Un nuevo enemigo busca vengarse de Son Goku secuestrando lo que más le importa; su familia. Pero, ¿Qué pasará cuando descubra que su querida esposa ni siquiera se encuentra en su universo?
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- historia gochi (g...
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Capítulo 45: Esperanza.
Un silencio tenso se extendió entre ellos. Gohan, Goten y Goku se miraron, sabiendo lo que eso significaba. Ox Satán había regresado finalmente de su viaje y estaba allí buscando a su hija y a sus nietos. Pero su llegada no iba a ser simplemente un reencuentro familiar. Era el hecho de que Ox Satán aún no tenía idea de lo que había pasado, y eso era lo que menos quisieron pensar durante esos días, sabiendo que lo afectaría profundamente.
Con un gesto decidido, Goku comenzó a caminar hacia la dirección que Piccolo le señalaba, mientras Goten y Gohan lo seguían, sus expresiones estaban llenas de incertidumbre y preocupación por su abuelo. Al llegar al punto de encuentro, vieron a Ox Satán esperando a un costado de Bulma, Trunks, el Dr y la Sra Brief. Vegeta estaba lo suficientemente apartado, había salido un momento de su entrenamiento en la cámara de gravedad por petición de Bulma, diciendo que tenía que tomar aire fresco, cuando de repente vieron al hombre grande llegar y buscar con anhelo a su familia.
—¡Goku!—Ox Satán exclamó con una gran sonrisa y dió un paso hasta a él.—¡Gohan! ¡Goten! ¡Qué alegría verlos!
Goku, Gohan y Goten intercambiaron miradas, pero sabían que no podían mostrar toda la tristeza que los envolvía en ese instante. No podían romper la ilusión de Ox Satán, no se lo perdonarían.
Sin embargo, la sonrisa de Ox Satán se fue apagando lentamente. Se acercó un poco más, buscando entre los tres a alguien, y su rostro comenzó a tornarse más serio, más preocupado y confundido.
—¿Dónde está Milk? Fui a la casa en Paoz y no había nadie.—dijo.—¡Milk!—Ox gritó el nombre de su hija, creyendo que estaba en algún otro lugar de la casa.
Bulma miró la escena con tristeza, al igual que los demás. Piccolo se mantuvo alerta de la situación y Vegeta simplemente hacía como si no le interesara.
Goku sintió el peso del dolor en su pecho una vez más. Hacía unos momentos estaba feliz por haberse reconciliado con sus hijos, pero ahora se encontraba en otra situación de pena. No era algo que quisiera decirle a Ox Satán. No era algo que quería que nadie supiera, pero las circunstancias no dejaban lugar a dudas. Se quedó en silencio por un momento, buscando la forma correcta de dar esa noticia, aunque sabía que no había forma de suavizarla.
Fue Gohan quien, al ver la angustia de su padre, dio un paso al frente, su rostro reflejando la misma tristeza.
—Papá, tal vez debería ser yo quien...—comenzó a decir, pero Goku lo detuvo con una mirada.
—No, hijo, lo haré yo.—la voz de Goku era suave, pero firme. Se acercó a Ox Satán, quien ahora lo miraba fijamente y sin sonrisa alguna.
—¿Qué pasó?—preguntó temeroso.
Goku sintió el nudo en su garganta, pero lo que tenía que decir era inevitable.—Lo siento mucho, Ox Satán, pero Milk... Milk ha desaparecido.
El silencio se apoderó del lugar, pesado, como si las palabras de Goku hubieran drenado toda la vida del aire. Ox Satán parpadeó, como si no pudiera procesar lo que acababa de escuchar. Su rostro pasó de la incredulidad a la desesperación en segundos.