La respuesta que siempre he querido tener

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Me gustas cuando callas y estás como distante.
Déjame que te hable también con tu silencio
claro como una lámpara, simple como un anillo.
Eres como la noche, callada y constelada.
Tu silencio es de estrella, tan lejano y sencillo.

-P. Neruda

Y es que me gustas cuando vienes. Sin razón y para quedarte.

Me gustas cuando paras y me miras. Y yo te ignoro para que sigas, disfrutando del trayecto de tus pupilas que contiene mi nombre.

Me gustas con tu viaje de invierno en un verano a punto de estallar. Con tus planes sin establecer. Con tus arriba que no se encuentran precisamente en el tejado y tus abajo que realmente nunca existieron.

Me gustas cuando te conviertes en mi fuente de energía intransferible, cuando me quemas en ese instante antes de sentir tu abrazo y no veo otra cosa que los rayos de electricidad estática que despiertan cada una de mis neuronas.

Me gustas cuando partes el cielo en dos solo para poder ver el sol un rato más y alargar los días al viento que se nos hacen demasiado cortos.

Me gustas cuando me hablas con tu silencio a gritos lleno de palabras que transmiten más que cualquier vocal hablada. Pero más me gustas cuando me dices muy a lo bajito, sólo para mi oído, "no te quedes con ganas, quédate conmigo".

Me gustas cuando, dentro de cada tormenta diaria, nos creas un hueco lleno de paz, hecho a medida solo para dos, y durante unos minutos las olas ya no resultan tan grandes ni los truenos tan fuertes.

Me gustas cuando me respondes a esas preguntas que no me atrevo a hacer y cuando me das la respuesta que sabes que siempre he querido tener.

Me gustas cuando, sin quererlo, tus despedidas pierden el sentido de la palabra y se convierten en eternas bienvenidas.

Y me gustas cuando no hay razones para vernos y las pintas cuando crees que no miro en un lienzo de aventuras que recordaremos para siempre.

Me gustas cuando, incluso antes de decirte no, sabes que es un sin duda alguna.

Me gustas cuando me lees de norte a sur sin perderte ni una sola de mis comas, y en tiempo récord hablas mi idioma.

Me gustas en cada una de tus contradicciones.

En cada uno de tus pasos.

En cada una de tus rarezas.

Y es que me gustas siempre.

Siempre, tú.

Pensamientos de una adolescente problemáticaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora