When The Sun Goes Down.

chapter 5.

v.

Laila's POV.

El trayecto a casa se hizo extremadamente largo y tedioso. Las quejas de mi papa se oían desde el celular de tío Colton, el cual sostenía su teléfono celular con su mano derecha y manejaba el volante con la izquierda. Algunas veces odio ser la única chica en una familia de hombres lobo, sienten que al ser mujer la mayoría de las cosas son limitadas para mi, estas quejas nunca las digo en voz alta, son divagaciones de mi mente, pensamientos que nunca podría decir. Halia, la cual no había dicho nada desde que llego al auto empezó a llorar al escuchar los gritos de papa, la abrace lo más fuerte que pude en un auto donde habían cuatro chicos en los asientos traseros, dos de estos peleando por el único par de audífonos que teníamos en casa. Rodee los ojos. Otra de las cosas de ser la única chica, como si no fuera suficiente, son mis primos. A sus dieciocho años aun se comportan como dos niños de ocho. Al cumplir la mayoría de edad ellos ya eran hombres para la manada, podían ir a misiones y esas cosas. Yo, sin embargo, no importa que edad tenga nunca me mandarían a una real. Halia sostenía mi mano mientras sus sollozos ahogados eran el único sonido en el auto a parte de los quejidos de Daemon, su agarre se intensifico de repente, dejando un gran rojo en mi muñeca.

— Vampiros — Susurro.

Nadie realmente le hizo caso, tomando su repentina reacción como parte del shock de la noche de hoy, pero yo había estado ahí cuando Halia percibió al vampiro que la había atacado. Ni los chicos ni yo pudimos evitar ponernos alerta, ganando miradas confusas de mi tío Colton y Antoine. Antoine por otro lado siempre estaba lanzando miradas llenas de cólera a Halia, nunca entendí el porqué su odio hacia ella, desde que éramos pequeños Halia fue parte de nuestra familia. Otro espasmo de Halia se hizo presente, podría jurar que si no paraba ahora mi muñeca terminaría rota. Mire a Halia, sus ojos estaban completamente abiertos y miraba alrededor en busca de algo. Su mirada se encontró con la mía y se puede decir que nunca antes la había visto de ese modo. Siendo sincera, Halia no estaba hecha para este mundo, de las dos yo soy la más extrovertida.

— Los siento, Laila. Hay vampiros — Halia me miraba, esperando que esta vez alguien pudiera creerle.

— Halia cálmate...

— ¿¡Por que no me creen!? — Todos esta vez voltearon a ver a Halia, la cual entro en un repentino ataque de pánico, podía sentir que estaba temblando.

— Halia por favor cálmate y respira — Su mirada confusa me hizo reír un poco.

Definitivamente no se lidiar con mejores amigas traumadas. Luego de lo que pareció una eternidad, logramos llegar a casa. Todos bajamos del auto menos Halia, la cual seguía en su mundo sin darse cuenta de lo que sucedía a su alrededor. Sorprendida sentí el motor de una moto y vi a Desmond bajar de esta. Hasta hace menos de una semana nunca pensé conocer a un Mohiri y ahora resulta que uno va a entrar a mi casa. Desmond paro de caminar al llegar justo frente a mí, su mirada recorría todo a su alrededor y sabia lo que estaba buscando. Hice un ademan con mi cabeza indicándole que Halia estaba en el auto. Camine en su dirección esperando que Desmond lograra hacer que Halia reaccionara, realmente me encontraba preocupada por ella, sobre todo por el ataque de las Leucrotas. Estoy muy segura que ese ataque no fue causa de la mala suerte que nos ha estado siguiendo desde el día del baile, el porque me resulta terrorífico, ese vampiro envió a las Leucrotas para buscar a Halia, si ella no hubiera estado con nosotros realmente no quiero pensar que le habría pasado. Teníamos que acabar con esto ahora, se convirtió en algo mucho más serio que algo por coincidencia. Hoy iban a escucharme, supongo que esta semana me ha dado la razón para poder decir lo que siento. Al volver a la realidad pude ver como Desmond posaba sus manos en su rostro acto seguido puso sus manos en sus caderas y siguió mirando hacia el cielo. Si él no fuera tan...Desmond, probablemente fuera exageradamente atractivo, con esos ojos azules y su cabello negro sedoso.