Un día como ningún otro

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Era una mañana aparentemente tranquila en el castillo

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Era una mañana aparentemente tranquila en el castillo. El sol brillaba sobre los jardines, las aves cantaban, y todo parecía en paz... excepto para Yeonjun, que ya había perdido la paciencia antes de que siquiera terminara su desayuno.

—Alteza, déjeme alimentarlo. —Soobin, sentado demasiado cerca para el gusto de Yeonjun, sostenía una cuchara llena de fruta con una sonrisa descarada en el rostro.

—¡Soobin! Puedo comer solo, ¡soy perfectamente capaz! —gruñó el príncipe, apartando la cuchara con un movimiento brusco.

Pero Soobin, como había estado haciendo en los últimos días, simplemente ignoró el berrinche y continuó con su actitud pegajosa. Incluso se inclinó peligrosamente cerca de Yeonjun, provocando que el príncipe retrocediera hasta quedar atrapado contra el respaldo de su silla.

—No sea tan tímido, alteza. ¿Por qué no me deja cuidar de usted como se merece? —murmuró Soobin en un tono suave, pero lleno de intención.

Yeonjun sintió que su rostro se calentaba de la mezcla de incomodidad y frustración. Desde que había administrado la supuesta poción de amor, Soobin no había dejado de actuar de manera extraña. Lo seguía como una sombra, le lanzaba cumplidos exagerados, y no perdía oportunidad de invadir su espacio personal. Al principio, el príncipe había encontrado todo esto un poco halagador, pero ahora...

—¡Soobin, basta! —exclamó, levantándose de golpe de la mesa. La servilleta cayó al suelo, pero Yeonjun ni siquiera lo notó.

—¿Pero qué hice ahora? —preguntó Soobin, con una expresión de fingida inocencia, aunque su sonrisa traviesa traicionaba su intención.

—¡Todo! ¡Me asfixias! ¡No puedo ni respirar sin que estés a un centímetro de mí! —Yeonjun apretó los puños, luchando por mantener la compostura mientras sentía cómo la frustración lo consumía—. No sé qué te pasa, pero este no eres tú. Yo... yo no quería esto.

Soobin alzó una ceja, divertido. Luego dio un paso hacia Yeonjun, ignorando por completo el espacio personal del príncipe.

—¿Y qué querías entonces, alteza? —preguntó con una voz suave, pero con un tono que lo hizo sonar casi burlón—. ¿Querías a un Soobin frío, distante, y gruñón? ¿El mismo que ignoraba tus berrinches y se dedicaba solo a su trabajo?

Yeonjun parpadeó, sorprendido por las palabras de Soobin, pero no tuvo oportunidad de responder antes de que el guardia continuara.

—Dime, ¿de verdad te gustaba ese Soobin? ¿El que apenas te miraba si no era estrictamente necesario?

—Sí —respondió Yeonjun en un susurro, pero su voz estaba cargada de honestidad. Bajó la mirada, sintiendo que las lágrimas comenzaban a arder en sus ojos—. Sí, porque ese era el Soobin real. Ese era el hombre del que me enamoré... no esta versión falsa.

Las palabras de Yeonjun cayeron como una piedra en el aire. Soobin se quedó en silencio, observándolo con una intensidad que el príncipe no entendió de inmediato. Y entonces, para sorpresa de Yeonjun, Soobin dejó escapar una risa.

—¿Qué tiene de gracioso? —preguntó Yeonjun, levantando la mirada con una mezcla de confusión y enojo.

Soobin dio un paso hacia atrás y cruzó los brazos, aún sonriendo, pero ahora con una expresión completamente distinta.

—Nada. Nada en absoluto... excepto que la poción nunca funcionó, alteza.

El mundo pareció detenerse para Yeonjun.

—¿Qué? —su voz salió en un susurro, como si no pudiera creer lo que acababa de escuchar.

Soobin inclinó la cabeza, disfrutando del momento, aunque había un atisbo de culpa en sus ojos.

—La poción. Nunca tuvo efecto en mí. Sabía lo que estabas tramando desde el principio, Yeonjun. —El tono de Soobin era serio ahora, aunque aún quedaba un rastro de diversión en su expresión— Eres el único ser humano además de la anciana que cree en esas tongas historias eres muy ingenuo.

Yeonjun dio un paso hacia atrás, sintiendo como si el suelo se desmoronara bajo sus pies.

—¿Jugando conmigo? —repitió, su voz temblando. Las lágrimas que había estado conteniendo finalmente comenzaron a caer—. ¿Todo este tiempo? ¿Todo esto fue una broma para ti?

Soobin suspiró y bajó la mirada por primera vez, como si las palabras del príncipe hubieran tenido más impacto del que quería admitir.

—No era mi intención que llegara tan lejos —admitió, aunque su voz seguía firme—. Pero sí, quería enseñarte una lección. No puedes manipular a las personas solo porque tienes miedo de ser rechazado.

Yeonjun se quedó en silencio, mirando a Soobin con una mezcla de dolor y enojo. Quería gritar, quería golpearlo, pero todo lo que pudo hacer fue llorar.

—Yo nunca quise esto... —susurró finalmente, con la voz rota—. Solo quería que me miraras.

Soobin dio un paso hacia él, pero Yeonjun levantó una mano, deteniéndolo.

—No. No digas nada más.

El príncipe se giró y salió de la habitación, dejando a Soobin solo, con la culpa pesándole más de lo que estaba dispuesto a admitir.

El príncipe se giró y salió de la habitación, dejando a Soobin solo, con la culpa pesándole más de lo que estaba dispuesto a admitir

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⌇ 🍥 彡 ‧₊˚ ᴹʸ ʰᵉᵃʳᵗ ⁱˢ ᶠᵘˡˡ ᵒᶠ ˡᵒᵛᵉ ᶜᵃᵏᵉ ꒱ 𓈒 ✦

ˡᵒᵛᵉ ᶜᵃᵏᵉ (soojun)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora