La Competición

Epílogo

Leonor miraba por la ventana del carruaje mientras avanzaban por los caminos polvorientos de Arsania. El paisaje, con sus colinas ondulantes, se extendía hasta donde alcanzaba la vista. A su lado, su padre, Don Rodrigo, mantenía una expresión seria y concentrada. 

Habían pasado meses desde que habían dejado atrás su hogar. El viaje había sido largo y agotador, pero por fin regresaban a casa. La misión que les había encomendado Catalina había sido solo el comienzo; ahora, el verdadero desafío estaba por delante.

Don Rodrigo rompió el silencio.

—¿Estás segura de que quieres hacer esto? Ya has dado más de lo que nadie se hubiese atrevido a pedirte. Cualquiera entendería que no quisieras continuar.

Leonor asintió, sintiendo el peso de la responsabilidad sobre sus hombros. Sabía que no había vuelta atrás.

—Estoy orgulloso de ti.

—Gracias, padre. 

Mientras avanzaban por los caminos de Arsania, sus pensamientos volvieron a Fernando por partida doble. Por un lado, su corazón se encogía al recordar sus últimos momentos juntos. Aunque sabía que había tomado la decisión correcta, no dejaba de preguntarse qué hubiera sido de ellos dos si se hubiesen dado una oportunidad. 

Pero el futuro de Fernando era más grande de lo que él pensaba. Catalina guardó un secreto tan bien que nadie fue capaz de encontrarlo. Y ahora ese secreto iba a ser el detonante de una guerra. Nadie podía impedirlo.

La verdad estaba a ojos de todo el mundo. Solo que nadie se había molestado en prestar atención. Pero cuando ella vio la máscara que usaba el rey de Arsania...Era tan evidente. ¿Tendría idea Fernando de su verdadero linaje? 

Leonor se centró en el camino por delante, dispuesta a enfrentar cualquier desafío que se presentara. 

Sabía que el futuro de Lazonia dependía de Fernando. En su mano estaba el poder guiarlo por el camino correcto.

El final de su viaje estaba cerca, y con él, la esperanza de un nuevo comienzo para su reino.