-No me puedo creer todo lo que me has contado, en serio tía...tu vida es de película-dijo Sonia a través de la cámara.
Habían pasado unos días desde que llegue y después de todo lo que me había enterado tenía ganas de contárselo a alguien y ella me invitó a hacer Skype aunque me hubiera gustado más contárselo en persona y que me hubiera agarrado la mano como siempre hacia para apoyarme.
-Ojala no fuera así...-dije pasándome la mano por el pelo.
-Pero no lo puedes cambiar... ¿tienes miedo de verlo, verdad?-preguntó sin quitar esa sonrisa que tanto extrañaba.
-Ahora más que nunca...-dije asustada.
En ese momento me sonó el móvil, lo cogí de la mesita de noche y cuando vi quien era sonreí.
-Bienvenida a la fábrica de mejores amigas... ¿qué desea?-dije riéndome mientras Sonia ponía morritos en la cámara.
-Deseo proponerle un plan para esta noche...-dijo Ana seguramente sonriendo- Hay una fiesta ibicenca, esta noche en el pueblo, la organizaron los chicos y Max hace tiempo y así sería como un tipo de bienvenida para ti, están deseando verte...-me explicó.
-Y yo también de verlos a ellos...
-¿Entonces vienes?-preguntó con miedo.
-Sí, voy a ir y luego podemos dormir en casa de mi abuela, si quieres...-dije invitándola.
-Pues claro, adoro a esa mujer...-dijo haciéndome reír- A las ocho paso a por ti ¿vale?
-Vale, hasta luego preciosa...-dije antes de colgar.
-¿Te vas de fiesta sin mi?...no me lo puedo creer-dijo Sonia haciendo pucheros.
-No sabes lo que daría porque estuvieras aquí...-dije sonriendo.
-Pronto nos veremos, no lo dudes...-dijo sonriendo.
-Ni la distancia ni el tiempo podrá con esto...
***
Estaba en casa de mi abuela, iba a arreglarme cuando mi abuela entró en la habitación que había ocupado desde que tenía uno de memoria.
-¿Qué tal todo mi niña?-dijo acariciando mi cara.
-Bien abuelita, te he echado de menos...-dije sonriendo.
-No me gusto que te fueras así cariño, y menos por lo que era...-dijo seria.
-Necesitaba irme, necesitaba hacerme un poquito más fuerte...
-Bueno ya ha pasado todo, ahora ponte preciosa y sal y comete el mundo mi niña...-dijo sonriendo.
-Gracias por todo...-dije abrazándola.
***
Estaba llegando a la piscina municipal donde se había organizado la fiesta cuando de repente paso una moto a toda velocidad y casi pillándome. En ella iba un chico con una chaqueta de cuero pero no me pude fijar en la cara.
Cuando estaba ya dentro, todo el mundo me saludaba y me felicitaba por el éxito en los conciertos que baile con grandes estrellas. Llevaba andando un rato cuando pude ver a Ana, Max, Sergio y Carlos. No dudé en correr saludarlos, cuando Max me vio abrió sus brazos en señal de que fuera a abrazarle y así hice. Nunca lo dije pero él fue mi mejor amigo, estuvo siempre a mi lado a pesar de que su amigo también fuera Eric, y como lo había echado de menos, chaval.
-No sabes lo que te he echado de menos...-susurré en su oído mientras lo abrazaba.
-Yo también enana, estas preciosa...-dijo mirándome.
-Te tengo que pedir disculpas, porque no estuve cuando me necesitabas, siento que todo haya cambiado...-dije triste.
-Ana me ha contado todo, y no hacía falta porque yo sabía que tendrías una buena razón para no estar aquí...-dijo sonriendo.
-¿Lo echas de menos, no?-dije sonriendo.
-Sí, aunque a veces hablamos y quedamos pero no es como antes...siento que poco a poco voy perdiendo al que siempre fue mi hermano...-dijo triste.
-Veras como no, él será lo que sea pero siempre ha sido una persona con dos dedos de frente y seguro que se da cuenta de que no puede estar sin su mayor apoyo...-dije sonriendo.
-¿Y tú lo has echado de menos?-dijo haciéndome borrar la sonrisa.
-Cada día de estos dos últimos años...
***
Después de hablar con Max, saludé a los chicos y no pude no reírme, los había extrañado tanto. Me contaron todo lo que había pasado con ellos estos años y parecía que había sido ayer todo. Estábamos sentados en la piscina con los pies metidos...hablando, riendo, hasta llorando. Cuando paso algo que supuso un antes y un después en esta historia. No paraba de reír con lo que estaba contándome Sergio cuando escuché una voz que me hizo recordar.
-Bro... ¿qué tal?-dijo acercándose a Max que estaba de pie.
-Muy bien...-dijo este.
Yo estaba de espaldas por lo que no podía verme la cara. Los chicos se levantaron a saludarlo y estuvieron hablando en un corro durante un rato. Ana se me acercó y me dio la mano para ayudarme a levantar porque sabía lo que estaba pasando.
-Ana ¿qué hago?-dije en un susurro.
-Enfrentarlo como siempre has hecho...-dijo apretando más fuerte mi mano.
Entonces Ana me dejó sola y se unió al corro. Me di la vuelta y no tardó ni dos segundos en mirarme, y sentí que en ese momento nada había cambiado, que no había pasado el tiempo, ni que había habido distancia de por medio, solo estábamos nosotros.
Y me acerqué al corro donde estaban todos y entre ellos él que no apartaba la mirada de mí.
-Hola...-dije mirándolo a los ojos asustada.
-¿Has vuelto?-dijo mirándome.
-Ya era hora de volver a casa...-dije agachando la cabeza.
-¿Podemos hablar...a solas?-dijo tomando mi mentón para mirarle.
CONTINUARÁ...
ESTÁS LEYENDO
La casualidad más bonita de mi vida (II)
Lãng mạnSegunda parte de la casualidad más bonita de mi vida. Leer antes la primera parte.