Cecilia POV.
-Estás segura de que su vuelo ya llegó? – preguntó Bárbara ya un poco desesperada.
-Si, Bárbara – conteste también algo cansada.
-Es que la niñas están cansadas, hemos esperado más de dos horas – dijo Bárbara-Lo se-dijo Inés, pero no podemos hacer nada hasta que llegue su vuelo.
-Mami tengo sueño – dijo Emma frotándose los ojos, la levante y empecé a frotar su espalda mientras que su cabeza estaba en mi cuello.
-Lo ves Cecilia, nos hubiéramos quedado con los hombres en la cabaña y hubiéramos mandado un taxi para que viniera por ellos-dijo Bárbara
-Mami...Mami...Mami
-¿Qué pasa Amanda?
-¿Ya llegaron?
-No – dijo Inés
-Ayyy, ya queremos jugar con los niños
-Isabel todavía no han llegado, trata de calmarte - dijo Bárbara
-Miren ya llegaron -dije mirando hacia donde estaba Alberto.Pude ver que a su lado estaba Myndí que luchaba por empujar un coche y a su lado habían tres niñas y un niño que supuse que eran su hijos. Me acerqué hacia ellos todavía con Emma en brazos.
-Hola Alberto, Myndí ¿y?
-Ahh, ellos son mis cuatrillizos! ella es Venus Afrodita pero le puedes decir VACA, ella es Palas Atenea pero le puedes decir PACA, ella es Claire Ana pero le puedes decir CACA, el es Leche Arándanos pero le puedes decir LACA. Estás preciosidades de acá Son Cosa 1, Cosa 2 y Tenedor y el niño es Durán Francisco pero le puedes decir DFCA.
-Hola niños.
-Hola - los cuatrillizos dijeron en sincronía
-Y ¿quién es ella?
-Ah, ella es mi hija Emma, perdón es que estaba un poco cansada y se durmió.
-No te preocupes, y ¿dónde están Bárbara e Inés?
-Están allá con sus hijas Amanda e Isabel.Después de que todos se saludaron nos fuimos a la casa. Cuando llegamos Samuel, Pablo, Maximiliano, Tyler, Lucky y Gabi saludaron a nuestros invitados. Me sorprende que Myndí tenga ocho hijos y todavía no sepa cambiar un pañal. Sino fuera porque Inés, Bárbara y yo sabemos cambiar un pañal esos cuatro bebes tendrían todavía los pañales sucios o en el intento de Myndí por cambiar uno, terminarían con el en la cabeza. Cuando le pregunté porque no sabia cambiar un pañal me dijo que como tenían nanas y sirvientas ella nunca tuvo que cambiar a ninguno de sus bebes.
En fin, a la hora de comer, Myndí tenia un olor horrible, como si alguien se hubiera orinado encima de ella. Al fin tuve el valor de decirle que olía mal, bueno no exactamente yo sino más bien mi hija con Amanda e Isabel apoyándola. Nos respondió con que cuando salió de la ducha de media hora debo agregar, su ropa estaba algo mojada y rasgada y pensó que Alberto le había dado un nuevo perfume, porque para ella este aroma era delicioso. Después de que dijo eso me di cuenta del regalo de bienvenida que le habían dado Lucky y Gabi y me dio un poco de risa. Samuel se dio cuenta de que me estaba burlando de algo pero no dije nada hasta que todos se fueron a dormir y estábamos en el cuarto.
-Ahora si me vas a decir ¿de qué te estabas riendo en la cena? -dijo Samuel abrazándome y dándome un beso en la cabeza.
-Bueno, ¿te acuerdas de el horrible aroma de Myndí en la cena?
-Si como no, casi me vomito hasta Emma y Tyler lo notaron
-Lo se, bueno el caso es que me di cuenta de que Gabi rasgo la ropa y Lucky la orino.
-Jaja, hay ahora me voy con una sonrisa a la cama
-Oye pensé que todos los días te ibas con una sonrisa a la cama
-Hay sólo estaba bromeando, sabes que te amo
-Y yo a ti. Apropósito no se te olvide que mañana vamos a la playa, no puedo esperar a que veas el traje de baño que compre para mi y Emma.
-Yo tampoco puedo esperar. Se verán hermosas. Buenas noches Ceci
-Buenas noches.A la mañana siguiente tuvimos que ir de compras porque al parecer Myndí no trajo vestidos de baño para ninguno de sus hijos. Después de comprar unos hermosos vestidos de baño para los niños, fuimos a la playa y al ver el vestido de baño de Myndí, Bárbara, Inés y yo casi nos caemos de la risa. Era ridículamente horrible, no se como pudo haber comprado eso. En cambio, la pantaloneta de Alberto era de esperarse porque el siempre idolatraba a Estados Unidos, mientras que el resto de nuestros trajes eran normales. Después de ese día en la playa, nos fuimos a la casa y a altas horas de la noche, oímos un grito que provenía del baño de Alberto y Myndí y al llegar al cuarto todos quedamos perplejos al ver eso.
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Una familia numerosa
HumorAlberto Cabrera, un hombre solitario y exigente pensó que con sólo chasquear sus dedos conseguiría una esposa, pero no fue tan sencillo. Myndí Amaya: la única mujer dispuesta a cumplir los altos requerimientos de Alberto. Una química que crecerá s...