El futuro incierto (Final)

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El sol se ocultaba lentamente en el horizonte, tiñendo el cielo de tonos cálidos y dorados

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El sol se ocultaba lentamente en el horizonte, tiñendo el cielo de tonos cálidos y dorados. La tarde había sido tranquila, con los dos paseando por los jardines del castillo, como solían hacer en los días en que todo parecía más simple. El viento suave acariciaba sus rostros, pero había algo en el aire esa noche que se sentía diferente, como si una verdad importante estuviera por revelarse.

Yeonjun caminaba junto a Soobin, sus pasos en armonía, pero sus pensamientos parecían lejos. Había recibido noticias esa mañana, una noticia que había cambiado todo: debía casarse. La noticia había llegado de parte de su padre, quien le había comunicado que para ascender al trono y tomar el liderazgo del reino, debía formar una alianza con una noble de otro reino, una unión estratégica.

Se sentía atrapado, como si su vida estuviera siendo decidida por otros, sin poder hacer nada para evitarlo. Esa noche, al ver a Soobin a su lado, sintió el peso de la decisión sobre sus hombros.

—Soobin... —dijo Yeonjun, deteniéndose en medio del sendero mientras miraba el cielo estrellado.

Soobin lo miró, notando de inmediato que algo estaba molestando a su príncipe. Su postura tensa y su rostro pensativo no pasaron desapercibidos.

—¿Qué pasa, alteza? —preguntó, con tono suave, tratando de esconder la preocupación que se formaba en su pecho.

—Voy a tener que casarme. —La frase salió sin más, casi como si él mismo no pudiera creer lo que estaba diciendo.

Soobin se quedó en silencio por un momento, procesando las palabras de Yeonjun. Sabía que el príncipe tenía muchas responsabilidades, pero nunca pensó que este momento llegaría tan pronto.

—¿Y te vas a casar con alguien que no amas? —preguntó Soobin, su voz grave y seria, aunque su mirada estaba fija en el suelo, evitando los ojos del príncipe.

Yeonjun respiró hondo, tratando de controlar las emociones que se agolpaban en su pecho.

—Parece que no tengo otra opción. Mi destino está marcado. —Luego, con una pequeña sonrisa triste, se acercó a Soobin—. Y tú... ¿te casarías conmigo, Soobin? O aún mejor...¿me robarías?

Soobin levantó la mirada, sorprendido por la pregunta. No esperaba escuchar algo así de Yeonjun, al menos no de una manera tan directa. La confusión en sus ojos era evidente.

—¿Te casarías conmigo? —repitió Yeonjun, tomando la mano de Soobin con una ternura inusitada—. Te regalo una corona de flores, como símbolo de mi propuesta.

Soobin miró la corona de flores en las manos de Yeonjun, que él había hecho con sus propias manos esa misma tarde, mientras bromeaban sobre lo ridículo que sería darla como una "propuesta oficial". Sonrió levemente, sintiendo un calor en el pecho que no había sentido en mucho tiempo.

—Todavía falta mucho para eso, tonto —respondió Soobin, bromeando como siempre, pero sus ojos brillaban con una mezcla de cariño y complicidad—. Aunque... ¿en qué quieres que te robe? ¿En un caballo o te llevo con todo y carruaje?

Yeonjun se rió, aliviado por la respuesta ligera y divertida de Soobin. Sabía que sus bromas siempre aliviaban la tensión, pero algo en su interior también sentía que había dado un paso más cerca de algo más grande.

—Me llevarías en carruaje, Soobin... —respondió, sonriendo, mientras sus dedos entrelazaban los de Soobin con suavidad—. Quizás lo más importante no es el destino, sino la persona con la que viajas hacia él.

Soobin lo miró a los ojos, ya sin la broma en su tono, sabiendo que las palabras de Yeonjun eran sinceras.

—No tienes que casarte con alguien que no amas —dijo, más serio que nunca—. Pero si realmente no quieres hacerlo, tal vez hay una manera de que todo esto cambie...

Yeonjun lo miró, sus ojos brillando con una mezcla de esperanza y miedo. Sabía que Soobin lo entendía de una manera que nadie más lo hacía, que su conexión iba más allá de los compromisos de la realeza o las expectativas del reino.

—Te haré una promesa —dijo Yeonjun, su voz firme—. No importa lo que pase, Soobin. Lo que más quiero es que seas feliz. Y, si eso significa que tú y yo...

—Entonces dejemos que el futuro decida —interrumpió Soobin, con una sonrisa traviesa—. Pero por ahora, ¿te parece si nos olvidamos de todo eso y disfrutamos de este momento?

Yeonjun asintió, sintiendo una paz momentánea en su corazón. No importaba lo que el futuro les deparara, al menos por ese instante, podían estar juntos sin preocupaciones. El amor que compartían era joven y lleno de posibilidades, y eso era lo que más importaba.

—Entonces, ¿me sigues en mi loca idea de recorrer el mundo juntos, príncipe? —preguntó Soobin, bromeando de nuevo, pero con un brillo especial en su mirada.

Yeonjun sonrió, tomándolo del brazo y guiándolo hacia el castillo, donde su futuro juntos, incierto pero prometedor, les esperaba.

—Te sigo a donde sea, Soobin.

Y mientras caminaban bajo el cielo azul, sabían que no había ninguna aventura más grande que la que estaban por vivir, juntos.

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Ehm, bueno

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ˡᵒᵛᵉ ᶜᵃᵏᵉ (soojun)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora