"Were is the Beauty in the Bestiality?"
Aemond Targaryen sabía que había cometido un error, pero ya no podía retroceder en el tiempo para cambiarlo.
Ahora debía vivir con esa maldición de por vida.
¿O tal vez no?
House of the Dragon AU Fanfic
Aemond...
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Written by Monse Targaryen
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"Una carta apareció en la mesa frente a las ventanas. Una carta prolija y con muy buena ortografía que le dio algo de envidia. La letra le sonaba de algo, de alguien específicamente. Su mente golpeaba, intentaba romper esa barrera que no dejaba escapar nada, en absoluto nada...
Molesta ya estaba. Tantos días intentando descubrir su verdadero papel en ese lugar, pero solo terminaba yendo en otra dirección muy opuesta a la misión encomendada en un principio. Ya, encontró a sus pri... hermanos y luego ¿Qué? ¿Para qué quedarse allí? ¿Con que motivos? Las palabras de aquella bruja llegaron de pronto.
"Realizaras tu misión, pero pagaras un precio. Precio que sabrás, cuando el momento llegue"
¿Ese fue el precio que pago? ¿Rescatar a sus hermanos y quedarse en su lugar? No lo sentía como un premio si era honesta. Se dio cuenta que en la Ciudad, lo único cambiante era la barrera mágica que la rodeaba y que hacía creer a todos alrededor que todos los días aumentaba y aumentaba. Pero eso era una mentira, una ilusión para aquellos intrusos que querían entrar por lugares no habilitados.
"Han pasado meses desde que la Maldición cayo en King's Landing. Aunque, la verdadera pregunta es ¿Realmente cayó una maldición en la Ciudad o solo son las palabras de personas asustadas?"
Eran palabras de gente asustada ante lo desconocido. Nadie en la cuidad había cambiado. Seguían siendo las mismas personas, los mismos hogares, el mismo mercado. Lo único cambiante era la Fortaleza Roja, que poco a poco gracias a sus esfuerzos de limpieza y redecoración, estaba tomando la forma que anteriormente tenía.
"La aventura más maravillosa de tu vida"
Aventura...
Su vivencia en la Fortaleza, con los mininos y la bestia, era una aventura diaria. Sus divertidas discusiones con la bestia, sus descubrimientos, las veces que se quedaba observando a los mininos jugar o tan solo leer bajo el cálido fuego de la chimenea. Todo era una aventura que antes, durante su estancia en el Valle no disfrutaba.
Tal vez lo hacía, pero no con la misma fascinación que en esos días. Todas las mañanas se levantaba preguntando que haría de nuevo durante el día. En el Valle se levantaba y ya sabía lo que tenía que hacer, un itinerario que su abuela le hacía cumplir al pie de la letra desde su levantar hasta su acostar.
