Estaciones

El patrullero galáctico

Bills intercambio una mirada de sorpresa con lo saiyajins antes de enfrentar a su hermano.

- ¿Hablas de las esferas que crearon los namekianos? - interrogó falsamente tranquilo - en mi universo también existen.

- No hablo de esas esferas - respondió Champa con calma - hablo de las esferas que inspiraron a los namekianos a crear las suyas. Las super Dragón Ball, pueden cumplir cualquier deseo sin las limitaciones de las de Namekusei.

La declaración fue recibida por un silencio denso, eso era lo más increíble que acababan de oír.

- Espera - soltó Bills de repente - si esas esferas inspiraron a los namekianos de mi universo y a los tuyos significa...

A Vegeta le tomo un segundo entender lo que el Dios Destructor de su universo había descubierto, así que jalo a su pareja y hermano otro paso más cerca de Wish, ya que sabía lo que se venía.

Antes de que Goku pudiera preguntarle a su esposo el por qué de sus acciones, la pared detrás suyo desapareció con una explosión. Champa había desviado con habilidad el ataque que iba dirigido a él y miraba serio a su hermano.

- Dime Champa - habló Bills secamente - ¿cuántas veces has venido a mi universo sin permiso?.

Hasta ahora no les habían escuchado usar ese tono a ninguno, lo cual les hizo sospechar que esta vez el asunto era serio.

El gemelo del Dios sonrió ligeramente, casi con un poco de vergüenza de haber sido descubierto - cuando empecé a reunirlas no me dí cuenta de cuando entre a tu espacio - justificó sin miramientos - al fin y al cabo solo encontré dos en el universo siete y cuatro en el mío, aunque la verdad sospecho que la última debe estar por aquí.

El gruñido amenazante que salió de Bills, hizo vibrar la mesa y el candelabro, pero luego de un suave suspiro para controlar su carácter hablo de nuevo.

- Y me lo dices con tal desfachatez - comentó haciendo aparecer otra esfera de poder en la punta de su dedo indice - dame una razón para no hacerte volar ahora en mil pedazos por invadir mi universo.

- Hace tiempo que quería hacer una apuesta contigo - comenzó su hermano sin inmutarse por la esfera negra con la que le amenazaban - para mostrar la superioridad de mi universo y sabía que si no encontraba algo bueno con que tentarte, no ibas a aceptar - explicó con calma - ¿o qué?, ¿acaso tienes miedo de perder ante mi?.

Eso pareció activar algo dentro de Bills, ya que tomando la pechera de Champa le gritó en la cara.

- ¡¿Cómo te atreves?! - exclamó obviamente ofendido y desapareciendo la tensión de hace un momento - yo no te tengo miedo bola de grasa, dime cuándo y dónde.

Después de librarse de las garras de Bills y compartir un guiño cómplice con su ángel, dió a conocer sus términos.

- Ya que reuni el premio y di la idea de apostar, tú determina la competencia de nuestros universos.

- ¿Y dices que yo soy flojo? - cuestionó Bills con ironía, ganándose un gesto infantil de parte del aludido que le saco la lengua con cierto desdén.

- Que tal si hacen un torneo de artes marciales mixtas con los guerreros de sus respectivos universos.

Escuchar la voz de Kakaroto sobresalto a ambos saiyajin, Vegeta miró a su lado derecho y casi vio la silueta de su esposo desvaneciéndose por lo rápido que se había movido, para luego encontrarse con que ahora estaba entre los dioses explicándoles a detalle su idea. No evito intercambiar una mirada de ligero pánico con Raditz antes de poner atención a lo que se hablaba.

- Podrían ser cinco o seis participantes por universo las peleas seran a muerte súbita, me refiero a quien gane seguirá avanzando hasta perder, el universo con más participantes en pie gana - explicaba con entusiasmo y para su asombro obtenía toda la atención de los dioses - sin embargo seguiríamos las reglas estándar de los torneos para que las batallas no se extiendan demasiado, no se permite matar y si se cae del rin o son noqueados pierden, ¿qué les parece?, sería una fantástica forma de demostrar la superioridad de su respectivo universo.