiene que ser como tú lo planeas.
Yeonjun, atrapado en la burbuja de sensaciones que Soobin le estaba creando, apenas pudo procesar sus palabras. La cercanía, el toque insistente, la tensión palpable entre ambos. Todo le decía que debía apartarse, que debía rechazarlo. Pero,¿y si no quería hacerlo?
Soobin estaba tocando cada parte de él con una facilidad desconcertante, como si ya supiera todo lo que podría desestabilizarlo. Y mientras su mente luchaba por mantenerse alerta, su cuerpo le estaba dando respuestas que no podía ignorar.
Entonces, sin pensarlo, Soobin lo abrazó con más fuerza, haciendo que Yeonjun se sintiera atrapado entre el sofá y el guardia, su aliento pesado sobre su cuello. Y todo lo que el príncipe pudo hacer fue cerrar los ojos, preguntándose, por primera vez, si todo lo que había sentido hasta ese momento realmente era... lo que quería.
⌇ 🍥 彡 ‧₊˚ ᴹʸ ʰᵉᵃʳᵗ ⁱˢ ᶠᵘˡˡ ᵒᶠ ˡᵒᵛᵉ ᶜᵃᵏᵉ ꒱ 𓈒 ✦
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ˡᵒᵛᵉ ᶜᵃᵏᵉ (soojun)
FanfictionEn el reino de Eryndor, el príncipe heredero Yeonjun es conocido por su encanto, dulzura y una peculiar pasión: hornear pasteles. Pero detrás de sus exquisitas creaciones se esconde algo más que simple repostería. Guiado por la misteriosa y sabia re...