Ozarus

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¿Acaso era cierto?, No podían creerlo, ni tampoco se atrevían a volver a preguntar, finalmente la emoción los embargo. Un grito de jubiló general resonó, acallando por un minuto el ruido de las olas, los abrazos se retomaron pero está vez eran de alegría.

El Dios los observó con cierta molestia y volvió a poner sus brazos detrás de su espalda.

- ¡Ya cállense! - ordeno con tono enojado - Tú, humana - llamo ahora dirigiéndose a Bulma - ¿Tienes algún plato delicioso aún?.

Las risas pararon pero no consiguió quitarles el buen humor y la felicidad, mientras Bulma le sonreía al Dios y le afirmaba con la cabeza.

- Venga, ordenare a las cocinas que traigan lo que ya hayan preparado para usted.

El Dios se sintió complacido con ello y se aproximo flotando al barco de nuevo, en cuanto llego a la nave volvió a situarse en la mesa que había estado ocupando con su sirviente y al poco rato fue rodeado una vez más con sus platillos favoritos.

Dende salió volando hacia la pareja que aún se sostenían él uno al otro, sonriendo ligeramente aunque ambos con expresión cansada.

- Permítanme - comento sonriendo ampliamente.

Antes de iluminar sus manos, procediendo a curar todas sus heridas y el desgaste de su ki. Pronto la pareja se sintió rehabilitada nuevamente, Goku le ofreció una amplia sonrisa al Dios de la tierra y salió del agua con calma, seguido de inmediato por su pareja que incluso le dedicó un gesto de la cabeza a Dende en son de agradecimiento, que el pequeño nameku no pudo evitar emocionarse al verlo.

La pareja se sonrió ampliamente y Goku aprovecho para robarle un beso a su príncipe que fue correspondido al instante, aunque al final se separaron cuando un coro de exclamaciones molestosas los rodio, dando por resultado que Vegeta le pusiera la mano en la cara para alejarlo de su cuerpo, pero eso no lo molesto.

Cuando volvieron al barco los demás los rodearon de inmediato.

- Muy bien hecho, muchacho - exclamó con calma el maestro Roshi.

- A pesar de que di mi mejor esfuerzo, no pude vencer al señor Bills - admitió Goku - realmente es muy fuerte.

- Debo admitir que hasta ahora ningún contrincante había obligado a mi señor Bills a sacar el 80% de su poder, deberías sentirte orgulloso - indicó el acompañante del Dios, acercándose al foco de conversación.

- ¿Apenas el ochenta por ciento? - cuestionó Vegeta sorprendido e intercambiando una mirada con su pareja.

El elegante personaje emitió una suave risa, mientras cubría su boca con una mano.

- No se sientan ofendidos, eso ya es mucho decir para el nivel actual que tienen - ahora los miro con más atención - Me son personas muy interesantes, me preguntó si... - susurro estrechando aún más su mirada y poniendo nerviosa a la pareja - ¿Les gustaría venir a entrenar conmigo al planeta de mi señor?.

Shin suspiro aliviado cuando Bills dió su veredicto, poniéndose la mano al pecho, respiro varias veces hondo para calmarse.

- ¿Está bien señor? - cuestionó Kibito en cuanto pudo acercarse.

Ya que el señor Wish lo había soltado como si nada cuando el Dios de la Destrucción decidió dar ese regalo.

- Si - afirmo aún con gesto adusto.

La única razón para que quisiera llevárselo, era que ponía en peligro su propia existencia, no evitó mirar al sujeto con expresión molesta, aunque sabía que le daría lo mismo.

Bills alzó la mirada en ese momento y sus ojos se cruzaron un instante, aunque el Supremo no fue quien rompió el contacto primero. Fue una sensación muy extraña, como si hubiera querido decirle algo y se hubiera arrepentido a último momento. La situación se le antojaba algo inusual pero trato de ignorarla, ya que parecía una extraña coincidencia. Casi no había tenido contacto con Bills, desde que se volvió Supremo, a penas si lo había visto un par de veces más después de que no tuvo más opción que tomar el puesto cuando su antecesor fue absorbido, fue muy rápido y también algo afortunado, porque si el antiguo Supremo hubiera muerto, el universo siete, se hubiera quedado también sin Dios de la Destrucción.

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