Tentaciones y Celos Velados.
El alcohol corría como un río por su garganta, dejando un leve ardor que pronto se convertía en un calor reconfortante. Kwon Taek-ju dejó la copa vacía sobre la mesa de vidrio frente a él, observando cómo las luces del club danzaban entre el humo y las sombras, creando un ambiente surrealista. A estas alturas de la noche, el ruido del club era un eco distante para él, sus sentidos estaban más centrados en lo que sucedía en aquel lugar reservado.
Había llegado al punto en que el ambiente ya no le resultaba intimidante. Las conversaciones fluían con los demás jóvenes que se habían unido a ellos, chicos y chicas de su edad, todos vestidos impecablemente, como si pertenecer a la élite fuera algo natural para ellos. Risas ocasionales y comentarios triviales llenaban el espacio, pero Kwon Taek-ju no podía evitar que su mirada volviera una y otra vez al rubio que estaba sentado frente a él.
Zhenya, con su porte inmutable y su caballerosidad que parecía innata, estaba rodeado ahora por dos jóvenes mujeres rusas. Ambas eran delgadas, altas y con una belleza fría que el castaño asociaba con las estrellas del invierno ruso. Una tenía el cabello rubio platino y los labios pintados de un rojo profundo, mientras que la otra lucía una melena castaña con mechones brillantes bajo las luces del club. Ambas se habían sentado una a cada lado del rubio, inclinándose hacia él como si compitieran por su atención.
La rubia reía con coquetería, tocando suavemente el brazo de Zhenya mientras decía algo en un ruso que Kwon Taek-ju apenas podía entender. La castaña, por su parte, había cruzado las piernas de manera que su vestido corto dejaba poco a la imaginación, y parecía susurrarle algo al oído al hombre, su rostro peligrosamente cerca del suyo.
Kwon Taek-ju apretó los labios, sintiendo cómo la calidez del alcohol comenzaba a mezclarse con un leve malestar en el pecho. Sabía que no tenía ningún derecho a sentir lo que estaba sintiendo en ese momento. Después de todo, él y Zhenya apenas habían comenzado a construir una relación, una que aún no tenía forma ni definición. Pero verlo rodeado por esas mujeres, tan descaradamente interesadas en él, le hacía hervir una mezcla extraña de celos y frustración.
"¿Así es siempre?", pensó, mientras apoyaba la barbilla en su mano y trataba de disimular su incomodidad. "¿Siempre tiene a las personas orbitando a su alrededor, como si fuera un sol imposible de ignorar?"
Lo curioso era que Zhenya no parecía especialmente interesado en ninguna de ellas. Aunque no las apartaba ni las rechazaba, tampoco les dedicaba más que breves palabras y sonrisas educadas. Esa actitud, sin embargo, parecía solo alimentar más el entusiasmo de las jóvenes.
Kwon Taek-ju tamborileó los dedos sobre la superficie de la mesa, tratando de concentrarse en la conversación con los otros jóvenes que compartían el reservado, pero sus ojos traicionaban su intento y volvían al mismo punto. Finalmente, tomó aire y se inclinó hacia adelante, intentando participar.
"Zhenya, ¿estás disfrutando de la noche?" -preguntó, su tono más ligero de lo que se sentía por dentro.
El rubio giró la cabeza hacia él, y por un momento, sus ojos azules parecieron atravesarlo. La rubia y la castaña también dirigieron su atención hacia Taek-ju, aunque con miradas evaluadoras y ligeramente altivas, como si se preguntaran por qué alguien como él se atrevía a interrumpir.
"Supongo que sí." -respondió Zhenya, con una ligera sonrisa que no llegaba a sus ojos. Luego, hizo un gesto hacia Taek-ju con su copa. - "¿Y tú? ¿Estás disfrutando?"
La pregunta parecía cargada, aunque Kwon Taek-ju no pudo decidir si era una provocación o simplemente una cortesía. De cualquier manera, decidió no ceder terreno.
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COINCIDENCIA
RomanceYevgeny Vissarionovich Bogdanov era un hombre el cual su arrogancia y poder no tenía límites ¿Qué pasaría si en una misión encomendada por sus superiores conociera a alguien que fuera todo lo contrario a él? por pura coincidencia del destino, Kwon T...