"Were is the Beauty in the Bestiality?"
Aemond Targaryen sabía que había cometido un error, pero ya no podía retroceder en el tiempo para cambiarlo.
Ahora debía vivir con esa maldición de por vida.
¿O tal vez no?
House of the Dragon AU Fanfic
Aemond...
¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
⭑･ﾟﾟ･*:༅｡.｡༅:*ﾟ:*:✼✿
𝐖𝐫𝐢𝐭𝐭𝐞𝐧 𝐛𝐲 𝐌𝐢𝐬𝐬 𝐓𝐚𝐫𝐠𝐚𝐫𝐲𝐞𝐧
✿✼:*:༅｡.｡༅:*･ﾟﾟ･⭑
El cuento había terminado.
Los niños habían estado atentos a cada palabra que su madre decía. Mientras que el hombre tras de ella, observaba a sus hijos y las reacciones que tuvieron durante la historia.
Aun podía recordar el dolor de las dos transformaciones que su cuerpo tuvo: cuando se transformó en esa bestia y cuando volvió a ser humano.
— ¿Qué paso con el príncipe y la Lady, mami? —Preguntó el niño más grande.
Sus padres se miraron y sonrieron.
—Se casaron y formaron una linda familia, claro —respondió la mujer. La chiquilla menor chillo feliz, dando aplausos ante lo escuchado—. Viven felices y tranquilos luego de todo por lo que pasaron.
Uno de los hijos negó. Algo en su mirada era de sospecha, sus ojos entrecerrados y su boca en una fina línea. Sus padres lo observaron curiosos.
—No puede ser así de sencillo ¿Y si los traidores regresan? ¿Y si la maldición regresa? —Dice.
—El príncipe tiene un gran dragón, ¿Crees que ellos regresaran sabiendo lo que les puede suceder? —Preguntó la mayor.
Los cuatro menores se miraron entre ellos y negaron. La dragona del príncipe se escuchaba poderosa y feroz, además de que hacía temblar al más mínimo animalillo con sus rugidos lejanos. No querían conocerla, bueno si, pero de lejitos para no hacerla molestar.
Les recordaba a la dragona de su padre, Vhagar.
—Bueno, es hora de dormir, ¿No lo creen? Con su padre debemos regresar a la celebración —informó la mujer rubia.
Los cuatro hijos del matrimonio gruñeron y negaron.
—Padre puede ir solo, mami —dijo uno de los chiquillos.
Los otros tres alabaron sus palabras. Esto hizo que el hombre mayor se ofendiera y frunciera el ceño de una manera divertida. La menor de todos rio ante la cara de su padre, así que gateo por la cama hasta su lugar para poder ser alzada en brazos.
—Claro que puede ir solo —dijo la madre de todos. Se acercó más a sus hijos para poder hablar mejor—. Pero a su padre le encanta bailar conmigo, no se perdería ninguna pieza musical sin mí. Prefiere estar con alguien a quien ama, antes que con mujeres caprichosas y coquetas.
