Miles de flores de muchos colores llenaban el lugar donde una sábana roja estaba sobre el suelo. Junto a un hermoso lago de aguas cristalinas habían unas velas blancas colocadas alrededor de el camino. Una canasta con cosas de comer y junto a esa otra canasta con un hermoso traje de baño negro. El aire olía a flores, la brisa acariciaba mi cabello y me sentía tan feliz. La cascada producía ruido y el rocío mojaba mi rostro. Me di una vuelta para ver todo lo que había a mi alrededor, una cortina roja cubría un espacio que sería para cambiarme mis jeans y mi blusa para luego estar en aquel hermoso traje de baño. La luz del sol se hacia ver en miles de pequeños rayos que se atravesaban entre las copas de los altos árboles que rodeaban ese hermoso lugar. Mis ojos no podían creer lo que veían, me inundó una felicidad tan grande que ni siquiera pude hablar, solo me quedé ahi de pie junto a el chico de mis sueños.
Mathew podía ver la felicidad en mi rostro, el sabía que yo no encontraba las palabras para expresarle lo mucho que me había encantado este lugar, que ahora se volvería nuestro lugar especial. El sólo sonrió y besó mi mejilla.
-Ahora vamos a la primera tarea del día.- Dijo mientras tomaba de la canasta el traje de baño negro que parecía hecho a mi medida.
- Ay no...- dije mientras miraba a Mathew muy avergonzada. Jamás me había puesto un traje de baño así , nunca había lucido algo de ese estilo y mucho menos frente a un chico, peor aun frente a un chico como Mathew que estaba acostumbrado a salir con las chicas mas hermosas y atleticas del instituto, sin embagrgo yo era tan delgada y sencilla en comparación con ellas que me sentí inferior.
-Ni lo sueñes Dalila, lo usarás. ¿Acaso no has visto lo hermosa que eres? Y t verás aún mejor luciendo esto.- Yo solo asentí a sus palabras mientras me sonrojaba y me dirigí hacia el lugar para cambiarme mientras en mi cabeza pensaba en que ojalá me viera tan linda como Matt dijo.
Luego de pensarlo mil veces por fin salí y vi a Matt con su pantalón negro. Juro que traté de no quedarme mirando su perfecto abdomen marcado, pero la realidad es que creo que se dió cuenta porque lo vi reírse con mi expresión y mis mejillas rojas como siempre. Mathew se acercó a mi, me sentía tan tímida, el solo me miró y con su sonrisa de siempre dijo -Mucho más hermosa de lo que imaginé...- Otra vez sentía que me sonrojaba. Esta era la reaccion común de mi rostro con cada halago que recibía de su parte. Así que sonreí.
-¿Me acompañas?- Preguntó Mathew, y yo sin siquiera saber a lo que se refería contesté:
-A donde quieras.-
El tomó mi mano y caminamos juntos hacia la cascada, sentía miedo, nunca he sido muy buena amiga de las alturas y mi corazón latía muy rápido, las piedras parecían casi tan resbalosas como el jabón y el agua estaba fría contra la planta de mis pies. Mathew sostenía mi mano con fuerza y con seguridad. Llegamos hasta el tope de la cascada; el agua golpeaba fuerte contra nuestros pies, mi corazón aún acelerado, mis manos temblando.
-¿Recuerdas cuando hablábamos sobre el miedo Dalila?-
Preguntó Mathew aún tomándome de la mano justo al borde de la enorme cascada.Yo solo sentía vertigo con esta altura y su pregunta me pareció completamente inoportuna.
-Dijiste que era algo mental, que no es real.- Contesté, mi voz temblaba, no podía ocultar mis nervios y mi miedo.
-Y tu dijiste que era físico, que el peligro era lo que debería atemorizarnos...-
Dijo Mathew mientras se asomaba a mirar la cascada. El solo sentir que el se inclinaba me hacía temblar, la brisa era fuerte y chocaba contra mi delgado y débil cuerpo.
-Así es; y esto es evidentemente peligroso.- Contesté mientras halaba a Mathew para que volviera a acercarse a donde yo estaba de pie.
-Si vamos a estar juntos, tenemos que enfrentar nuestros miedos Dalila. Es una caída libre, y quiero que la tomemos juntos.-
Dijo Mathew mientras se acercaba a mi otra vez.
-Tengo miedo...-
Dije mirando hacia el suelo.-Superemos todos nuestros miedos juntos- Dijo Mathew susurrando en mi oído.
Yo solo me quedé callada, esto no se trataba solo de saltar juntos hacia el agua, era mucho más, esta era la desición importante que debía tomar. Tomar a Mathew con todo, con los peligros, las ventajas, las mañas, el dolor y la alegría. Era todo o nada. Miles de cosas pasaron por mi mente, realmente no tenía mucha experiencia amorosa, había leído tantos libros que creía saberlo todo sobre el amor. Hasta que por fin lo sentí no pude entenderlo todo tan perfectamente, yo solo quería estar con el, aún con todo lo que decían , aún con todo lo que tuvieramos en contra. Yo quería esta caída, quería esta dósis de peligro. Necesitaba esa adrenalina que sentía junto a el, la seguridad que sus brazos me brindaban, la duda, la certeza y todo lo que con el vendría. Yo quería todo con Mathew, y estaba segura.
-Siempre que sea contigo, no me importa caer, siempre que estemos juntos Mathew.- Solo lo miré a los ojos y me acerqué aún más. Podía sentir el calor de su pecho y de su respiración en mi cuello.
-Juntos.- dijo Mathew.
Me tomó contra su cuerpo y me apretó entre sus brazos mientras nos lanzábamos por la enorme cascada de agua fría y sus labios besaron los míos con fuerza mientras caíamos. Las enormes águilas revoloteeaban sus grandes alas dentro de mi estómago, me olvidé del vértigo, del peligro y del miedo porque sabía que junto a el nunca más tendría que sentir temor. Y aunque estuvieramos a punto de recibir un impacto de agua cristalina contra nuestros cuerpos yo sabía que éramos uno, y que así sería siempre.
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Me enamoré de un imbécil (Wattys 2015)
RomanceDalila es una adolescente de 17 años , con una gran pasión por la lectura y escritura. Siempre ha creído en historias y películas de romance y amor , aunque verdaderamente jamás ha sentido esa emoción de enamorarse o si quiera tener un novio. Todo m...