Las cortinas de seda ondeaban suavemente con la brisa matutina, pero Yeonjun seguía molesto. Se levantó con el ceño fruncido, ajustándose la bata bordada con hilos de oro. Soobin seguía sin aparecer. Había pasado toda la noche reflexionando sobre su indiferencia, y ahora estaba decidido a ignorarlo como castigo. Si no quería cuidar de él como debía, entonces Yeonjun simplemente se ocuparía de sus propios asuntos.
Al final, no había mejor manera de calmar su ánimo que hacer lo que más amaba: hornear.
Bajó al ala sur del castillo, hacia la cálida y perfumada cocina donde la repostera del palacio siempre le recibía con una sonrisa y manos manchadas de harina. Para muchos, ella no era más que una simple cocinera, pero Yeonjun sabía la verdad... o al menos, lo que él creía fervientemente como la verdad.
Ella era una bruja.
—¡Mi príncipe, qué agradable sorpresa! —exclamó la mujer al verlo aparecer en la puerta, con su porte delicado y el cabello ligeramente despeinado—. ¿Qué os trae por aquí tan temprano?
—Solo quería escapar un rato —respondió Yeonjun con un aire despreocupado, pero sus ojos brillaban de emoción al ver la gran mesa llena de ingredientes.
—¿Y quién os persigue esta vez?
—Oh, nadie importante. Solo mi aburrimiento.
La mujer rio y comenzó a contarle una de sus historias mientras le pasaba un delantal. Las leyendas de criaturas mágicas, hechizos y maldiciones fluían de sus labios con tanta naturalidad que Yeonjun las escuchaba con absoluta devoción, como si estuviera leyendo un grimorio antiguo.
Mientras amasaba una mezcla suave y cremosa, su mente se llenó de imágenes de Soobin. ¿Y si le preparaba algo especial? ¿Un pastelito tan dulce que incluso el guardia más indiferente no pudiera resistirse? Sonrió para sí mismo, pero justo entonces escuchó un ruido lejano.
Soobin estaba buscándolo.
En otra parte del castillo, el guardia recorría los pasillos con una expresión de preocupación oculta tras su habitual semblante rígido. Su responsabilidad era proteger al príncipe, y ahora el heredero había desaparecido de su vista.
—¿Dónde demonios se habrá metido...? —murmuró, ajustándose la espada en la cintura mientras apuraba el paso. Había aprendido que Yeonjun era impulsivo y caprichoso, pero nunca dejaba de ser su responsabilidad.
Mientras tanto, en la cocina, Yeonjun seguía mezclando y decorando, ajeno al caos que su ausencia comenzaba a generar. La repostera le miró de reojo y sonrió.
—¿A quién va dedicado este pastel, mi príncipe?
Yeonjun se sonrojó un poco, pero no respondió. Simplemente siguió trabajando con precisión, como si cada detalle del pastel fuera parte de un hechizo que necesitaba lanzar.
Finalmente, cuando el pastel estuvo listo, con su delicado glaseado y un toque de azúcar glas, Yeonjun suspiró con satisfacción. Ahora solo quedaba esperar a que Soobin lo encontrara... porque, por supuesto, Soobin siempre lo encontraba.
⌇ 🍥 彡 ‧₊˚ ᴹʸ ʰᵉᵃʳᵗ ⁱˢ ᶠᵘˡˡ ᵒᶠ ˡᵒᵛᵉ ᶜᵃᵏᵉ ꒱ 𓈒 ✦
ESTÁS LEYENDO
ˡᵒᵛᵉ ᶜᵃᵏᵉ (soojun)
Hayran KurguEn el reino de Eryndor, el príncipe heredero Yeonjun es conocido por su encanto, dulzura y una peculiar pasión: hornear pasteles. Pero detrás de sus exquisitas creaciones se esconde algo más que simple repostería. Guiado por la misteriosa y sabia re...