Abril 2024
Era poco el tiempo que había pasado desde aquella decisión de tomarse un tiempo para ella, alejarse de las redes y dejar de leer comentarios que no sumaban en absoluto. Se sentía mejor de lo esperado, a decir verdad, llevaba mucho tiempo sin estar tan feliz. Puede que la compañía de Gonzalo haya sido un factor fundamental para esto, como también el hecho de que no había casi vuelto a su hoga. Pasaba casi todos los días en la casa del jugador y a ninguno parecía molestarle, todo lo contrario. La convivencia era algo que se les daba bien a ambos, se entendían, cada uno tenía sus actividades y cualquier momento libre lo disfrutaban juntos. Cuando él entrenaba o tenía partidos, ella también entrenaba, lo iba a ver o seguía trabajando en su marca. Hacia tareas doméstica, cocinaba, se le daba bastante bien y podía verse haciendo esto todos los días. Justo como ahora, que se encontraba preparando el almuerzo y vistiendo una remera de Gonzalo, algo ya bastante habitual.
—Ve y cuéntale a la gente que yo estaba obsesionada. Que nunca te gusté y que tú y yo nunca fuimos nada — Un día lluvioso ameritaba de canciones tristes por mas que su humor sea bastante bueno hoy — Que estaba equivocada, que yo solo era una más...
Un escalofrío la recorre por completo cuando siente el cuerpo de Gonzalo pegarse a su espalda. Asoma su cara por encima de su hombro, curioseando lo que hace — Que rico olorcito... ¿A quien le dedicas esa canción? — las manos de él comienzan a recorrerla con una delicadeza que era típica en él. Deja un beso en su cuello y luego hunde su cara ahí para disfrutar de su fragancia. Por inercia ella le deja mayor lugar corriendo su pelo húmedo y soltando un sonido de satisfacción ante el contacto.
Era difícil concentrarse cuando Gonzalo continuaba explorando su cuerpo con las manos, levantando levemente su remera, dejando uno o que otro beso. Todo lo que hacía era sin connotación sexual, él era así de cariñoso siempre, pero ambos sabían que esas caricias podían escalar rápidamente si querían. Una sensación rara pero algo agradable se instaló en ella cuando las manos de él se posaron en su abdomen bajo y las dejó ahí mientras la abrazaba. Era complicado explicar lo que sentía en ese momento porque tambíen la invadieron los nervios, pero fueron interrumpidos por el celular del jugador al recibir varios mensajes. Corta todo tipo de contacto físico para tomar el dispositivo y comenzar a leer.
―¿Solicitado?
―Si... ― Los segundos de silencio que vinieron después de esa respuesta la hicieron chasquear la lengua. El misterio que ponía a veces la divertía ― Mirá.
―Ah si, ya sabía. Me invitó hace como dos semanas ― Explica sin más ― No sé porque tan ansioso si falta como un mes para su cumpleaños.
―Por la copa capaz... Encima temática formal ― Hace montoncito con la mano ― Es re groncho y se hace el elegante. Pero bueno, Rodri es así y hace lo que sea para llamar la atención.
Alana emite un sonido de afirmación mientras apaga las hornallas de la cocina. Termina de lavarse las manos justo a tiempo cuando es su celular ahora el que suena. Un mensaje de Emilia confirmando el horario en el que se encontrarían esa tarde. Ella había sido quien le pidió verla así la acompañaba en algunas cosas que debía hacer. Se habían vuelto muy amigas ese último tiempo y era justo lo que ambas también necesitaban. Tener a alguien con quien hablar y salir en un país donde la vida podía ser bastante solitaria, más aún con la profesión de sus parejas, ayudaba mucho.
―Es Emi. Tipo cuatro de la tarde va a llegar.
―¿Segura que no querés que te acompañe yo? Ni se que tenés que hacer, pero puedo.
―Vos tenés entrenamiento y hace bastante no la veo.
―Puedo pedirme el día por razones particulares ― Se gana una mirada que dice todo ― Está bien, dejo de ser intenso. ¿Ori que onda?
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Nunca Digas Nunca - Enzo Fernández
Hayran KurguPara ella, él era sólo un chamuyero. Para él, ella era una agrandada. Algunos dirán que es el típico "ella se enamora primero pero él más fuerte". Ella le enseña lo que es el amor verdadero, pero él le enseña lo que es el engaño y las mentiras. Y a...