Capitulo 30: El comienzo del viaje Parte 2

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Aquel día era como oro día cualquiera en Londres, por eso, no llamaba la atención que cuatro jóvenes y un gran perro negro se paseasen por allí.

Quizá lo que llamase la atención sería que los jóvenes debAquel día era como oro día cualquiera en Londres, por eso, no llamaba la atención que cuatro jóvenes y un gran perro negro se paseasen por allí.

Quizá lo que llamase la atención sería que los jóvenes deberían estar en su escuela y que el perro era bastante grande. Sin embargo, la gente está demasiado ocupada en sus asuntos como para importarle que puedan estar haciendo ese grupo y el perro... Aunque lo que estén haciendo sea tan importante cuyo fracaso de la misión llevaría a la destrucción de la ciudad.

—Y... ¿Dónde dices que está el códice?—preguntó Ryan, después de haber andado diez minutos sin que nadie abriese la boca.

—No estoy segura—dijo Marian.

— ¿¡QUE!?—soltó el chico Slytherin.

—Eso, que no se donde está exactamente.

—Te hemos oído—dijo Mason, tambien sorprendido—lo que no sabemos es que hacemos buscando algo que no sabemos donde está.

—Quizá por algo se le llame "buscar"—resolvió Marian, sarcástica—en realidad, no he sido del todo sincera: se que el códice está aquí, en alguna parte de Londres, lo que no se es su ubicación exacta. Pero tengo un localizador de mi madre que nos llevará hasta él.

La chica Ravenclaw sacó de su bolsillo un aparato que tenía el plano de Londres y lo observó detenidamente.

Canuto se puso a olfatear el aire, Abby lo miró, pensativa.

—Bien, no estamos demasiado lejos—sonrió Marian—tenemos que llegar hasta... ¿Abby me estás escuchando?

—Perdona ¿Qué decías? —preguntó a su vez.

Marian resopló.

—Tu eres la primera que estaría pendiente de la expedición, Abby ¿Qué pasa?

—No, nada—negó y sonrió— ¡Venga, a por el códice!
—Si es que la gryffindor cada día esta peor—comentó Ryan.

Sirius gruñó inmediatamente al chico.

—Tranquilo Canuto, ya lo pillaremos cuando este desprevenido... ¡Uy! Se me ha escapado—dijo sonriendo falsamente, como si no lo hubiese echo adrede.

— ¿Podemos dejar la guerra Gryffindor-Slytherin para otro momento, por Circe?—preguntó Mason, fastidiado.

—Decía, que tenemos que acercarnos a Baker Street. Podríamos coger el metro—continuó Marian.

— ¿Con el chucho?—preguntó Ryan.

—No creo que nos dejen subir con serpientes—dijo Abby mirando a Ryan con cara de fingida preocupación—podría espantar al resto de pasajeros.

—Dijo la chica de alas en la espalda.

— ¡Shh!—le chitó Marian—la gente nos empieza a mirar raro.

El grupo miró a la gente que pasaba por su alrededor, que habían escuchado el comentario de Ryan y les miraban extrañados.

— ¡Como odio la gente cotilla!—dijo Abby bien alto, como si estuviese comentando algo a sus amigos solamente— ¿No os pasa lo mismo?
Inmediatamente la gente giró la cabeza, como si nunca les hubiesen visto.

—Solucionado—sonrió— ¿vamos?

Mason y Marian la miraban con la boca abierta, pero se sorprendió cuando vio al Slytherin sonreír de medio lado, divertido.

La hermana de Harry Potter y el prisionero de AzkabanDonde viven las historias. Descúbrelo ahora