Cambio

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Esa mañana, antes de ir a la Tierra, el ángel comenzó el desayuno con una buena noticia.

- Después de ver su avance - dijo luego de sorber su taza de café - me parece que ya están listos para entrenar juntos y se concentren en la siguiente transformación.

La pareja no evitó las sonrisas que se escaparon de sus rostros, para ser honestos habían empezado a extrañar pasar tiempo juntos, solo se veían para comer y dormir, estando tan concentrados en la comida o agotados a la hora de ir a la cama, que casi no habían tenido tiempo para ellos mismos. La siguiente noticia fue mucho mejor.

- Me parece que hoy pueden descansar - continuó hablando mientras se terminaba sus huevos revueltos - ¿Quieren venir conmigo a la Tierra?.

Una vez más se miraron un segundo para luego negar con calma, la verdad deseaban pasar algo de tiempo a solas. El ángel sonrió y afirmó con la cabeza por su respuesta mostrando su conformidad por la decisión, no esperaba menos.

- Bien, entonces les diré que iran la siguiente vez - comento sin dejar de comer.

Se miraron entre sí de nuevo, era claro que la mujer y los mocosos ya lo habían vuelto su aliado. Solo se encogieron de hombros mostrando su conformidad con decisión, para luego teinar con su desayuno.

Despidieron a su maestro en la que ellos llamaban "la pista", para después bajar de la misma a una zona más despejada, sabían exactamente que querían hacer primero.

- ¿Listo Vegeta? - interrogó golpeando su puño derecho con la palma izquierda.

- Listo - indicó su esposo, arreglándose los guantes.

- Veamos que tal te ha funcionado el entrenamiento - molestó antes de lanzarse contra él.

- Oh, vas arrepentirte de decir eso - susurro con esa sonrisa maliciosa, antes de que sus puños chocarán en el aire.

Si que habían extrañado pelear entre ellos.

***

Despertó a eso de las doce del medio día con el ruido de las aves en su ventana, se giró en la cama y encontró a su pareja durmiendo plácidamente a su lado, así que no lo despertó.

Ya había logrado dominar la mayoría de las máquinas de la cocina de su hermano y ya había pasado un tiempo desde que tuvo un accidente en la misma. Llevaba después de todo viviendo algo más de tres meses en la Tierra, dos solo con Turles desde que esa pareja de locos se había ido, ya tenían una rutina establecida y se habían acostumbrado al trabajo. La verdad es que los incidentes en el club rebajaron bastante con su presencia y empezaban a tener mayor relación con el resto del equipo, incluso el viejo guardia de seguridad, les decía a veces por su nombre.

Mientras ponía a hervir el agua para el café, sí, se le había pegado la manía de Vegeta de beber café sin importar la hora en que se levantara. Preparó una comida simple como salteado de tallarín, claro que lo complemento con ensalada sopa y muchos sandwiches. Acomodo la comida en la mesa, estaba por ir a despertar a su pareja cuando escucho una notificación en su celular.

Turles despertó, al no encontrar el cuerpo de su Rabanito a su lado, se dió la vuelta aún dormido y se levantó en ese estado somnoliento, encontró a Raditz apoyado en el mesón, mientras intercambiaba mensajes con alguien. Una sonrisa se le escapaba, mientras de inmediato el sonido del teclado llenaba el lugar, lo percibió recién cuando llegó a su altura.

- Hola - le saludo con simpleza y apenas levantando la mirada de su pantalla - ya estaba por ir a despertarte - le comento sin dejar de teclear.

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