CAPÍTULO 3 DISCORDIA EN TEMPLO

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Después de compartir su vida con Lita Mina y Rini Serena se sentía menos triste y un poco más libre las cadenas de dolor que la ataban asfixiando, siempre se levantaba temprano estaba escribiendo en su libro lo que le pasaba día a día desde que murió su padre.

El día de hoy amaneció muy fresco y claro desde mi ventana puedo contemplar el hermoso jardín y a lo lejos el lago que parecía ser de cristal, de observan muchos pajaritos volar y mariposas en el jardín era como estar en un lugar mágico fue cuando recordé ese día de mi niñez cuando mi madre estaba esperando a mi hermanito yo estaba sentada al pie de un gran sauce viendo el agua correr en la quebrada mientras mi madre cantaba una canción de cuna.

En ese momento tocaron a la puerta

- Buenos días señorita Serena.

- Buenos días pequeña ¿Cómo has amanecido hoy?

- Me siento muy bien y alegre de conocerla y espero un día alegrar sus días para que olvide las penas que trae en su corazón ¿pero usted a qué hora se ha levantado?

- Hace como media hora mi niña, quería escribir un poco es uno de mis pasatiempos favoritos.

- Ya comprendo pensé que se había levantado para acompañarme al templo para orar.

- La verdad mi pequeña no he vuelto a poner un pie en una iglesia desde que mi padre murió no he sentido fe deje de creer en Dios.

- Pero señorita él no es responsable de lo que le sucedió a usted no debería dejar de creer en él, solo míreme a mí no he sufrido tanto como usted pero estoy condenada a muerte si no recibo un trasplante de corazón...

- Lo siento pequeña tienes razón pero me ha sido difícil volver a confiar en él.

- Yo podría ayudarla pero es algo que usted también tiene que desear.

- Lo intentare

- A demás mi tía dijo que fuera con migo y ella se enfada mucho cuando no voy antes de que usted llegará la que me acompañaba era Mina ella es muy linda.

- Pero si vas ¿Por qué así lo deseas o ella te obliga?

- A veces si quiero ir pero otras veces no, pero ella siempre insiste dice que es muy importante para nuestro crecimiento espiritual.

- Y tu deber es obedecer a tu tía pues ella es como una madre para ti.

- Es muy cierto lo que usted ha dicho aunque a veces ella no tenga la razón.

- Bien buscaré un vestido para ponerme para que vayamos al templo pues veo que para tu tía es importante y no queremos que ella se moleste si gustas ve tomando el desayuno.

- Esperare por usted, mi tía no se encuentra en casa y mi primo tampoco.

- ¿Tu primo has dicho?

- si él se llama Darien ¿no le conoce?

- No, no le conozco.

- Ya pero ¿entonces me acompañara en el desayuno?

- y si se disgusta tu tía ¿por comer conmigo?

- no se molestará

- ¿Por qué lo dices?

- Porque ella me dijo que usted era muy educada y que me enseñaría a ser más educada en la mesa y me transmitiría sus buenos hábitos.

- Siendo así me apresurare para que podamos comer para ir a la iglesia.

La InstitutrizDonde viven las historias. Descúbrelo ahora