Capítulo 54 parte 1 (50%)

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Cuando Itt llevó a Nong Andá de vuelta al comedor con Night, se sentaron en la mesa infantil que el restaurante había preparado para ellos.

—Ya pedí la comida. ¿Quieres comer algo especial? —preguntó Day antes de mencionar el menú que había ordenado.

—Eso es todo. Por cierto, ¿pediste algo para nuestros hijos? —preguntó Itt de vuelta.

—Pedí huevos cocidos al vapor para los niños, arroz frito y, ah, también hay fruta. Ordené mangos maduros para Andá. Resulta que encontré un pincho de frutas —dijo Day.

—Ah, eso está bien. De lo contrario, Andá definitivamente se habría irritado —respondió Itt con una sonrisa—. Ah, también acabo de conocer a la mujer de la que hablaste, la que se mudó a la casa en venta cerca de la salida —le comentó Itt a Day.

—¿Cómo sabes que es esa mujer? —preguntó Day, ya que Itt nunca la había visto antes.

Itt le contó a Day lo sucedido, que la joven recordó a Nong Andá y lo que él le había dicho. Day asintió con la cabeza.

—Tiene muy buena memoria —comentó Day, pero no le dio demasiada importancia.

Itt tampoco dijo nada más sobre la mujer porque no estaba interesado. Pero Roman sí, ya que Itt contó la historia en un tono normal y todos lo escucharon.

—¿Debería pedirle a mi gente que investigue un poco? ¿Qué clase de persona es? Si no representa un peligro, entonces pueden estar tranquilos —dijo Roman, preocupado por la seguridad de Nong Aob y Nong Andá.

—Creo que no le interesan los niños. La persona en la que está más interesada debe ser Phi Day —dijo Night lentamente.

—Déjalo estar por ahora. No creo que sea peligrosa. Tal vez solo sea un poco molesta —respondió Day con indiferencia.

Nadie dijo nada más y se concentraron en comer.

Itt y Day no tenían que preocuparse mucho por Nong Aob, ya que los tíos los ayudaban a cuidarlo. En cuanto al pequeño Andá, estaba concentrado mordiendo la fruta. Cuando todos comieron hasta saciarse, regresaron a casa. Los padres de Itt volvieron a la tienda, mientras que los demás se dirigieron a la casa de Day, pues estaban celebrando a Nong Aob. Pero en realidad, los adultos solo buscaban una excusa para beber.

Cuando el grupo de Day salió de la sala privada del restaurante, una joven sentada los observaba. Sus ojos se agrandaron un poco al verlos, pues la apariencia, el porte y la imagen externa de cada uno parecían distinguidos, lo que despertó en ella el deseo de conocer mejor a Day, aun cuando estaba sentada con el hombre rico que la mantenía.

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—Se ve muy bien —dijo Itt, de pie frente a la vitrina donde colgaba la medalla de oro que Nong había ganado en la competencia de ayer.

Esa mañana, Day e Itt la colgaron en el armario después de que Nong Andá durmiera con ella toda la noche. Se rieron mucho cuando Nong Aob le dio la medalla a su hermano menor. Nong Andá la abrazó y no la soltó ni siquiera dormido, lo que hizo que Nong Aob sonriera al ver cuánto le gustaba a su hermano. Cuando amaneció, se la quitaron con cuidado antes de que el pequeño Andá despertara.

—Créeme, habrá más medallas de oro en este armario —dijo Day con confianza.

—¿Todos ya despertaron? —preguntó Itt.

Nong Andá y Nong Aob seguían durmiendo en la habitación. La noche anterior, los adultos habían bebido hasta tarde, pero Day e Itt madrugaron como de costumbre.

—Nan está en la sala de entrenamiento. Nadie más ha bajado todavía —respondió Day.

—Keith suele despertar temprano. Creo que bebió un poco de más anoche, porque Roman tampoco ha bajado aún —dijo Itt con una suave risa, lo que Day entendió bien, pues sabía que Itt no se refería exactamente a la bebida.

LS (DB) 5Donde viven las historias. Descúbrelo ahora