Capítulo 15 - De vuelta en casa y el vestido del baile

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Capítulo 15De vuelta en casa y el vestido del baile.

Cuando nos llamaron diciendo que la casa estaba lista para que podamos habitarla, empaqué rápidamente las cosas de todos.

Y lo digo literalmente.

Hasta hubiera bajado las valijas de los cuatro, pero no tengo la fuerza suficiente.

Las ansias de llegar a casa eran muchas; extrañaba mi habitación, y más que todo estar sola en ella.

Cuando los machos – sí, así se decían ellos – bajaron las valijas salimos disparados del hotel.

O eso hice yo. Parecía una loca corriendo por la calle gritando la canción Muévelo de Sofía Reyes con mi valija en la mano.

Esa canción me resultó demasiado contagiosa, creo que hasta que a mis hijos se las cantaré.

Seré como mi madre; haré sufrir a mis hijos a la hora de llevarlos al instituto con su horrenda música e intento de Adele.

Cuando llegamos a la casa, tiré la valija cerca de la entrada y corriendo subí las escaleras para llegar a mi habitación.

Me tiré en mi cama y desde allí, comencé a examinar toda mi habitación.

Creo que en mi vida pasada, fui un oso polar o un animal muy cansado. Casi en todas mis narraciones, cuento cuando me tiro en mi cama.

Creo que tendré que dejar de hacerlo.

Las paredes estaban todas blancas, y solo estaba la cama, una mesa de luz y el armario. Algún día le pondría algo más de vida a mi habitación.

Empecé a relajarme, hasta que mamá me llamó.

Algo bueno no iba a pasar.

** ** **

Tener una mamá fanática de los bailes de graduación tiene sus cosas buenas y malas. Lo bueno es que... y... no tengo nada. Lo malo es el maldito y odioso vestido; yo lo veía blanco y dorado, pero ella decía que era negro y azul.

No mentira, no hablemos de cómo vemos el vestido.

Pero sigo creyendo que era dorado y blanco.

Mamá nunca se perdió un baile en su vida, literal. Si hacía frío, ella iba. Si estaba enferma, ella iba. Si la tía de su padrino tenía gripe, ella iba.

Aunque esta última no es muy importante para ella.

El punto es que: ella siempre iba a un baile.

Hay algo más. En todos los bailes, EN TODOS – quiero recalcar que fue en todos – siempre usó el mismo vestido.

SIEMPRE.

¿Por qué? Ella lo considera de la suerte. Una ridícula estupidez de ella.

Quizás de ahí sacó su estupidez Derek.

Perdón mamá, pero si estás leyendo o escuchando mi narración, lo lamento por haber dicho eso. Te ofendí.

Ustedes pensaran, ¿Y esto que tiene que ver con tu baile? Y bueno... cuando ella se enteró que voy a asistir al baile – por causa de Derek – me obligó a que usara su vestido.

— ¡Te vez hermosa hija!– gritó felizmente mi madre cuando me vio con la ridícula cosa que tengo puesta.

De lo feo que es el vestido, ni siquiera podría llamarle vestido. Sería un insulto para todos los vestidos.

—Mamá, no me gusta el...— estaba a punto de decir vestido, pero los ojos iluminados de mi madre me lo impedían.

Ella realmente quería que yo vaya al baile con este vestido.

— ¿Qué es lo que no te gusta, hija?— preguntó mi mamá.

—No me gusta... Como queda en mí. — Contesté convincente. — Esta maravilla de vestido, no puede ser usado por mí.

Sin dudas, voy a dedicarme a ser actriz.

—Es cierto, el vestido no te favorece— mi mamá hizo una mueca — Esta semana estoy demasiado ocupada para acompañarte a comprarte el vestido, así que tu hermano te acompañará.

— ¿Qué yo qué?— Derek entró al salón de estar con una bolsa de papas fritas acompañado con Matthew.

—Tendrás que acompañar a tu hermana a comprar el vestido.

— ¿Y por qué yo? ¿Por qué no vas tú? Eres su madre...

—Yo trabajo Derek. Así que no pongas peros y vas a acompañar a tu hermana a comprar el vestido.

—Bien. — dijo mi hermano entre dientes. Subió las escaleras junto a Matthew y yo me quedé junto con mi mamá.

— ¿Te gusta?— preguntó mi mamá.

— ¿El vestido? Claro que no...

—No eso, tonta. —interrumpió mi mamá. ¿Ven? Ella es como mi mejor amiga. — Hablo de Matthew.

— ¿Matthew Sanders? ¿Gustarme? — comencé a reírme como si no hubiera mañana.

— ¿Te gusta, cierto?

—Quizás un poco, pero no estoy segura. — contesté con mis mejillas sonrojadas.

Mi mamá sonrió y se fue a la cocina a preparar la cena. Yo, mientras tanto, subí a mi habitación y me quité ese horroroso vestido.

La vida de una adolescente no es para nada fácil. Más teniendo una madre como ella.

n/a.

Ajá, a que no se esperaban a que subiera un capítulo hoy... ¿cierto? Los sorprendí.(? Bueno, no tanto.

Subí un capítulo hoy porque mi imaginación llegó a mi mente y porque no tengo, por dos semanas, clases *se levanta de la silla, aplauda y se saca una lágrima de la alegría* por lo tanto, voy a estar sin hacer nada estas dos semanas y... ¡si hay votos o comentarios suboooooooooo!

Pd: queda tan poco para que la novela termine... AUNQUE, va a ver otra cosa sobre la novela.. no voy a revelar mucho #sorrynotsorry.

Pd2: esas son las cosas odia Alice, aunque ahora se agregó el vestido.

así que, eso es todo.

Besos xx.

Diario de una típica adolescenteDonde viven las historias. Descúbrelo ahora