"Were is the Beauty in the Bestiality?"
Aemond Targaryen sabía que había cometido un error, pero ya no podía retroceder en el tiempo para cambiarlo.
Ahora debía vivir con esa maldición de por vida.
¿O tal vez no?
House of the Dragon AU Fanfic
Aemond...
¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
⭑･ﾟﾟ･*:༅｡.｡༅:*:✼✿
Written by Monse Targaryen
✿✼:*:༅｡.｡༅:*･ﾟﾟ･⭑
"— ¿No le hicieron daño, mami? —Preguntó uno de los niños.
—Oh, no, algo milagroso ocurrió...
Sayida camino por los pasillos sin rumbo alguno. Solo estaba en busca de molestar a la bestia. Era fácil hacerlo ahora que tenía el conocimiento de que a esta no le agradaba que revisaran mucho en los retratos ¿Sería lo mismo que en los aposentos y restantes salones? Lo debía averiguar.
De vez escuchaba que algo iba tras de ella, pero lo decidía ignorar porque creía que era uno de los gatos. Tal vez cuidaban de que nada le sucediera por el camino de regreso. La noche era peligrosa, pero no comprendía porque le pedían que se quedara dentro de sus aposentos si las criaturas peligrosas no eran capaces de ingresar a la Fortaleza Roja. Todo estaba protegido por la magia que rondaba en el lugar.
—Quedarme encerrada, ¡Ja! Como si tu palabra fuera una ley —murmuró la joven.
Llego a un largo pasillo que estaba dividido por otro pasillo largo. Miro en las tres direcciones sin saber cuál tomar. La del frente, la derecha o la izquierda. Mordió su labio inferior para doblar a la izquierda, ese pasillo llevaba a dos escaleras que subían y bajaban, decidió tentar a su suerte de encontrar a la bestia y bajo las escaleras. Sus piernas se cansaron de tanto bajar. Y su respiración era algo lenta.
—Malditas escaleras, ¿No podían ser más cortas? —Gruñó.
Nuevamente escucho el sonido tras de ella pero no volteó, creía que eran los gatos ¿Qué otra cosa podría ser? Dio vueltas y vueltas por la Fortaleza en busca de la bestia pero no la encontró, ¿Dónde demonios se habría metido? El gruñido gutural y los chillidos horrorosos le dieron la respuesta. Estaba fuera de la Fortaleza.
Bueno, se le olvido que todas las noches la bestia salía de la fortaleza para luchar contra las criaturas que intentaban ingresar.
—Genial —murmuró molesta.
Era momento de regresar a sus aposentos ¿De qué le servía estar allí si no podía molestar a la bestia? Mejor al día siguiente podría molestarla el tiempo que quisiera, a esa hora debía estar acostada y pronta a dormir. Suspiro, todo ese caminar para nada.
