El primer rayo de luz matutina se filtró por las cortinas semiabiertas, iluminando tenuemente la habitación en tonos dorados. Kwon Taek-ju fue el primero en abrir los ojos, parpadeando un par de veces mientras sus sentidos lentamente se ajustaban al nuevo día. Un cálido peso sobre su torso le recordó que no estaba solo. Giró ligeramente la cabeza y se encontró con Zhenya, profundamente dormido, su rostro relajado y tranquilo, una imagen completamente diferente a la intensidad que siempre mostraba despierto.
El brazo del rubio estaba firmemente aferrado a su cintura, como si incluso en sueños no quisiera dejarlo ir. El castaño soltó un suspiro suave, sus labios curvándose en una pequeña sonrisa. Con sumo cuidado, deslizó la mano de Zhenya hacia un lado, procurando no despertarlo. Observó su rostro por un momento más, sus rasgos fuertes y marcados en contraste con la vulnerabilidad que irradiaba mientras dormía.
Inclinándose ligeramente hacia él, Kwon Taek-ju dejó un suave beso en su frente, sintiendo el calor de su piel contra sus labios. Fue un gesto íntimo, casi instintivo, que le hizo cerrar los ojos por un breve instante. Cuando volvió a recostarse, el movimiento de las sábanas lo llevó a recordar el motivo por el cual ambos estaban desnudos bajo aquella tela arrugada.
El recuerdo de la noche anterior se presentó con una claridad que hizo que sus mejillas se calentaran. Su mente trazó las imágenes de los labios de Zhenya sobre los suyos, las caricias exploradoras que ambos compartieron y la conexión que había ido más allá de lo físico. Fue un torbellino de emociones y sensaciones que aún podía sentir en su piel, como un eco persistente.
Llevó una mano a su rostro, suspirando con una mezcla de timidez y satisfacción, mientras sus ojos se fijaban en el techo. Nunca imaginó que terminaría compartiendo algo tan íntimo con alguien como Zhenya, pero ahí estaba, entrelazado con él, con su cuerpo y sus emociones aún resonando de lo que habían vivido.
El sonido de la respiración profunda del rubio lo sacó de sus pensamientos. Miró hacia él una vez más, notando cómo el cabello rubio y desordenado caía ligeramente sobre su frente. Parecía tan en paz que casi le dio envidia. Kwon Taek-ju sonrió para sí mismo y se levantó con cuidado, dejando que la sábana resbalara de su cuerpo mientras buscaba algo de su ropa para cubrirse.
Antes de abandonar la cama, echó una última mirada hacia Zhenya. Un sentimiento cálido le recorrió el pecho, una mezcla de gratitud y algo más que no se atrevía a poner en palabras. Lo único que sabía con certeza era que, por primera vez en mucho tiempo, se sentía seguro.
Kwon Taek-ju abrió lentamente las puertas del armario y sacó una camiseta holgada de algodón junto con unos pantalones de pijama a cuadros. Necesitaba sentirse limpio y fresco después de la intensidad de la noche anterior. Se dirigió al baño, cerrando la puerta con un suave clic antes de comenzar a desvestirse.
El agua de la ducha caía con un ritmo constante sobre su piel, llevándose cualquier rastro de sudor y de los momentos compartidos la noche anterior. Sus dedos recorrieron su cuello y pecho, sintiendo los pequeños puntos sensibles donde Zhenya había dejado sus marcas. Cada toque le traía recuerdos, una mezcla de ternura y desenfreno que aún lo hacía estremecer.
Cuando terminó de ducharse, se secó lentamente, frotando su cabello con una toalla hasta dejarlo algo desordenado. Después, se vistió con las prendas cómodas que había escogido, disfrutando de la sensación de la tela limpia contra su piel. Mientras ajustaba el borde de la camiseta, un sonido inesperado lo hizo detenerse.
La puerta del baño se abrió lentamente, y Kwon Taek-ju giró la cabeza rápidamente, encontrándose con la figura de Zhenya, quien se apoyaba despreocupadamente en el marco de la puerta. El rubio estaba apenas vestido con unos pantalones que había encontrado, sin molestarse en ponerse una camiseta. Su cabello desordenado y su expresión relajada le conferían una extraña mezcla de atractivo y peligro.

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COINCIDENCIA
RomanceYevgeny Vissarionovich Bogdanov era un hombre el cual su arrogancia y poder no tenía límites ¿Qué pasaría si en una misión encomendada por sus superiores conociera a alguien que fuera todo lo contrario a él? por pura coincidencia del destino, Kwon T...