"Were is the Beauty in the Bestiality?"
Aemond Targaryen sabía que había cometido un error, pero ya no podía retroceder en el tiempo para cambiarlo.
Ahora debía vivir con esa maldición de por vida.
¿O tal vez no?
House of the Dragon AU Fanfic
Aemond...
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Written by Monse Targaryen
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"Hacía algún tiempo atrás, en el hermoso Valle de Arryn, vivía una joven Lady de hermosos cabellos castaños...
El Valle simplemente era hermoso.
Con sus grandes y frondosos árboles repletos de flores y frutas. Sus arroyos que felizmente corrían en direcciones contrarias. Flores de todos los colores adornaban la verde hierba que rodeaba los caminos. Pero, lo que más llamaba la atención de los visitantes, eran aquellas grandes, tenebrosas e imponentes montañas que rodeaban todo El Valle. Gracias a esta cadena montañosa, todos estaban protegidos.
Aunque a veces eran atacados por los Clanes de las Montañas, pero aquello era otra historia aparte.
Todos en el Valle eran felices, vivían plenamente, transportaban sus productos. La Casa Waxley era la más feliz comerciando sus velas aromáticas. Los comerciantes eran felices descubriendo que sus frutas estaban maduras. Las visitas llegaban desde muy lejos a conocer la belleza del Valle. Sin embargo, había quienes se dirigían al Valle para conocerla a ella.
Sayida Arryn, la nieta menor de Lady Jeyne Arryn.
Una hermosa jovencita de ojos azules como el cielo. De sonrisa amable y rostro angelical. Que cuando caminaba, traía consigo un aura de tranquilidad y amabilidad, calmando hasta el hombre más rudo y hasta la bestia más temible. La confianza que brindaba al igual que sus conocimientos, la hacían ser buscada por todos los habitantes del Valle para preguntar acerca de historia, personas o fechas importantes, o incluso de culturas y religiones predominantes en Westeros y más allá del Mar Angosto.
Sayida siempre portaba cómodos vestidos con colores claros, aunque sus favoritos eran los azules, rojos y negros. Las joyas colgaban alegres de su cuello y orejas, delicadas tal como ella. Esmeraldas, rubíes, zafiros, eran las que usualmente su abuela, Lady Jeyne Arryn, regalaba. Anillos y pulseras adornaban sus manos y a veces, lo hacían guantes de encaje delicado, blancos que la hacían ver más una princesa que una futura Lady. Era una jovencita que desde antes que el Sol iluminara los verdes campos del Valle, estaba de pie preparándose para su rutina diaria.
No obstante, aquel día fue completamente diferente a los usuales días en los que salía a recorrer su hogar. Montando en su caballo o caminando junto a sus damas.
