Capitulo 13: El mapa del merodeador.

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Abby despertó al poco, estaba muy confundida.

-¿Donde esta?-preguntó de pronto.

-¿Quien?-preguntó Hermione preocupada.

-El... nada, olvidalo... ¿que hago aqui?

-Te caiste de la escoba ¿te acuerdas de algo?-preguntó Ron.

A la mente de Abby llegaron a su mente, como si fuera una pelicula todo lo sucedido en el partido.

-No-mintió.

La señora Pomfrey insistió en que Harry y Abby se quedaran en la enfermería el fin de semana. Ninguno de los muchachos se quejó, pero tampoco ninguno le permitió que tirara los restos de las Nimbus 2.000. Sa­bían que era una tontería y que las Nimbus no podía repararse, pero ninguno de los dos podía evitarlo. Era como perder a uno de sus mejores amigos.

Los visitó gente sin parar; todos con la intención de infun­dirles ánimos. Hagrid les envió unas flores llenas de tijeretas y que parecían coles amarillas, y Ginny Weasley, sonrojada, apareció con una tarjeta de saludo que ella misma había he­cho y que cantaba con voz estridente salvo cuando se cerra­ba y se metía debajo del frutero, Abby recibió una parecida pero con una canción distinta.

El equipo de Gryffindor volvió a visitarlos el domingo por la mañana, esta vez con Wood, que aseguró a Harry con voz de ultratumba que no lo culpaba en absoluto, y Fred que no se separó casi de Abby.

-¿Que te ha pasado?-le había preguntado nada mas verla.

-Nada sin importancia-había respondido ella-solo una pequeña caida...

-¿Pequeña?-preguntó George-¡da suerte a que no te has matado!

Ron y Hermio­ne no se iban hasta que llegaba la noche. A Abby le daba absolutamente igual lo que dijeran: le dolía haber perdido, pero no le echaba las culpas a nadie (Excepto los dementores) su unico problema por el momento se llamaba Nicy Peakes. ¿Volvería a hacerle algo asi? ¿intentaba matarla o no iba tan en serio? En cuanto a Harry nada de cuan­to dijera o hiciese nadie podía aliviarlo, porque los de­más sólo conocían la mitad de lo que le preocupaba.

No había dicho nada a nadie acerca del Grim, ni siquie­ra a Ron, Abby o Hermione. El hecho era, sin embargo, que el Grim se le había aparecido dos veces y en las dos ocasiones había habido accidentes casi fatales. La primera casi lo había atro­pellado el autobús noctámbulo. La segunda había caído de veinte metros de altura. ¿Iba a acosarlo el Grim hasta la muerte? ¿Iba a pasar él el resto de su vida esperando las apariciones del animal?

Y luego estaban los dementores. Harry se sentía muy humillado cada vez que pensaba en ellos. Todo el mundo de­cía que los dementores eran espantosos, pero nadie se des­mayaba al verlos... Nadie más oía en su cabeza el eco de los gritos de sus padres antes de morir, salvo quizás su hermana, la miró un momento, estaba con la mirada en el infinito, pensando, por lo que sabía, ella tambien le tenía miedo a los dementores y los odiaba con toda su alma.

Cuando se le acercaban los dementores, oía los últimos gritos de su madre, su afán por protegerlo de lord Voldemort, y las carcajadas de lord Volde­mort antes de matarla... Harry dormía irregularmente, su­mergiéndose en sueños plagados de manos corruptas y vis­cosas y de gritos de terror, y se despertaba sobresaltado para volver a oír los gritos de su madre.

Abby ya no tenía pesadillas sin embargo, pero seguía muy pensativa, ¿le daría a Nicy por atacar a sus amigos? No, no era posible, no podía entrar con tanta facilidad a Hogwarts, pero entonces... ¿Cómo rayos había entrado? No le había dicho a nadie nada de ella, porque temía las reacciones, y ademas los dementores tambien habían tenido parte de culpa.

La hermana de Harry Potter y el prisionero de AzkabanDonde viven las historias. Descúbrelo ahora