Al amanecer, Yeonjun se despertó con una resolución clara en su mente: iba a cobrar el favor que Soobin le debía. Había pasado la noche reflexionando sobre cómo podía hacer que Soobin pagara por el "robo" de su primer beso, y la solución le parecía simple. Después de todo, si quería estar cerca de él y aún así mantener el control, lo mejor era una serie de pequeñas torturas... y sabía exactamente qué cosas molestaban a Soobin.
Con una sonrisa malévola, Yeonjun se levantó de la cama, se vistió con calma, y salió de su habitación directo a la de Soobin, encontrando al guardia aún durmiendo. Lo miró un momento, pensando en lo divertido que sería despertarlo de una manera... memorable.
Sin pensarlo mucho más, golpeó la puerta.
—¡Soobin! ¡Levántate ya! —gritó a través de la puerta, sin darle tiempo a responder. Cuando no escuchó nada, decidió entrar sin esperar.
—¡¿Qué?! —Soobin despertó sobresaltado, incorporándose de golpe con una expresión de completo desconcierto al ver a Yeonjun frente a él, con una sonrisa de triunfo en su rostro—. ¿Qué pasa? ¿Es tan temprano para torturarme?
—Oh, no, nada de eso —dijo Yeonjun, dándose vuelta con un aire de suficiencia mientras se cruzaba de brazos—. Vengo a cobrar el favor que me debes, ¿recuerdas?
Soobin frunció el ceño, aunque su expresión mostraba una leve preocupación, como si supiera que las cosas no terminarían bien para él.
—¿Qué tipo de favor quieres, alteza?
Yeonjun lo miró de reojo, disfrutando de la anticipación. Sabía que lo que le iba a pedir sería un desafío para Soobin, pero también lo haría reír.
—Bueno, ahora que lo mencionas... vamos a pasar el día juntos. Yo decido lo que hacemos, claro. Primero, vamos a tomar té y galletitas. Luego, hornearemos un pastel con la señorita bruja, la repostera que tanto te gusta —dijo, sonriendo con malicia al mencionar la "bruja"—. Y para terminar, coronas de flores.
Soobin se quedó paralizado por un segundo, como si intentara procesar todo lo que acababa de escuchar.
—¿Qué? ¿Coronas de flores? ¿Eso es lo que quieres?
—¡Exacto! —respondió Yeonjun sin perder la sonrisa—. Y no puedes decir que no, después de todo, tú me debes un favor.
Soobin suspiró pesadamente, sabiendo que no podía escapar de esto. A pesar de la aparente tranquilidad, había algo en la actitud de Yeonjun que le decía que no podía tomarse todo esto tan a la ligera.
—¿Te parece divertido? —preguntó Soobin, su voz llena de resignación.
—¡Por supuesto que sí! —respondió Yeonjun con entusiasmo—. Será divertido para mí, y tú solo tendrás que seguir mis instrucciones. No te preocupes, no será tan malo... —añadió, aunque su tono estaba lleno de sarcasmo.
Soobin no pudo evitar fruncir el ceño mientras se levantaba del sofá.
—Está bien, lo haré, pero no me hagas preguntas incómodas mientras horneamos —dijo con un suspiro, sabiendo que no podía hacer mucho más.
La tarde llegó y el plan de Yeonjun se llevó a cabo tal como lo había planeado.
Primero, los dos se sentaron a tomar té, mientras comían galletitas que Soobin había preparado sin entusiasmo. Aunque Yeonjun disfrutaba la idea de torturar un poco a Soobin, no podía evitar sentirse un poco culpable por lo que había provocado. Sin embargo, eso no lo detuvo.
—Entonces... ¿por qué crees que la señora repostera es una "bruja"? —preguntó Soobin, mirando a Yeonjun con una ceja levantada mientras tomaba su taza de té.
—Porque tiene algo extraño —dijo Yeonjun, sin pensarlo demasiado—. Y bueno, tiene esas historias raras de magia y esas cosas... la gente normal no habla de eso.
Soobin lo miró fijamente, como si estuviera buscando algo en la mirada del príncipe. Sabía que su interés por la repostera no solo era curiosidad inocente.
—¿Y tú realmente crees en eso? —preguntó, en tono de broma.
Yeonjun lo miró serio por un momento, como si le estuviera evaluando, antes de sonreír.
—¿Qué pasa si sí? ¿Tienes algún problema con eso?
Soobin no pudo evitar reírse.
—No, solo que a veces pareces más un niño pequeño que un príncipe.
Yeonjun lo miró con una expresión seria y luego lanzó un cojín a su cara.
—¡Te has metido con el príncipe equivocado, Soobin!
La siguiente estación de su tortura fue la cocina, donde la repostera les esperaba con una sonrisa satisfecha, dispuesta a pasar el tiempo horneando algo que, según ella, "curaría cualquier tristeza".
A medida que comenzaban a mezclar la harina y otros ingredientes, Soobin no pudo evitar notar cómo Yeonjun se divertía con la situación. A veces, el príncipe lo miraba con un brillo en los ojos, como si realmente estuviera disfrutando de hacerle pasar por todo esto.
Finalmente, llegó el momento de las coronas de flores. Soobin casi no podía creerse que estaba realmente allí, sentado con Yeonjun y la repostera, rodeado de flores y pegatinas para adornar sus "creaciones".
—Esto es... extraño —dijo Soobin, mientras trataba de hacer una corona sin que se le deshiciera.
Yeonjun se rio de su frustración.
—Es parte del plan, Soobin. ¡Parte del plan!
Soobin solo podía mirar al príncipe con resignación, mientras Yeonjun continuaba disfrutando de su "venganza". Pero a pesar de todo, al final del día, se dio cuenta de que, a su manera, también estaba comenzando a disfrutarlo. No importaba si las coronas de flores parecían algo ridículas, o si las galletas estaban un poco quemadas. Lo que realmente importaba era que estaba allí, con el príncipe.
Y, de alguna manera, Soobin empezó a entender que, tal vez, sus días juntos no tenían que ser tan complicados después de todo.
⌇ 🍥 彡 ‧₊˚ ᴹʸ ʰᵉᵃʳᵗ ⁱˢ ᶠᵘˡˡ ᵒᶠ ˡᵒᵛᵉ ᶜᵃᵏᵉ ꒱ 𓈒 ✦
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ˡᵒᵛᵉ ᶜᵃᵏᵉ (soojun)
FanfictionEn el reino de Eryndor, el príncipe heredero Yeonjun es conocido por su encanto, dulzura y una peculiar pasión: hornear pasteles. Pero detrás de sus exquisitas creaciones se esconde algo más que simple repostería. Guiado por la misteriosa y sabia re...