chapter 15.

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xv.

Hades.

Me levante de la silla estrepitosamente, sin importar que todos los presentes hubieran pausado sus conversaciones para saber que había sucedido. Ignore a todos mientras salía del lugar con los puños cerrados, ignorando los signos de interrogaciones que se mostraban en las caras de mis "compañeros". La incertidumbre casi me comía vivo, aunque me costara admitirlo, estaba asustado, no estaba preparado para esto. Al menos no que se enteraran tan pronto.

Casi en cuestión de minutos debido a la velocidad con la que había corrido me encontraba frente el edificio de Halia, demasiado impaciente como para preguntarme quien se encontraría con ella en este momento decidí subir a su departamento. El pequeño lobby del edificio el cual solo contenía unos cuantos muebles, se encontraba completamente vacío, si pudiera sentir frio los vellos de mis brazos se hubieran erizado. Mientras caminaba y esperaba el elevador pude sentir la presencia de alguien más, de hecho, había escuchado unos pasos, sabía que estaban lejos, probablemente a unos metros, pero tenía que estar alerta.  Mecánicamente, sin siquiera pararme a pensar, salí del lobby en busca de algún movimiento sospechoso.

Irónica fue la casualidad con la que me había topado, justo frente a mí, con sus ojos dorados casi saliéndose de sus orbitas estaba Christopher, no pude evitar sonreír. Después de todo había llegado a tiempo.

—     Vaya, vaya. ¿Qué haces tú por aquí? — Christopher sonrió, caminando en círculos, tratando de intimidarme.

—     ¿No es obvio, Chris? — Me cruce de brazos.

—     Por favor cállate, se que estas aliado con esa perra. ¿Pensaste que tu secreto llegaría a la tumba? — Acercándose peligrosamente a mí, Christopher gruño.

—     Sabes, Topher, no tienes muy buen sentido del humor —Satisfecho con la reacción de Christopher hacia sus diminutivos no pude evitar sonreír, mostrando todos mis dientes.

—     No sabes cómo me gustaría matarte aquí mismo — Christopher saco de su bolsillo una daga de plata. Plata.

—     ¿Jugar con fuego te excita no es así? Eres una nenita, ¿Cuándo has podido tú conmigo? — Sabía que había dado justo en el clavo después del gruñido furico de Christopher.

Nos habíamos enfrentado muchas veces, casi era como un hobby, honestamente era entretenido. Esta vez, sin embargo, era algo mucho más serio, estamos hablando de la vida de Halia la que está en peligro. Me distraje unos minutos y un dolor se incrusto en mis costillas, maldije. Sangre manchaba mi camiseta blanca.

Una vez escuche un dicho que decía: "Quien da el primer golpe gana la pelea", espero entiendan que este nunca será mi caso. Volviendo a estabilizarme vi como mi herida empezaba a curarse, corrí tras Christopher.

Halia.

Decidí mostrarle la civilización a Nerissa junto a Laila, fue una extraordinaria tarde de chicas, resulta ser que Nerissa es una de las chicas más divertidas y ocurrentes que he conocido, el sol se había ocultado ya hace mucho tiempo, pero realmente no nos dimos cuenta de ello. Sabía que nos llevaríamos bien a la larga, seguro seriamos tan inseparables como Laila y yo. Me relajo demasiado sentir que todo volvía a la normalidad y no sentirme culpable por hablar sobre chicos o cosas cotidianas que hacen adolescentes ordinarios. Las tres decidimos dejar de pensar en las cosas malas que estaban sucediendo y disfrutar de un respiro bien merecido. Nos dedicamos a contarle todo lo que nos había pasado a Nerissa la cual no paraba de sorprenderse. Ahora nos encontrábamos camino a casa, y como se está haciendo costumbre, estaban molestándome.

When The Sun Goes Down.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora