"Were is the Beauty in the Bestiality?"
Aemond Targaryen sabía que había cometido un error, pero ya no podía retroceder en el tiempo para cambiarlo.
Ahora debía vivir con esa maldición de por vida.
¿O tal vez no?
House of the Dragon AU Fanfic
Aemond...
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Written by Monse Targaryen
Advertencias: Muerte animal.
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Sayida solo quería que toda esa tortura sin recuerdos de aquellos momentos terminara.
La bestia se lo había dicho todo, que ambos se conocían de antes y que un desafortunado accidente ocurrió, lo que hizo que ella perdiera la memoria y que en el Valle le contaran toda esa gran mentira. No obstante, él jamás le dijo su verdadera identidad. Solo dijo que era un príncipe y nada más ¿Pero qué príncipe? Eran tres los príncipes de cabellos peliblancos cercanos a su edad que recordaba. Daeron, Aegon y Aemond Targaryen.
La pregunta era ¿Cuál de los tres príncipes era la bestia?
Los recuerdos comenzaron a llegar de pronto.
"Una festividad se celebraba en la Fortaleza Roja. El Quinto año del reinado de la Reina Rhaenyra I. Todos sus vasallos y los señores feudales de las Grandes Casas de todo Poniente llegaron a la capital. Blasones, vestimentas de diferentes colores, apellidos y personas. Todos disfrutando del gran banquete armado en el jardín real.
Los Arryn se encontraban en su mesa designada. Lady Jeyne Arryn con sus tres sobrinos y sus cuatro sobrinas, conversaban animados con el resto de los invitados. La más llamativa de todas las mujeres Arryn, era la hermana menor de todos. Lady Sayida Arryn, única jovencita en no contraer compromiso. Muchos decían que era por su personalidad altanera o, porque le gustaba llenar su cabeza con la lectura de muchos libros de romance, poesía, aventura.
A los hombres no les gustaba que las mujeres leyeran mucho.
—Aemond, si la sigues mirando de esa manera la vas a desgastar —dijo el pequeño príncipe Joffrey. Tan mordaz como su padrastro Daemon le enseño— ¿Por qué no la invitas a caminar?
—No. Es mejor no acercarme. Sus hermanos y hermanas saltaran como pájaros carroñeros a mi persona —respondió el príncipe bebiendo de su copa de vino, sin despegar la mirada de la joven que reía.
En la mesa de los Arryn, eran las primas de la joven quienes notaron las miradas del príncipe.
—Vaya, al parecer llamaste la atención del príncipe Aemond —murmuro la joven Merina.
