《T.》

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"Testosterona".

Liam sabía lo que significaba aquella palabra. Era extraña, sonaba casi a maleficio medieval. La había descubierto desde hace tiempo, pero nunca había pensado en ella de forma seria.

Sentía miedo a la vez que admiración por ello. A veces se sorprendía fantaseando con tomar hormonas. Y entonces su voz sería grave e imponente como la de un rey, y no tendría curvas cual damisela, y todo sería mejor.

Pero en seguida sus fantasías se esfumaban, porque sabía que para ello, necesitaba la aprobación de la reina.

Y encerrado en sus aposentos, con el rostro contra la almohada de su jergón, nuestro héroe se preguntaba si podía ser un príncipe aunque no luciera como uno.

Ojalá su cuerpo produciese por si solo esa maldita testosterona...

I'm Not a Princess.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora