Tu primera vez

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Esa vez en la que simplemente no existe el resto del mundo.

Con el tiempo aprendí que la vida está llena de primeras veces. Aprendí que no hay dos personas iguales, que las risas suenan distinto dependiendo de quién ría, que no todas las caricias te hacen sentir lo mismo, ni todas las sonrisas te alegran los días. Aprendí que no todos los besos son iguales, no hay beso que te haga experimentar lo mismo de tus otras veces, no todos los besos saben del mismo modo ni mucho menos son todos dignos de llamarse buenos, cada beso te lleva o no al paraíso dependiendo de a quién tengas delante. Me di cuenta de que no hay mejor beso que el que se busca, el que te enseña, el que te habla sin necesidad de palabras, el que se desea, el que se hace de rogar, el que va alimentando tus ganas poco a poco, queriendo cada vez más, en fin, no hay mejor beso que el que llega de una persona que te hace sentir.

Y no sólo hablo de besos, también de abrazos. Aprendí, que no todos los brazos saben abrazar, con el tiempo he aprendido a reconocer si congeniaré o no con una persona por los abrazos que me da, porque de pronto te das cuenta, que hay muy pocos abrazos que te hacen sentir querida, amada, arropada, esos son los que a mí me gustan, los que me hacen querer quedarme en ellos indefinidamente, esos que se convierten en mi rincón favorito, esos que desde que entro en ellos me hacen olvidar los días malos y convierten los días buenos en mejores. Esos son los que valen la pena.

En el fondo, lo que creo, es que estamos acostumbrados a subestimar en exceso las primeras veces, y de esta forma, en qué lugar dejamos las segundas primeras veces. Sólo nos quedamos con la primera vez que amamos, el primer beso, la primera vez que hicimos el amor, restándole importancia a las veces que están por venir. Nos olvidamos que cada día tenemos la oportunidad de sentir algo por primera vez, que cada persona que aparece en nuestra vida nos hará sentir cosas que nunca antes habíamos sentido y quizás esas cosas superen a esas primeras veces tan subestimadas. No nos quedemos sólo con los primeros amores, recordemos que los últimos siempre fueron los primeros. No nos cerremos creyendo que ya nunca volveremos a sentir nada parecido, claro que lo sentiremos, tenemos el poder de enamorarnos muchas veces y en alguna de ellas, no sé si en la segunda, tercera o cuarta primera vez, encontrarás ese alguien que te rompa todos tus esquemas y te haga sentir como si fuera aquella primera vez que recuerdas.

Y tal vez, llegue un día una persona, que llene todos tus días de primeras veces. Alguien que te recite una poesía y te cante una melodía guitarra en mano. Alguien que te lleve a ver mundo de su mano, te cuente sus historias y te haga ser mejor persona solo por tenerlo a tu lado. Alguien que te lleve el desayuno a la cama y te despierte comiéndote a besos. Alguien que te lleve a ver el amanecer tras una noche de placer. Alguien que te mire mientras duermes y te arrope como su tesoro más preciado. Alguien con el que rías a carcajadas hasta la madrugada y consueles sus lágrimas hasta por la mañana, alguien con el que estar en las buenas y en las malas. Simplemente ese alguien que te demuestre, que las segundas primeras veces nada tienen que envidiar a las que ya tuviste, que se puede amar dos, tres y cuatro veces, superando la primera vez que amaste.

Pensamientos de una adolescente problemáticaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora