reírse ante todo

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Muchos os tomáis la vida muy en serio,otros la muerte.

Unos os reís de la vida,otros de la muerte.

Bueno en mi caso, es lo segundo.

Me gusta reír;reír por estupideces, reír sin razón alguna, reír de las cosas aunque aún duelan, reír si algo va mal, reír pensando que todo pasará, reír hasta de la misma muerte pensando que así la provocaré antes, reír ante las adversidades, reír por gusto, reír por aburrimiento, reír y reír sin nadie que pueda pararlo.

Antes solía gustarme llorar; y vaya que si lloraba, a cualquier hora, hasta que mis ojos se llenaban de ojeras de cada noche llorada, hasta que estaban tan rojos que el color de mi pupila ya no se distinguía, lloraba y lloraba. Lo más mínimo me afectaba y si algo me molestaba o daba rabia simplemente lloraba.

Llegó un momento en mi vida en el que no sé si me quedé sin lágrimas, o quizás el dolor era tan grande que me obligó a cambiar. Y sí, el dolor me cambió. Me acostumbré a él.

Ahora el dolor y yo vamos de la mano por ahí riendo, porque ya no queda nada más que eso;

reír a carcajadas aunque duela.

Pensamientos de una adolescente problemáticaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora