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Juramento inquebrantable

H41 09/12/2024:

NGRO/Fantasy

Una promesa que va más allá de proteger a capa y espada a su señor, sino defender a los suyos: compañeros, amigos, familia, civiles inocentes. La espada familiar de los Nagi 's era ligera y delgada pero peligrosa que cortaría lo que sea con solo tocar su filo o atravesar la armadura más gruesa.

Otras familias de caballeros tenían hijos que se adaptaban a sus espadas, así como tener la fortaleza física y mental para portar dicha arma y legado. Con la gran responsabilidad de cargar en sus hombros, los jóvenes dedican su vida entera a ser mejor para convertirse en maestros de la espada.

Hubo uno que se destacaba por no poder sostener la espada familiar, aún siendo el elegido y único sucesor para Reo Loid Mikage quien aunque podían tener la habilidad y destreza no era suficiente para sostener su espada. Muchos de sus compañeros le recomendaron hacer un trato con otras familias y hallar la solución.

Absortó en sus preocupaciones, dejó su espada en el campo de entrenamiento así que corrió de vuelta a buscarla. ¿¡Dónde rayos tienes la cabeza Reo!? Se fijó a sí mismo, corriendo por todos los pasillos para llegar a su destino. Lo que no esperaba es que lo primero que viera al llegar ahí fuera a un joven de cabellos blancos sosteniendo como si fuera el objeto más ligero su arma.

-|Imposible...| –murmuró el peli morado si quitarle los ojos de encima al otro joven mientras caminaba hacia este.

-No des un paso más.
-¿Eh?
-No te han dicho que debes tener el equipo necesario para estar aquí –una voz perezosa y profunda.
-Por supuesto que lo sé. De hecho tú eres el que está siendo atrevido- Amm.... Soy Reo Mikage y esa espada que sostiene es mía.
-Oh, la encontré en los cambiadores. Es muy grande para alguien como tú, ten –se alejó un poco para buscar algo y regresó con una espada más delgada y un poco más simple que la suya.
-Gracias pero... –cuando agarró la empuñadura, sé sintió como una corriente eléctrica– Esto, ¿dónde conseguiste esta espada?
-Es la espada de mi familia. Soy Seishiro Nagi, un gusto.
-¿El joven duque? Eres el mejor amigo del príncipe Chigiri, el genio espadachín.
-Ya les he dicho que no soy un espadachín, solo me gusta pelear con monstruos.

Acaso no se da cuenta que los otros caballeros quieren pelear con él y que incluso es elogiado por su alteza el príncipe, pensaba Reo un tanto perdido por la actitud despreocupada de Nagi– Si es así, se mi aliado.
-¿En qué sentido? ¿Debo hacer informes o llenar documentos?
-No, Nagi. Quiero que nuestras familias sean aliadas, así tú podrás usar mi espada y yo la tuya. Jamás me había sentido así, aparte...
-¿Qué?
-Yo no... enerla...

-Perdona, no escuché bien.
-YO NO PUEDO SOSTENER MI ESPADA.
-¿Hablas de está? –alzó el arma para observar de un lado al otro, pero no veía problema alguno– Yo la veo en buen estado, jamás una espada me había gustado tanto.
-Con más razón, seamos aliados.
-Agh~ Qué fastidio...

Pese a sus palabras contrarias, no se negó a la petición del joven Loid e hicieron un pequeño contrato en el cual ambos salían beneficiados. El peliblanco tendría total libertad de llevarse la espada de los Mikage a donde fuese y cuando no la necesitara la traería de vuelta.

Por su parte el de ojos amatista, se propuso en ir a expediciones individuales y también en algunas veces ver cómo Nagi casaba a monstruos en los bosques mágicos; no pudo quitarle los ojos de encima al ver la destreza y habilidad del muchacho. Su personalidad algo floja no revela nada de este lado tan salvaje y descontrolado que descubrió.

Tal vez por eso no dudó en ofrecerle todo lo que un caballero y como hombre podría ofrecer a otra persona, no solo por ser quien más respetaba y admiraba en ese momento, sino porque de verdad se lo merecía: su lealtad eterna. Fuese cual fuese su decisión en el futuro Reo seguiría a Seishiro a donde fuese.

Nagi llegó a pensar que esa promesa era irrelevante y no habría manera que llegase el día en que pudiera ver al otro habiendo algo que no le correspondía, o eso pensó hasta el día en que recibió daño por el. Cuando el peli morado estaba en cama el más alto le juro que cargaría su espada no solo por diversión, sino por su seguridad y para ser su leal compañero.

Desde entonces ambos se volvieron tan unidos que no había mejor dúo a quien acudir para liderar algún enfrentamiento con enemigos o solo ir a divertirse por ahí. Ellos eran inseparables, tanto que parecían una pareja de casados, o mejor dicho solo pocos sabían de eso ya que fue la hermosa y más grande recompensa que se les otorgó por sus contribuciones.

Un pequeño encuentro se convirtió en una vida llena de aventuras y entusiasmo, Seishiro ya no se encontraba solo peleando en los bosques y Reo jamás se volvió a sentir inútil al no poder usar una espada. El apoyo mutuo que le daban al otro fue la mejor decisión que tomaron en sus vidas y lo volverían a hacer. Una promesa inquebrantable.

➔Fin /// NagiReo