Lyssa siempre quiso ser un príncipe.
Lyssa usaba un gorro de lana como corona.
Lyssa no tenía cota de malla, por eso usaba una sudadera y unos vaqueros rasgados.
Lyssa tenía unos preciosos ojos azul eléctrico. Era lo único que la hacía realmente parecer un príncipe. Pero su mirada estaba enmarcada por unas gafas de pasta negra.
Lyssa echaba de menos a su padre, el rey, que había surcado las nubes hasta fundirse con el firmamento y desaparecer por completo.
Ahora el rey vivía en el cielo, y Lyssa no podría volver a verlo.
Lyssa soñaba con explicarle a su madre, la reina, que ella no era una princesa.
Lyssa no consiguió que nadie la entendiera.
Lyssa cortó su melena castaña hasta convertirla en una maraña de pelo corto.
La reina se volvió loca de rabia ante lo que había hecho Lyssa.
La reina se enfadó con Lyssa.
La reina dijo palabras feas que perforaron los oídos de Lyssa.
La reina dañó los sentimientos de Lyssa.
La reina encerró a Lyssa en su habitación, porque no tenían un torreón.
Lyssa lloró.
Lyssa gritó.
Lyssa pidió perdón.
Pero Lyssa no se arrepintió.
Lyssa seguía conservando su sueño de convertirse en el héroe de su propia historia.
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I'm Not a Princess.
RandomLyssa no era una princesa. Lyssa era un príncipe valiente y bondadoso, justo como los de los cuentos. Pero Lyssa no entendía porque nadie lo veía. Lyssa dibujaba suaves líneas de colores en el mapa del futuro. Lyssa vivía en...