Estaciones

Otro evento familiar

Habían ido a la Tierra, al menos unas tres veces en el transcurso de ese año, así que les sorprendió la llamada de Gohan por el báculo, en la última visita acordaron quedarse en la Tierra el siguiente mes por las fiestas de fin de año.

- Se que vendrían en un mes más o menos - indicó con notable nerviosismo - pero, necesito decirles algo en persona y no puedo esperar tanto tiempo - aseguro ahora intrigandolos - papá, Vegeta, les ruego que vengan a cenar hoy a casa de mi madre y padre, tengo algo muy importante que anunciarles, claro que el señor Wish y el señor Bills tambien están invitados - agrego con cortesía hacia el ángel, que devolvió la sonrisa con igual elegancia.

A Goku le tomo un par de minutos saber que decir ante esa extraña y formal invitación, no había necesidad de ser un genio para caer en cuenta que algo importante pasaba y eso también lo ponía nervioso, al final necesito el empujón de su pareja para lograr decir algo.

- Claro que estaremos hijo - atino a decir atropelladamente - llegaremos en una media hora más o menos, aunque creo que sin el señor Bills, ya que tomo una siesta de nuevo - agrego por decir algo más.

- Perfecto papá - susuro el joven con una gran sonrisa de alivio que los deslumbro - nos vemos pronto - se despidió sin dejar de sonreír y con un gesto de la mano.

La pareja se miró entre sí con la curiosidad marcada, ¿qué era lo que Gohan iba a decirles?, ¿por qué parecía tan nervioso?.

- Bueno, no vamos averiguarlo quedándonos aquí, ¿verdad? - comento el ángel, adivinando sus pensamientos - yo también tengo curiosidad, así que vayamos ya.

- Si - afirmaron a la vez - antes de tocar uno de sus hombros cada uno y salir en dirección a la Tierra.

***

- No entiendo porqué debemos ir - susurro por enecima vez, reclinado en el asiento del escritorio y haciendo equilibrio en sus patas traseras.

- Porque nos invitaron y es mi sobrino - contesto intentando mantener la paciencia que ya no sentía - además, quiero ir también, están haciéndolo un día lunes para que podamos estar presentes, no seas así - agregó mostrando su molestia ligeramente.

Turles bufo por lo bajo y volteo los ojos demostrando que aquel gesto no le importaba, su pareja se vio obligado a usar todo su auto control para no golpearlo como todo su ser se lo exigía, estaba siendo tan infantil y desconsiderado.

- Si tanto no quieres ir - comenzo, llamando su atención - pues quédate en casa, yo iré un momento y volveré pronto - dictaminó ya arto y poniéndose una chaqueta.

Por un instante había pensado que cedería a su capricho, pero su última declaración solo provocó su enojo, giro la cabeza ofendido y se cruzó de brazos aún más rígido, aterrizando la silla en sus cuatro patas, se levantó repentinamente.

- Sepa, porqué quieres ir solo - soltó con veneno - pues no te voy a dar el gusto - indicó levantando su chaqueta de la cama - vámonos - agrego aún con ese tono venenoso y luego salió volando por la ventana sin esperarlo.

Raditz, se sobó el rostro con frustración, sintiendose cansado de esas reacciones, al final solo tomo vuelo detrás de su pareja sin saber que hacer o pensar.

***

La casa de Milk, o mejor dicho su jardín,  parecía un elegante patio de algún lujoso hotel con todas las decoraciones que se le habían hecho. Las mesas blancas y redondas a juego con sus sillas, estaban repartidas en un trecho, limitado por las carpas igual de blancas que daban sombra. Se había instaurado un pequeño espacio, recubierto con loseta de piedra como pista de baile. Simplemente magistral, casi todos sus amigos y conocidos ya estaban acomodados en las diferentes mesas, solo esperaban a las dos parejas de saiyajins. Era extraño que la que vivía en la Tierra actualmente, estuviera tardando tanto en llegar, intento no pensar demasiado en eso, aún no aceptaba del todo el hecho de que sus hijos se llevarán tan bien con el nombrado "tío Raditz", incluso Gohan pasaba algunas horas junto al sayiajin, hablando de insectos. Al parecer su "tío", compartía la fascinación del muchacho por los mismos, y no dejaban de entretenerse horas de comparativa de los insectos que el "tío", había visto en el espacio con los que existían en la Tierra. El detalle con el que les describía a los mismos era una clara evidencia de su fascinación por ellos, no podía negar que se llevaban muy bien, aunque no le agradará todavía, ya le era tolerable.