Capítulo XXVIII: por fin una alegría.

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Llevaba delante de la puerta unos diez minutos y todavía no me había atrevido a entrar y esa puerta me separaba de alguien que hasta hoy había sido la persona a la que más había querido en el mundo y no quería que eso cambiara pero sobre todo no quería que esa persona me defraudara.

Mi corazón bombeaba tan fuerte mi sangre que si hubiera habido un silencio rotundo se ollería y mi cabeza no para de hacerse preguntas:

¿Y si no me atrevo a decírselo?

¿Me rechazará?

¿Me abandonará?

Y por otra parte basándome en todo lo que hemos vivido y en todos los planes que teníamos para vivir juntos me digo:

¿Seremos felices?

¿Qué preferirá que sea niño o niña?

¿Viviremos juntos?

Y cuando estaba sonriendo y pensando en lo felices que podríamos llegar a ser si esto salía bien, la puerta de mi habitación se abrió y salió un Max sonriente y en pijama.

-¿Qué hacías ahí parada?-preguntó sonriendo.

-Estaba pensando...-dije con una sonrisa para tratar de ocultar los nervios que tenía.

-¿En mí?-dijo tomándome de la cintura.

-En ti y en alguien más...-dije viendo como se ponía totalmente serio.

Y en ese momento mi semblante también cambió, me deshice de su agarre y entre en la habitación para sentarme en la cama y quitarme los zapatos.

Vi como observaba cada uno de mis movimientos pero no se atrevía hablar y para ser sincera yo tampoco me atrevía hacerlo porque lo que tenía que decirle me cambiaría la vida o mejor dicho nos cambiaría la vida.

-Tengo la sensación de que ocurre algo...-dijo mientras se tumbaba en la cama y miraba hacia el techo.

-Max, pasa algo...-dije levantándome para tumbarme a su lado.

-¿Qué pasa Ana?-preguntó mirándome con preocupación- Sabes que puedes contarme lo que sea...que voy a estar siempre aquí-dijo sincero mientras tomaba mi mano.

-¿Aunque esto que tengo que decirte nos cambie la vida?-pregunté mirando sus ojos.

-¿Qué más da que cambie?...-dijo quitándole importancia- Si estamos juntos podremos con todo...-dijo acariciando mi cara.

-Max...-dije sentándome y soltando su mano- Estoy embarazada...-dije mirando hacia el frente.

Y en ese momento pareció que se había parado el tiempo, nos sumergimos en un profundo silencio del que pensé que nunca podría escapar. Pasaron varios minutos, los suficientes como para darme cuenta de que esto no iba a tener final feliz.

-¿No vas a decirme nada?-pregunté mientras me levantaba de la cama para marcharme de la habitación.

-¡ESPERA!-gritó Max mientras me sujetaba del brazo-¿Estás hablando en serio?-dijo mirándome a los ojos.

-Nunca jugaría con algo así...-dije agachando la cabeza ante su duda.

Y en ese momento me cogió de la cintura y mis pies dejaron de tocar el suelo para que él me hiciera dar vueltas, no dejaba de sonreír y no sabéis lo que eso me daba la vida.

-¿Desde cuándo lo sabes?-preguntó mientras me dejaba de nuevo en el suelo.

-Unos días antes de venir...-dije sonriendo.

-¿Por qué no me lo dijiste?-preguntó de nuevo serio.

-Porque tenía miedo, tenía miedo de que esto saliera mal, de que fuera demasiado precipitado, tenía miedo de que no nos quisieras...-dije agachando la cabeza para que no me viera llorar.

-¿Crees que no voy a querer al sentido de mi vida y al fruto de nuestro amor?-preguntó tomando mi rostro entre sus manos.

-Soy tonta por pensar eso después de todo...-dije sonriendo mientras me secaba las lágrimas.

-No eres tonta, solo eres una mamá preocupada...-dijo haciéndome remover algo por dentro- Y ahora señorita hay que descansar...-dijo cogiéndome para llevarme a la cama.

-Ni que estuviera inválida, no tengo ni dos meses de embarazo...-dije mientras me arropaba.

-Me da igual, quiero que no os pase nada a ninguno de los dos...-dijo tocando mi vientre.

-No sabes las ganas que tengo de verle la carita...-dije acariciando su mano que estaba encima de mi vientre.

-Yo también tengo muchas ganas...-dijo sonriendo.

-Vas a ser el mejor papá del mundo...-dije mientras él besaba mi barriga.

***

-Por fin las cosas van a ir bien...-dije apoyando la cabeza en el respaldo del sofá.

-Ya hacía falta una noticia así ¿no?-dijo Ainhoa sonriendo- ¿Crees que Max se lo tomará bien?-preguntó preocupada.

-Siempre soñamos ser padres y que nuestros hijos fueran amigos como nuestros padres...-dije recordando todas las conversaciones que habíamos tenido sobre esto- Y Ana es la indicada, es el amor de su vida, no hay nada que sea malo para que la rechace...-dije seguro de que mi amigo amaría a ese bebé.

-Quiero verlo ya...-dijo Ainhoa emocionada- Quiero ver a quien se parece, tenerlo entre mis brazos para darle todo el amor que pueda...-dijo tiernamente.

-La lástima es que no lo vas a ver crecer...-dije recordándole su trabajo.

-Haré lo que sea por estar lo más cerca de ese niño...-dijo seria.

-Quédate...-dije acercándome a ella.

-¿Qué?- preguntó incrédula.

-Que no te vayas...-dije tomando sus manos-Renuncia a este trabajo y volvamos a casa-pedí mirándola a los ojos.

-¿Para qué quieres que vuelva Eric?-dijo levantándose y saliendo a la terraza que había junto a la recepción.

-Para volver a intentarlo...-dije mirándola a los ojos- Una vez dejé que te marcharas, hice que te separaras de mí y nunca fui capaz de arreglarlo y no voy a volver a cometer los errores del pasado...-dije acariciando su rostro.

-¿Y si vuelve a salir mal?-preguntó haciéndome sentir mal por pensar que esto nunca podría salir bien.

-¿Por qué piensas eso?-pregunté apartando mis manos de su rostro.

-Porque hace tiempo que me sacaste de tu vida Eric...-dijo para salir corriendo hacia su habitación.

CONTINUARÁ...

La casualidad más bonita de mi vida (II)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora