Buenas noticias

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Cecilia POV.

Después de hablar con Alberto, llame a Inés a confírmale la ida de Alberto y le envié el correo a Alberto con todos los detalles del viaje. Empecé a empacar porque soy muy organizada y el viaje era en unos pocos días, además con dos hijos tengo que organizar todo antes de irnos por dos semanas. Unas horas después termine de empacar todas mis cosas. Estaba muy cansada y decidí irme a dormir y empacar las cosas de los niños mañana. Entre al cuarto de Emma para darle las buenas noches:

-Hola mami – dijo Emma
-Hola Emmi, es hora de dormir – dije suavemente.
-Pero está muy temprano – dijo Emma protestando.
-No hija, ya son las diez y mañana tienes que ir al colegio – dije un poco molesta.
-Está bien – dijo Emma rindiéndose.

Después le ayude a ponerse la pijama, la acosté en la cama y luego me pidió que le leyera un cuento. Después de hacerlo se quedó dormida, le di un beso en la frente, apague la luz de su cuarto y salí hacia el cuarto de Tyler. Cuando entré para acostarlo vi que Samuel lo sostenía en sus dos brazos y le estaba susurrando cosas para dormirlo, sentí que mi corazón se derretía al ver a mis dos hombres. Después de que Samuel lo durmiera le dimos un beso en la frente y nos fuimos a nuestro cuarto. Al entrar nos pusimos la pijama y recosté mi cabeza sobre el pecho de Samuel, mientras que él con sus brazos alrededor mío me empujaba más hacia el.

-Hermosa ¿qué te dijo Alberto?
-Bueno, me dijo que si iba a ir con su familia
-Entonces, ¿es cierto lo que sospechabas?
-Si, me dijo que tenía ocho hijos
-¿OCHO?
-Si, yo también estaba sorprendida al oír eso, pero lo importante ahora es que vaya a España.
-Si, es cierto. Ceci, te amo
-Yo también, buenas noches.
Al decir eso le di un beso en los labios y luego me quedé dormida.

Inés POV.

Colgué el teléfono y suspire, me encanta viajar pero tengo mucho trabajo. Bárbara me dijo que me relajara un poco, pero eso es lo que siempre hago cuando me siento a escribir. Por eso es que los escritores no necesitamos vacaciones. Si les hiciera caso a mis amigas todo el tiempo yo sería muy diferente. Cecilia me repite que no es malo usar un poco de maquillaje ni arreglarte de vez en cuando pero no soy de las mujeres que usan tanta pestañina que no se le ven los ojos ni tampoco de las que se maquillan como guacamayas tropicales. Sentí que algo intentaba quitarme el celular de la mano, giré y vi a Lucky halando el aparato. A que hora había crecido tanto ese perro?

-Lucky, suéltalo! -el perro gruño-. Hablo en serio, perro desobediente, suéltalo!
Hale el celular para sacarlo de entre los dientes de Lucky pero era inútil, el tenía mucha fuerza.
-Por amor a Dios, suéltalo, Lucky! Lucky, obedece! -arrastraba a Lucky por toda la sala y el perro nada que soltaba mi celular. Que alivio sentí cuando vi entrar a Pablo a la casa, el trabaja como editor. Obviamente en una editorial.
-Cielo, una ayuda aquí por favor -dije yo, debí haber puesto una sonrisa histérica en ese momento.
-Lucky, nein -ordenó Pablo mientras dejaba sus cosas en el comedor, el perro dejó de halar y se quedó mirando a Pablo con el celular todavía entre los dientes-, lass es fällst.

El bernés de la montaña soltó el celular y por culpa de la inercia me caí al piso. Pablo corrió hacia mí y me dio la mano para levantarme mientras se reía
-Sitzend! -le ordenó Pablo a Lucky, el perro se sentó.

-Ese perro me odia. ¿Por qué solo te hace caso a ti? – le pregunté a mi marido mientras me sentaba en el sofá.
-Porque sólo recibe órdenes en alemán, ya te lo había dicho.
Pablo se sentó a mi lado.
-¿Cómo te fue hoy, cariño? -pregunté
-Bien... ¿Qué tal va tu libro?
-Se me han ocurrido varias ideas, el problema es que no se en que orden ponerlas ni como redactarlas.
-Bueno aquí tienes a un editor -le di un beso después de susurrar la palabra "gracias"-. Casi se me olvida preguntarte, ¿qué dijo Cecilia?
-Alberto aceptó ir con su familia.
-Me parece que van a ser unos días bastante raros.

Revisé mi celular para ver si había algún mensaje o alguna llamada perdida pero nada. Estaba tan concentrada que no me fijé y Pablo me tomó por sorpresa haciéndome cosquillas. Detalle olvidado: yo soy muy cosquillosa y a Pablo le encanta hacerme cosquillas cuando estaba distraída.

-No... Pablo. Soy muy cosquillosa, detente -dije mientras me moría de la risa. Por una vez en su vida, Lucky hizo algo bueno por mi y haló a Pablo de la camisa para que se quitara. Cuando al fin pude dejar de reírme alguien llamo al timbre de la casa. Lucky salió corriendo y yo detrás de el para abrir la puerta.

-Hola Amanda -dije mientras me agachaba y le daba un beso en la mejilla a mi hija-. Como te fue en el colegio?
-Muy bien -Amanda fue y le dio un abrazo y un beso a Pablo-, tuve la mejor nota del salón en el examen de literatura.

-Ese es mi niña -dije mientras chocaba los cinco con mi hija, realmente estaba muy orgullosa de ella. Tiene una imaginación muy grande, eso lo sacó de mi... Ah y también tiene una redacción y una ortografía perfecta, probablemente eso lo sacó de Pablo-, y ahora hay que empacar todo para el viaje a España.

-No... -Amanda y Pablo estaban ambos tendidos en el sofá y me miraban con una cara de pereza.

-Es en serio. A empacar todo el mundo -Lucky ladeo la cabeza-, tu también
Si, Lucky no iba a empacar su maleta pero Amanda si lo va a hacer. Es su perro después de todo. Me costó mucho trabajo levantar a Pablo, Amanda y hasta a Lucky del sofá pero en unos minutos ya todos estábamos empacando. Para ser sincera, yo también detesto empacar.

Myndí POV.

-Myndí te tengo excelentes noticias

-Mas vale que sean buenas

-Si, bueno te acuerdas de Cecilia, mi amiga que fue a nuestra boda

-Realmente no, porque habían tres

-La que tenia el cabello rubio y ojos como azules

-Ahhh, si

-Bueno nos invito a España dos semanas

-¡DE VERDAD!

-Si

-Pero ¿cómo vamos a pagar los tiquetes?

-No te preocupes tenia unos ahorros

-Esta bien, ¿cuándo nos vamos?

-En tres días .

-¡Qué! mejor empiezo a empacar, Alberto le puedes decir a los niños que empaquen y puedes empacar las maletas que Cosa 1, Cosa 2 y Tenedor?

-Esta bien y la maleta de DFCA?

-No te preocupes yo la empaco

-Bueno

Bárbara POV.

Cielo santo! Que desastre! ¿Este es el cuarto de mi hija? Desordenada, igual que Maximiliano. ¿Cuándo aprenderá a poner todo en su lugar?

-¡Isabel! – la llame muy enojada.

-Ya voy mamá -mi hija entró al cuarto pateando un balón de fútbol y acompañada de Gabi.

-¿Qué es este desastre, jovencita?

-Mamá, ¿por qué tengo que ordenar mi cuarto si nadie va a verlo? -buena pregunta... pero soy su madre y quiero ver esto ordenado.

-Ser ordenado es importante - empecé a doblar las camisas que estaban en el suelo-. Ven, ayúdame a recoger todo esto.

-Si, mamá -Isabel empezó a recoger de mala gana. Es tan difícil hacerla entender, todos los días es la misma pelea.

Salí del cuarto mientras Isabel ordenaba con Gabi. En mi cuarto estaba Maximiliano empacando su maleta.

-¿Alberto aceptó ir? - me preguntó sin mirarme

-Si, va con su familia.

Fui a empacar mi maleta ya que estaba muy atrasada pero no lograba conseguir una camisa perfecta. Siempre estaban rasgadas, muy arrugadas, descocidas... Esto es más complicado que decirle a Isabel que ordene su cuarto.



Una familia numerosaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora