El silencio del príncipe

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Desde que Yeonjun había salido de la habitación aquel día, sin siquiera mirarlo, algo en el ambiente había cambiado

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Desde que Yeonjun había salido de la habitación aquel día, sin siquiera mirarlo, algo en el ambiente había cambiado. Soobin lo notó de inmediato, aunque al principio intentó no darle demasiada importancia. El príncipe siempre había sido emocional, impulsivo, y amante de los dramas. ¿Cuánto podía durar su enfado esta vez?

Dos días, pensó Soobin. Tres, como mucho. Pero cuando el tercer día llegó y pasó, el guardia empezó a sentir una punzada de incomodidad.

—Buenos días, alteza. —La voz de Soobin había sido amable, incluso relajada, cuando se encontraron en el comedor esa mañana. Pero Yeonjun ni siquiera levantó la mirada de su taza de té.

Sin responder, el príncipe continuó hablando con uno de los sirvientes sobre los arreglos florales para el gran salón, como si Soobin no estuviera allí.

El guardia frunció el ceño, cruzándose de brazos mientras esperaba, pero no hubo ni un vistazo, ni una palabra dirigida hacia él. Nada. Era como si de repente hubiese desaparecido de la vida del príncipe.

—¿Alteza? —intentó de nuevo, esta vez con un tono más firme.

Yeonjun finalmente levantó la vista, pero no hacia Soobin. En lugar de eso, giró la cabeza hacia el sirviente y murmuró algo más sobre las flores antes de levantarse de su asiento y salir del salón sin decir una palabra.

Soobin se quedó inmóvil por un momento, mirando fijamente la puerta por donde el príncipe había desaparecido.

"¿De verdad me está ignorando?" pensó, incrédulo.

***

El resto del día no fue mejor. Cada vez que Soobin intentaba acercarse al príncipe, este encontraba alguna excusa para evitarlo. Si no era una reunión repentina, era un paseo improvisado por los jardines o un entrenamiento de baile que aparentemente no podía esperar.

"Así que ahora estás ocupado todo el tiempo", pensó Soobin, irritado mientras observaba al príncipe practicar movimientos torpes de vals con una maestra de danza.

Era extraño, inquietante incluso. Soobin estaba acostumbrado a los arrebatos de Yeonjun, a sus rabietas y llantos, pero también a su rápida capacidad de perdonar. Esto era diferente. El príncipe no estaba enojado; estaba... distante.

Y eso lo desconcertaba más que cualquier otra cosa.

***

Para cuando cayó la noche, Soobin estaba cansado de dar vueltas en su cabeza. Se detuvo frente a la puerta de los aposentos de Yeonjun, golpeando suavemente antes de entrar sin esperar respuesta.

Yeonjun estaba sentado junto a la ventana, su perfil iluminado por la luz plateada de la luna. Parecía perdido en sus pensamientos, con una expresión tranquila pero pesada.

—Alteza —dijo Soobin, cerrando la puerta tras de sí.

El príncipe no se giró.

—Creí haber dejado claro que no quiero verte, Soobin.

La frialdad en su tono hizo que Soobin se detuviera en seco. No era algo que esperaba escuchar, y mucho menos en un tono tan... indiferente.

—No puedes ignorarme para siempre —replicó el guardia, manteniendo su postura firme—. Soy tu guardia, y mi deber es estar a tu lado.

Yeonjun finalmente se giró, pero sus ojos no tenían el mismo brillo caprichoso de siempre. En su lugar, había algo más. Dolor, tal vez.

—¿Estar a mi lado? —repitió con una pequeña risa amarga—. No lo pareces últimamente.

Las palabras eran un claro reproche, pero Soobin notó que había algo más profundo detrás de ellas.

—Si estás molesto por lo que pasó...

—¿Molesto? —Yeonjun lo interrumpió, poniéndose de pie y acercándose con pasos lentos. Su mirada, aunque tranquila, estaba cargada de una mezcla de emociones—. ¿Molesto? No, Soobin. Estoy... decepcionado.

Soobin sintió que algo pesado se le instalaba en el pecho. No estaba seguro de qué decir, pero el silencio entre ellos se volvió insoportable.

—Yo nunca quise lastimarte —dijo finalmente, su voz baja.

—Pero lo hiciste —respondió Yeonjun, mirándolo directamente a los ojos. Luego volvió a girarse, como si la conversación ya no le interesara—. Por favor, déjame en paz.

Esta vez, Soobin no insistió. Se quedó allí un momento más, observando al príncipe mientras la distancia entre ellos se hacía más grande que nunca. Finalmente, salió de la habitación, cerrando la puerta con cuidado tras de sí.

"¿Qué estás haciendo, Soobin?", se preguntó mientras caminaba por los pasillos oscuros del castillo. Había querido enseñarle una lección al príncipe, pero ahora no estaba seguro de quién era el que realmente estaba aprendiendo algo.

 Había querido enseñarle una lección al príncipe, pero ahora no estaba seguro de quién era el que realmente estaba aprendiendo algo

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ˡᵒᵛᵉ ᶜᵃᵏᵉ (soojun)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora