Capítulo: 20

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Conversaciones.


Vidrio y Cristal, dos materiales fácilmente confundibles, incluso, habrá quien crea que estos dos términos son sinónimos, pero no es así, la Real Academia española los diferenciaba.

Nuestros ojos los confundes, los vemos iguales ¿en qué se diferencia un vaso de vidrio de uno de cristal? Ambos resolverán una misma necesidad, de igual manera. Pero científicamente esos dos materiales si son diferenciados, tienen estructuras distintas.

El cristal se puede formar de forma natural de tres maneras diferente. La formación del vidrio de manera natural, debido a que requiere de condiciones más difíciles, es menos habitual. El vidrio artificial es un material cerámico.

No sé de cuál de estos dos materiales estaba fabricado el objeto que limpiaba, el vaso semejante a todos los demás que esperaban a ser limpiados. Cuando los solté cogí otro, era igual al anterior. Natacha me hablaba desde el otro lado de la ventana, no había clientes, eran casi las ochos, Jame no tardaría en atravesar la puerta chirriadora.

—Entonces ¿Qué hiciste este fin de semana? —

—Ohh no mucho, ayer estuve viendo un poco la ciudad. — me giré para ver sus ojos. — he estado meses aquí y no concia nada de ella. —

—Deberías hacerlo más a menudo, pareces más feliz. —

Probablemente lo estuviera, pero el motivo principal no era haberme perdido entre las calles de Nueva York junto a Zayn, el motivo principal eran las palabras que salieron de los labios de Zayn justo antes de posarlos sobre los míos.

Me había confesado que sus ojos brillaban y sus pupilas se dilataban por mí. Cuando recordaba sus palabras mi autoestima subía como lo hace la marea del mar, lenta pero constantemente. He ahí otra prueba más de su control sobre mí, unas palabras suyas podían cambiar mi estado anímico, unas palabras suyas podían hacerme feliz.

— ¿En la universidad qué tal? —

—Bien. — contesté la pregunta de la mujer pelirroja.

La mujer tras la ventana iba hablar, pero con el sonido de la puerta al ser abierta por la fuerza que Jame ejerció, debió hacer que se lo pensara mejor, me dedicó un sonrisa y se perdió en las profundidades de la cocina, quedando fuera de mi camino de visión.

Jema realizó sus acciones cotidianas y yo las mías, así en menos de un minuto ya tenía su cerveza y yo continuaba con la limpieza de vasos. El silencio reinó en el espacio entre él y yo, y a decir verdad no estaba descontenta con este silencio. Ninguno de los dos tenía nada que decirle al otro, y ambos nos hacíamos compañía, mientras que él se torturaba con recuerdos del pasado, y yo me contentaba por las palabras del pasado.

Harry entró caminó hacia mi mientras retiraba el gorro de lana gris oscuro que cubría sus rizos rebeldes. Se sentó frente a mí, nos mirábamos sonriendo, sin decir nada, en el silencio entre Jame y yo, silencio con el que Harry pronto acabó.

—Veo que estas muy contenta hoy. — asentí con energía y él sonrió aún más. — Ponnos unos cafés y me cuentas porque. —

Me giré sonriendo hacia la cafetera y llené dos tazas de café humeante, les dejé caer un charro de leche a cada taza, a la mía largo y al a de Harry corto, les puse un poco de azúcar y caminé con una taza en cada mano a una de las mesas.

Harry se sentó delante de mí, quedando los dos detrás de Jame. Durante unos segundos nos dedicamos a aguantarnos la mirada, sonriendo sin ninguna razón aparente, pero después de todo ¿Por qué no sonreír por qué si?

Libérame.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora