"Were is the Beauty in the Bestiality?"
Aemond Targaryen sabía que había cometido un error, pero ya no podía retroceder en el tiempo para cambiarlo.
Ahora debía vivir con esa maldición de por vida.
¿O tal vez no?
House of the Dragon AU Fanfic
Aemond...
¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
⭑・゚゚・*:༅。.。༅:*:✼✿
Written by Monse Targaryen
Advertencias: Herida sangrante. Ataque con flecha.
✿✼:*:༅。.。༅:*・゚゚・⭑
Golpe tras golpe, los muebles se movían hacia delante y atrás. Peligrosamente cercanos a caer al suelo y dar el paso libre a las personas de afuera. Sayida observaba todo con el corazón que casi le llegaba a la garganta por tantos saltos que daba.
—Aemond, creo que ellos podrán contra todos ellos —dijo Aegon, con una mirada a los muebles que se preparaban para ¿Luchar? —. Sera mejor que ustedes se marchen.
—Ustedes son gatos, ¿Qué pueden hacer contra ellos? —Preguntó Aemond.
—Tengo uñas filosas que puedo enterrar en sus piernas —respondió el príncipe naranja.
Sayida lo miro con el ceño fruncido. Días atrás lo vio en una actividad extraña.
—Te vi con una lima el otro día —comentó.
El gato naranja boqueo y la miro con molestia. Helaena trato de no reírse al igual que Daeron y Joffrey. Pero la imagen de un gato naranja con una lima en sus patas delanteras, limando sus uñas era una divertida imagen que no iban a olvidar jamás.
—En mi defensa, me rasguñaba mucho cuando me rascaba —dijo.
—No importa, pero es momento de que todos nos marchemos, ¿Bueno? —Aemond no iba a escuchar una respuesta negativa.
Estaba dispuesto a tomar a los cuatro gatos con ayuda de la joven Arryn para marchar a un lugar seguro. No quería que nada malo les sucediera. Ellos eran su prioridad, las personas que más amaba en la vida. Sus hermanos, su sobrino y su prometida. No iba a perderlos, no de nuevo. Estaba dispuesto a dar su vida para protegerlos de todo el mal del mundo.
Dioses que dejaría que esos hombres hicieran lo que quisieran con él, si con eso ellos estaban a salvo y seguros.
—Aemond, este es nuestro hogar, no lo abandonare ahora que está bajo ataque —dijo terco el gato naranja.
— ¡Estas cosas pueden ser reemplazadas, Aegon! ¡Tú no! ¡No quiero perderte, a ninguno de ustedes! ¡Mueve tu peludo culo y ve a un lugar seguro con Hela y tus hijos! —Gritó Aemond en desesperación.